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BEISBOL 007

Abreu inspira a los Angelinos

Abreu  inspira a los Angelinos

TEMPE, Ariz. - La decimotercera temporada de Bobby Abreu en las Grandes Ligas fue en todos los aspectos la más satisfactoria -y esto no se debió al hecho de que terminó más arriba en la votación para Jugador Más Valioso en la Liga Americana (12mo) que cualquier otro año en su ilustre carrera.

Abreu llegaba al estadio cada día sabiendo que siempre aportaría algo aunque bateara de 4-0 con dos ponches. Acogido por sus compañeros como nunca antes en su cuarta organización en Grandes Ligas, Abreu, quien cumple 36 años este 11 de marzo, floreció hasta convertirse en una fuente de sabiduría y enseñanza así como también de imparables, bases por bolas, carreras anotadas, robos de base y una gran defensiva.

"Me divertí mucho", dijo Abreu con una sonrisa de oreja a oreja. "Este grupo es especial. Todos disfrutan al máximo jugar al béisbol.

"Saben cómo jugar duro. Saben escuchar. Quieren aprender, en cada turno al bate, cada día. Siempre quieren ser mejores de lo que ya son, y siempre me están pidiendo consejos.

"Siempre trato de dar una respuesta útil, un consejo práctico, para ayudarlos. Soy un veterano, ustedes saben".

El liderazgo de Bobby Abreu, el orgullo de Maracay, Venezuela, le ha caído como anillo al dedo a este equipo. Uno de los jugadores con mejor trato, el toletero tuvo un gran impacto en sus compañeros durante el 2009, más notablemente en el área de disciplina en la caja de bateo.

Chone Figgins, quien tenía su casillero junto al de Abreu en el clubhouse del equipo y a menudo le pedía consejos, le dio crédito a Bobby por haber elevado su porcentaje en-base de un .356 de por vida a un .395. Eso le ayudó en gran firma a Figgins a firmar un contrato por cuatro años y $36 millones como agente libre con los Marineros durante el invierno.

El siguiente testigo: Torii Hunter. Su porcentaje en-base mejoró de un .326 de por vida en 10 temporadas a un .366. Y eso no fue mera casualidad.

"Siempre traté de observar a Bobby cuando yo estaba en el círculo de espera, la forma en que él manejaba cada turno al bate", recuerda Hunter. "Aprendí mucho viendo cómo manejaba las cuentas. Me convertí en un bateador más selectivo, controlando mi agresividad en el plato mucho mejor. Es como un efecto dómino. Tuvo un impacto desde el primero hasta el último bateador en el lineup.

"Estoy muy contento de que hayan traído de regreso a Bobby. Aporta mucha personalidad al equipo, aunado a lo que hace en el terreno de juego".

Abreu no esperó mucho tiempo después de terminada la temporada para firmar un contrato por dos años y $19 millones con una opción para el 2012. El venezolano ganó $6 millones, con incentivos incluidos, en 2009 luego de firmar un contrato por un año con los Angelinos.

"Aquí es donde quería estar", enfatizó. "¿Por qué habría querido irme?"

El shortstop dominicano Erick Aybar, uno de los pupilos más jóvenes de Abreu, tuvo quizás el más dramático aumento en su nivel de juego de todos los Angelinos.

Acarreando un promedio de bateo de por vida de .262 y un porcentaje en-base de .298 en su cuarta temporada, Aybar lideró el club con su promedio de bateo de .312 y elevó su porcentaje en-base a .353 -una diferencia de 55 puntos arriba.

"Bobby es el mejor", dijo Aybar. "Me ayudó mucho el año pasado, espero que también haga lo mismo este año. Admiro mucho a Bobby Abreu. No solamente es tremendo bateador, pero también una gran persona.

"Es un hombre muy sencillo, muy humilde. Siempre trata de demostrarte lo que verdaderamente importa. Siempre me fijo en lo que hace sobre el terreno de juego".

Abreu también es un sinónimo de durabilidad. Si ve acción en al menos 150 juegos en su decimotercera temporada consecutiva, igualará a Willie Mays con el récord de todos los tiempos en Grandes Ligas.

"Eso es algo de lo que estoy orgulloso, el hecho de poder estar ahí cada día para ayudar a mi equipo", expresó Abreu.

El manager de los Angelinos, Mike Sciosica, describió a Abreu como su JMV la temporada pasada por la gran aportación e impacto que tuvo en el equipo.

Abreu es capaz de influenciar a su equipo aun cuando no está jugando.

"Recuerdo el año pasado cuando tuvo un periodo de dos o tres juegos en los que se ponchó a menudo", recuerda Brandon Wood, el joven tercera base. "Tenía mi casillero justo enseguida al de Bobby, y sentía curiosidad por ver cómo se desenvolvía. Siempre está alegre y optimista.

"A menudo está sonriendo, bailando al son de su música latina. A veces voltea y dice, `No puedo pegarle a nada’ Luego se para en la caja de bateo y castiga a los lanzadores.

"Observar a Bobby me da una meta para cumplir - no tanto físicamente o con fundamentos sino por su madurez mental. Siempre está suelto y divirtiéndose antes de cada partido, pero cuando se llega la hora de jugar, toma el juego con mucha seriedad.

"Esa es la forma en que este deporte debe jugarse".

La forma de jugar de Abreu se está convirtiendo rápidamente en la forma de jugar de los Angelinos.

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