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BEISBOL 007

Albert Pujols ya tiene 2.000 razones para quedarse en San Luis‏

 

SAN LUIS, Missouri -- Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": El sol caía a plomo sobre el centro de esta ciudad, el termómetro marcaba arriba de los 40 grados centígrados a dos horas del inicio del primer encuentro de la serie y, como siempre, miles de aficionados de los Cachorros se daban cita en las inmediaciones del Busch Stadium para un capítulo más de esta añeja rivalidad.
Ambos equipos ocupan polos opuestos en la tabla de posiciones. Los locales tienen una fiera batalla de dos meses frente a sí con otros tres equipos en la lucha por el boleto a la postemporada, mientras los visitantes, muy a pesar de lo que diga su manager, están ya pensando en la campaña 2012 y con serios cuestionamientos pendientes de resolver.
Pero cuando estas dos fuerzas de la División Central de la Liga Nacional se enfrentan, poco importa en realidad la posición que ocupan en la carrera hacia la postemporada. La serie por sí sola representa un gran atractivo por la historia de enfrentamientos entre ambos. Sólo que en esta ocasión, había un ingrediente adicional. Los fanáticos locales llegaban al estadio con la ilusión de presenciar un poco de historia, y al final del día, no salieron decepcionados. Todos sabían que el ídolo de la ciudad, el gran héroe y el considerado por muchos como el mejor pelotero de nuestros tiempos, necesitaba dos imparables para llegar a los 2.000 hits en su carrera.

Albert Pujols llegó, como siempre, antes que todos sus compañeros. Se metió a trabajar a las jaulas de bateo de modo que, cuando salió a la práctica de bateo, ya tenía una buena cantidad de swings en su haber. El gran suspenso generado por la serie y por el posible suceso histórico, provocó que varios revendedores ofrecieran boletos a la entrada del estadio y al final, el lleno a capacidad se registró.
 

La noche no comenzó muy bien para el dominicano, que conectó rodado para doble matanza en su primer turno, la número 23 de la temporada para él, que lo afianzó como líder en las Grandes Ligas en esa triste categoría. Pero con la marca de los buenos bateadores, Pujols consiguió doblete al derecho en su segundo turno, al abrir la cuarta entrada, con un batazo que no sólo significó el 1.999 de su carrera, sino que precedió al jonrón de David Freese que ponía adelante a los Cardenales en el marcador.
Desde ese momento, el público se dio cuenta de que la hazaña se podría presentar en cualquer momento. Pujols vino a batear nuevamente en la quinta entrada y ante un público que esperaba de pie el momento histórico. Conectó un rodado por tercera para terminar el inning. Una vez más la séptima entrada lo trajo a la caja, y parecía que el momento llegaba cuando Albert consiguió contacto sólido al jardín izquierdo, pero Alfonso Soriano estaba bien colocado para quedarse con la línea y apagar todas las esperanzas.
Solamente gracias a que los Cardenales montaron una buena ofensiva en la octava, Pujols recibió una última oportunidad. Nuevamente todos de pie, los flashes de las cámaras iluminaban la tribuna en cada pitcheo, hasta que llegó el batazo por la línea de tercera base sobre los lanzamientos de Carlos Mármol. Un doblete histórico, con el que Pujols alcanzaba los 2. 000 imparables de su carrera, convirtiéndose en el quinto jugador en la historia en alcanzar esa cifra con el uniforme de los pájaros rojos, junto a Enos Slaughter, Rogers Hornsby, Lou Brock y Stan Musial.
La ovación no se hizo esperar y el dominicano la agradeció quitándose el casco ahí mismo, encima de la segunda colchoneta. Un aplauso que se prolongó por varios segundos.
Después del juego, sin poder esconder la emoción que experimentaba, Pujols atendió a la gran cantidad de medios que se dieron cita en la casa club para recoger sus primeras impresiones. Albert confesó sentirse emocionado, al tiempo que aclaraba que no le había puesto en realidad mucha atención al hecho a medida que se acercaba. En todo momento destacó la importancia del logro conseguido, pero sin dejar de recalcar que lo que él busca, más que números personales, es otro anillo de Serie Mundial.
Pujols mencionó que cada día, cuando llega al estadio, observa la fotografía de aquel memorable 27 de octubre del 2006, cuando con su victoria por 4-2 sobre los Tigres de Detroit, los Cardenales se llevaban el trofeo de campeones del Clásico de Otoño. Y luego rectificó, mencionando que no era necesario ni siquiera observar dicha imagen, pues cada vez que cerraba los ojos, veía el clubhouse lleno de gente celebrando aquel día, el máximo logro que ha tenido en su carrera desde que llegó a las Grandes Ligas.
Albert mencionó que a nivel individual, por supuesto su máximo sueño es llegar algún día a Cooperstown, pero no lo quiere hacer sin antes conseguir al menos un campeonato más de Serie Mundial. Destacó que ese camino lo compartirá con su familia, pues a pesar de lo cansona que resulta una larga temporada de Beisbol, se da tiempo para estar con los suyos en el parque de pelota. Porque sabe que al final del camino, ellos también recordarán con mucha intensidad estos momentos que han vivido a su lado.
Finalmente, Pujols reconoció que el haber llegado a San Luis es lo mejor que le ha pasado, por tratarse de la mejor ciudad en lo que se refiere a béisbol, y recalcó que quiere terminar su carrera como pelotero de los Cardenales.
Después de haber presenciado otra página en la historia del béisbol, en la historia de los peloteros latinos en las Grandes Ligas, y en la historia de los Cardenales de San Luis, no me queda la menor duda de que la mejor parte no ha sido el observar el hit 2.000 o el escuchar la calurosa ovación de los 42.042 aficionados en el Busch Stadium, sino el poner atención a las palabras de un hombre que, en la parte alta de la montaña y en medio de uno de los logros más importantes de su carrera, ratifica que no tiene intenciones de irse a ningún lado.


Guillermo Celis es comentarista y analista de béisbol para ESPN Latinoamérica y columnista de ESPNdeportes.com. Puedes seguirlo en Twitter. Consulta su archivo de columnas.





 

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