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BEISBOL 007

Se marchó el jefe de la Gran Maquinaria Roja

05 noviembre 2010

Miembro del Salón de la Fama:Fallece Sparky Anderson

Thousand Oaks, California, EEUU, noviembre 4 (AP).- Sparky Anderson, un manager que está en el Salón de la Fama del béisbol y que ganó títulos consecutivos de la Serie Mundial con Cincinnati y otro con Detroit, murió este jueves. Tenía 76 años.

Anderson falleció por complicaciones de demencia, dijo el vocero de la familia Dan Ewald. Un día antes, la familia de Anderson dijo que lo había internado en una residencia para enfermos terminales.

Anderson fue el primer manager que ganó títulos de la Serie Mundial en ambas Ligas, y el único que encabeza a dos franquicias en triunfos.

Sus Rojos -con estrellas como Pete Rose, Johnny Bench y Joe Morgan- ganaron títulos en 1975 y 76 y son considerados entre los mejores planteles de la historia. En 1984 ganó la Serie Mundial con los Tigres, encabezados por Kirk Gibson y Alan Trammell.

Su total de 2.194 victorias como dirigente era la tercera mayor cifra cuando se retiró después de la temporada de 1995, sólo detrás de Connie Mack y John McGraw. Ahora está sexto en la lista.

"Reverenciado y querido por sus jugadores por su humildad, humanismo, eterno optimismo y conocimiento del juego", lee su placa en Cooperstown.

"Murió demasiado joven. Ayer recibí muchas llamadas sobre el hogar y la demencia, de las que no sabía", comentó Jack Morris, un pitcher que ayudó a los Tigres a ganar su más reciente título. "No estaba preparado para esto. No se qué decir. Estoy asombrado".

"Sin duda fue una parte importante de mi vida. Tuvo mucho que ver con mi desarrollo como profesional y me enseñó mucho sobre la perseverancia. Era una buena persona", agregó.

Ewald conoció a Anderson durante unos 35 años como ex portavoz de los Tigres de Detroit y reportero del diario Detroit News.

"Sparky Anderson siempre será recordado por sus triunfos y su lugar en el Salón de la Fama del béisbol. Pero todo eso es superado por la clase de persona que era. Sparky no sólo le inyectó vida al béisbol, sino que le dio una sonrisa a la vida en general", comentó.

Anderson fue un terrible jugador y bateó .218 en su única temporada en las mayores. Pero se convirtió en uno de los mejores dirigentes en la historia del béisbol.

"Tuve buenos jugadores, no los molesté, les dejé ganar mucho y me mantuve durante 26 años", dijo cuando fue exaltado a Cooperstown en 2000.

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