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BEISBOL 007

CUANDO LA YERBA DE VERDAD ERA VERDE‏

 

Por Andrés Pascual

      
       Una vez, hace más de 10 años, en un terreno de pelota de Miami Lakes, una periodista americana de Televisión Pública nos convocó a Pedro Ramos, a Enrique Izquierdo, al ex pitcher amateur Pedro “Pico” Prado y a mí para que le dijéramos qué creíamos sobre la gestión del tirano en la pelota cubana; luego continuó con Jackie Hernández, Borrego Alvarez…
       El documental, que se llamó “Donde la yerba es más verde”, tenía detrás a algunas figuras procastristas americanas, como Peter Bjarkman, y lo completaron en Nueva York con entrevistas a José Valdivieso y Lorenzo “Habichuelas” Gómez; aunque de la participación del último no tengo seguridad. Ni Pico ni Izquierdo ni Pedro Ramos ni yo quedamos “vivos” luego del corte y la edición.
       La televisión pública americana quería una imagen adulterada del profesionalismo cubano para acomodar las loas a la caricatura de beisbol que juegan allá, hoy en absoluta fase de desaparición. Por lo que trataban de que fuera el glorioso profesional quien les dijera que aquellos a quienes ni conocían, no solo eran buenos; sino mejores que ellos.
      En 1936, un agente de Rafael Leónidas Trujillo viajó al campo de entrenamiento de los Piratas de Crawford con la encomienda de firmar para un campeonato a Satchel Paige. El contrato sería entre 6 y 15,000 dólares.  Recordando a Satch, Jimmy “Cool Papa” Bell dijo una vez: “si había dinero y un auto, iba a pie a la luna…”. Pero Trujilo le mandó más dinero al pitcher para que firmara a otras figuras del club de Gus Greenlee, entre ellas, al propio Bell y a Josh Gibson; Satchel llevó a otros 4 jugadores de los Piratas y Rodolfo Fernández otros dos; uno, de Kansas City y, el otro, del Cleveland Buckeyes. El resto de americanos incluyó a Herman Andrews, Sam Bankhead, Bob Griffith, Leroy Matlock, Cy Perkins y Harry Williams.
     Nueve jugadores sepias americanos y 9 cubanos que fueron Rodolfo y José María Fernández, dúo de hermanos estelares del beisbol de Ligas Negras y de la liga cubana; Tony Castaño (blanco), Cuco Correa, Silvio García, Rafael “El Viboreño” Quintana (blanco), Lázaro Salazar como manager-jugador; Miguel Solís y Huesito Vargas.
      Un solo dominicano, Enrique Lantigua y el boricua Orlando “Perucho” Cepeda, padre de Peruchín, integraron la novena que fue la unión de los clubes de la capital Escogido y Licey.
        Así se formó, en honor al dictador y con su dinero, el mejor club quisqueyano de todos los tiempos: Los Dragones de Ciudad Trujillo.
        Las Aguilas Cibaeñas tuvieron como principales estrellas al pitcher Chet Brewer, que perdió un juego contra Paige 2-4 sin permitir hits y a los cubanos Santos Amaro, Martín Dihigo, Luis Tiant padre; además, Juan Estando “Tetelo” Vargas, estrella dominicano de la época.
        La presencia cubana en las Estrellas Orientales fue con Julio Rojo, Pedro Arango, Carlos Blanco, Ramón Bragaña, Yoyo Díaz, Cocaína García, Alejandro Oms, Javier Pérez y Rogelio Terán.
        El calendario de juegos fue entre marzo 28 y julio 11 y lo ganaron los Dragones, que estuvieron 0-3 en las primeras tres de 7 series que jugaron; pero terminaron con 18-13 y las Aguilas con 13-15.
        Josh Gibson fue el champion bate con .453 y 21 empujadas; Làzaro Salazar llegó delante en triples con 5 y en anotadas con 31; Silvio García metió 14 biangulares, disparó 38 hits y compareció 128 veces al home plate; mientras que Dihigo y Santos Amaro se abrazaron con 5 jonrones cada uno. Satchel Paige terminó con 8-2 y Don Martín con 6-4.
        Esa campaña fue la última del beisbol en Dominicana durante 14 años; la caída del precio del azúcar y otros problemas económicos adversos provocó la ausencia. Cuando regresó, en 1951, por iniciativa de Tiant Tineo, de nuevo se copó de cubanos, pero descartados del Champion Invernal o del Beisbol Organizado.
        Si no observa en las relaciones de jugadores a Marrero, a Consuegra, a Isidoro León, a Natilla Jiménez, a Luis Suárez, a Napoleón, a Félix del Cristo, a Virgilio Arteaga, a Jorocón García, a Fleitas, a Roberto Ortiz, a Agapito Mayor, a Adrián Zabala… entre más de 50 estrellas, es porque pertenecían al circuito amateur; si tampoco a Estalella, ni a Fermín Guerra, ni a Gilberto Torres, ni a Juan Montero ni tal vez otros casi 100 profesionales blancos, fue porque pertenecían al Beisbol Organizado.
       Con esta historia, ¿Acaso cree alguien que, ni metafóricamente, esa yerba fue verde alguna vez después de 1961?


 

 Oms jugó para Estrellas Orientales, Dihigo para Aguilas Cibaeñas y Salazar dirigió y jugó para los Dragones, en la foto, en traje de los New York Cubans

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