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BEISBOL 007

Supo salir por todo lo alto‏

Tony La Russa salió por la puerta grande. Y esa es una digna despedida.

Muchos califican su trabajo como dirigente de los Cardenales en el 2011 como uno de los mejores. Estuvo al mando de un club que a 10 ½ de un cupo a la postemporada a finales de agosto, superó a Atlanta para ganar el Comodín de la Liga Nacional.

Eso pudo haber sido suficiente para que fuera una gran historia, pero su conjunto también ganó tres series de postemporada seguidas sin ser el favorito, y al final se llevó la Serie Mundial contra los Rangers en siete juegos, pero sin antes lograr una dramática victoria en el Juego 6. No pudo haber un mejor momento para que La Russa haya anunciado su retiro, que anunció el lunes, luego de un gran triunfo de su equipo.

San Luis fue el ejemplo de lo mejor de los equipos dirigidos por La Russa -- la manera en que todos se niegan a darse por vencidos a pesar de las circunstancias. Aunque el enfoque cae sobre héroes de la postemporada, lo que siempre separa a los clubes de La Russa a los demás es su capacidad de luchar durante un largo camino, dar todo su efuerzo en cada momento que están sobre el terreno.

Por eso el lugar de La Russa entre los mejores pilotos de todos los tiempos no sería tema de debate. En la lista histórica es tercero en triunfos y pudo haber sido segundo sobre John McGraw, si hubiera decidido volver para otra campaña. Pero eso no era parte del panorama de La Russa.

"Estoy consciente de la historia del juego", expresó La Russa. "Pero no estaría contento si mi único motivo para regresar fuera para ascender un puesto. Esa no fue la razón por la que decidí ser manager".

La Russa fue uno de solamente nueve pilotos en dirigir tres campeones de Serie Mundial. Fue uno de solamente dos en ganar el Clásico de Otoño en ambas ligas, junto a Sparky Anderson.

Por la manera en que La Russa dirigió también cambió la manera en que se jugó el béisbol. Su empleo de relevistas para ciertas situaciones definió la forma en que se emplean los bullpens en el béisbol actual.

A La Russa nunca le sobraron los críticos, lo que en cierta forma es prueba del éxito que ha tenido. Posiblemente pudo haber ganado más de un Clásico de Otoño con Oakland en los años 80 y comienzosde los 90, pero un jonrón de Kirk Gibson cambió las cosas en 1988.

Los Cardenales bajo La Russa no eran muy queridos por sus oponentes. Pero los pupilos de La Russa se ganaban la admiración y respeto del rival al demostar su gran esfuerzo, y con el paso del tiempo, su éxito.

Y La Russa no dudó en ser el centro de la controversia si eso lograba que el otro equipo se olvidara de su principal meta de darle una derrota a los Cardenales. Durante los años La Russa logró enfadar a varios pilotos en la otra cueva y eso siempre resultó a favor de su club.

Al preguntársele sobre su éxito mientras seguía acumulando triunfos, La Russa típicamente contestaba "conté con excelentes organizaciones" o "conté con excelentes situaciones". Es cierto, fueron situaciones positivas con los Medias Blancas, Atléticos y por las últimas 16 temporadas, con los Cardenales.

Pero por otra parte, aquellas situaciones y organizaciones fueron mucho mejores porque su manager fue Tony La Russa. El gran dirigente deja el juego en lo más alto de su carrera. Y sale como un innovador, un hombre que comprendió el papel que juegan las cualidades impalpables de un jugador, el gran esfuerzo y determinación. Tony La Russa, que ya tiene un puesto asegurado en el Salón de la Fama, nunca dejó de luchar.

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