Blogia
BEISBOL 007

Columna de Enrique Rojas en ESPN 27/01/2010

Columna de Enrique Rojas en ESPN 27/01/2010

 El mercado de Grandes Ligas está cambiando, poco a poco pero consistentemente, no desde este invierno, sino desde hace un par de años. Las cosas que están sucediendo no fueron vaticinadas por los Mayas, Nostradamus, El Corán o La Bibilia, pero igualmente tienen los inequívocos signos de que una nueva era está comenzando en la pelota rentada de Estados Unidos.

No es que el Apocalipsis haya alcanzado las ligas mayores, sino que estamos justo a la mitad de una transición en las formas de hacer negocios. Es la única explicación que tienen algunos de los últimos acontecimientos, siendo éstos los que más llaman mi atención.

Ben Sheets, quien no lanzó el año pasado por una operación en el codo, firmó un contrato de 10 millones de dólares con Oakland, una de las organizaciones más cautelosas a la hora de gastar el dinero.

José Contreras, un veterano de 38 años con marca de 23-36 en las últimas tres temporadas, consiguió "chamba" con los Filis de Filadelfia, que poseen una de las mejores nóminas de lanzadores del mundo.

Martínez

Mientras eso sucede, Pedro Martinez, quien además de ser uno de los mejores lanzadores de la historia viene de un auspicioso regreso en la segunda mitad de la temporada pasada con los mismos Filis, sigue desempleado.

 

Además, los Mets de Nueva York, uno de los clubes caros con menos profundidad en el pitcheo, han dejado escapar todas las buenas opciones del mercado y de paso no están haciendo grandes esfuerzos por recuperar a Martínez o agregar otro grande como John Smoltz.

¿Quieren más? Henry Blanco, Juan Castro, Alex Cora, Bobby Crosby, Khalil Greene y hasta Mark Grudzielanek (no jugó en 2009) tienen equipos, pero los Todos Estrellas y/o Guantes de Oro Orlando Hudson, Orlando Cabrera, Johnny Damon y Gary Sheffield, entre muchos otros, están llenando planillas para recibir ayuda de desempleados.

¿Alguien me lo puede explicar? Entiendo que para un equipo con problemas especiales como el de los Dodgers sea más fácil firmar a Ronnie Belliard (por 850 mil) que a Hudson (busca más de 5,0). También que los Filis se decidieran por dar 1,5 millones a Contreras a meterse en discusiones por más de 5,0 millones con Martínez.

Lo que no entiendo es como Sheets, quien cuando estaba saludable era un pitcher de .500 (uno ganado, uno perdido) que nunca ha ganado más de 13 juegos y que solamente dos veces en su carrera ha ganado más que los que ha perdido, puede valer 10 millones y dos ganadores del Cy Young, taquilleros y recuperados Martínez y Smoltz no consiguen ofertas ni remotamente parecidas.

Piñeiro

Tampoco me cuadra que Sheets valga 10 millones anuales y Joel Piñeiro (15-12, 3.49 en 2009) 16 millones por 2 años. Se entiende que Martínez y Smoltz probablemente firmarían por menos dinero con un club contendor antes que tomar 10 millones de los Atléticos, pero las ofertas deberían estar sobre la mesa.

 

Es comprensible, además, que los clubes exageren de cautelosos ante veteranos como Martínez y Smoltz, tomando en cuenta sus edades e historiales clínico recientes, pero ¿no lo son también Sheets y su codo reconstruido? Con los lanzadores hay riesgos hasta con los que tienen 16 años de edad (ver caso de dominicano Michel Ynoa, quien no ha hecho un lanzamiento en profesionalismo desde que firmó por 4 millones con Oakland en 2008).

Esas no son las únicas situaciones extrañas o llamativas, pero no tengo todo el día o los megabytes para tratarlos todos.

Los equipos tienen todo el derecho de invertir su dinero como crean en los jugadores que les gusten, pero de verdad que algunas situaciones que se han presentado en los últimos dos años aparentan ser completamente ilógicas para el modelo anterior de hacer negocio que imperaba en las Grandes Ligas.

0 comentarios