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BEISBOL 007

Una incubadora de ta lento Béisbolero‏

David Waldstein. The New York Times. 20-10-2011

San Luis. Pocas ciudades resuenan con tanta tradición beisbolera como San Luis, y pocas tan forradas con los colores de su equipo como esta ciudad, donde hasta las fuentes del centro dispensan agua teñida con el rojo de los Cardenales, este octubre.
Algunos de los mejores equipos y jugadores de la historia del juego han jugado en San Luis, en Sportsman’s Park, Robison Field y los dos Busch Stadiums. Y los ecos del juego tambien llegan a otras partes de la ciudad, particularmente a una vecindad llamada The Hill, que está a siete millas del centro.
Fue allí, en un solar de Elizabeth Avenue, donde dos hijos de inmigrantes italianos practicaban sus habilidades para jugar futbol, futbol americano y más que nada beisbol.
Uno de ellos era Lawrence Berra, quién luego sería conocido a nivel nacional como Yogi, y el otro era Joe Garagiola. Todavía eran bebés cuando los Cardenales ganaron su primera Serie Mundial en 1926. Cada uno ahora es una leyenda del béisbol cuyo nombre reluce.
“Jugábamos todo el tiempo”, dijo Berra en una entrevista telefónica este jueves 20 de octubre de 2011 mientras recordaba la vecindad donde creció. “Después de la escuela nos íbamos a jugar hasta que sonaba el pito de la factoría. Esa era la señal de que nuestros padres habían terminado de trabajar y nosotros teníamos que regresar a casa para acompañarlos. Después volvíamos afuera a jugar”.
Hoy, el solar de la Elizabeth Avenue ha sido ocupado por una casa, pero las viviendas donde crecieron Berra y Garagiola aún existen, son las casas 5447 y 5446 de Elizabeth Avenue. Mary Frances Brown, sobrina de Berra, aún vive en la vieja casona familiar, ahora renovada.
De hecho, muchas de las calles, casas y comercios de la zona obrera The Hill, permanecen intactas, no cambió mucho desde la era cuando los hijos de inmigrantes italianos se americanizaron a través de los deportes.
Elizabeth Avenue ha sido rebautizada como el Lugar del Salón de la Fama, sendas placas en las aceras identifican los hogares de Berra y Garagiola, y el legendario narrador de los Cardenales Jack Buck, quién compró una casa al final de la cuadra, en la esquina de Elizabeth y Macklind cuando transmitía los juegos de los Cardenales.
También hay placas en el frente de los hogares de cinco miembros del equipo de fùtbol de Estados Unidos que derrotó a Inglaterra en la Copa Mundial de 1950.
Como cualquier persona del lugar, Berra y Garagiola crecieron aupando a los Cardenales, pero sólo Garagiola tuvo la fortuna de ser firmado por el equipo. Jugó seis temporadas con los Cardenales y fue el catcher del equipo de 1946 que venció a Ted Williams y los Medias Rojas de Boston para ganar la Serie Mundial.
Aunque Berra fue ignorado por los Cardenales y el otro equipo local, los Carmelitas de San Luis, él se las arregló para salir adelante. Firmó con los Yanquis en 1943, ganó 10 Series Mundiales y tres premios al Jugador Más Valioso, jugó 19 temporadas y fue elegido al Salón de la Fama en 1972.
Pero dijo este jueves que su hermano mayor Tony, apodado Lefty por el poder al bate que tenía con esa mano, era el mejor jugador.
“Mi padre no lo dejaba jugar, ni a mis otros hermanos Mike y John”, dijo Berra. “Él no sabía de béisbol. Ellos tenían que trabajar y cobrar un pago. Pregúntale a cualquiera en The Hill: Tony era el mejor”.
Ahora que los Cardenales consiguieron su undécima Serie Mundial, The Hill sigue siendo una vecindad italiana, con la iglesia de St Ambrose, a la cual asistieron Berra y Garagiola, como punto de encuentro de los residentes.
Los numerosos restaurantes italianos y comercios, la presencia de Milo’s Bocce Garden, donde la gente puede reunirse para tomarse una cerveza mientras juegan bocce (boccia, juego italiano parecido a las bolas criollas practicadas en Venezuela), evocar un tiempo cuando el italiano era el lenguaje que más predominaba en las calles y donde las manos de los obreros estaban llenas de callos de tanto trabajar en las minas de arcilla, factorías de ladrillos y plantas de spaghetti.
“Vaya a cualquier vecindad de cualquier ciudad de Estados Unidos y pregunte, ¿Dónde están los italianos?”, dijo Joe DeGregorio, un italo-americano de segunda generación quién organiza tours en la vecindad.
Aunque no en The Hill, DeGregorio dijo que cuando la inmigración empezó en la última parte del siglo XIX, muchas personas llegaron desde un grupo de cinco pueblos cercanos a Milan al norte de Italia, más que de Sicilia y el sur, el origen de muchos otros inmigrantes italianos en Estados Unidos.
“Joe Garagiola solía molestar a mi padre porque era de Sicilia”, dijo DeGregorio.
Clara Scozzari, de 85 años, aún vive en Elizabeth Avenue, cerca de donde creció. Ella ha conocido a Berra casi toda su vida, o desde que ambos iban a Shaw’s School.
“Ellos solían jugar béisbol en la calle, y nosotros los veíamos algunas veces”, dijo Scozzari. “Ël era muy rudo, pero al final siempre era muy agradable”.
Hoy todavía hay una gran población de inmigrantes italianos en The Hill, gente como Salvatore Licata, quién vino aquí desde Sicilia en 1959 y ahora es dueño de la panadería Marconi. Giovanni Dominic Galati es el dueño de el restaurante Dominic en 5101 Wilson, allí son habituales Tony LaRussa, manager de los Cardenales hasta esta temporada, y Joe Torre, quién jugó y dirigió aquí. Galati dijo que The Hill había cambiado algo, pero que todavía mantenía ese atractivo diario y la simplicidad que le dio el sentido de lugar.
“Este es un lugar donde puedes caminar a la panadería y comprar una hogaza de pan”, dijo. “Y después del trabajo, tomar una cerveza en Milo’s y jugar boccia, ir a la iglesia y regresar a casa. Todavía es un lugar sin igual”.
Hace ocho décadas, allí fue donde Garagiola y Berra jugaron caimaneras. Todas esas décadas más tarde, el sitio permanece sólo a siete millas del foco del mundo del béisbol.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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JOE GARAGIOLA

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