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BEISBOL 007

Los nuevos managers tienen muchos retos por delante‏

Con el anuncio de Bobby Valentine como nuevo manager de los Medias Rojas, ya quedaron los 30 equipos con sus pilotos para el 2012 (si no hay otro cambio de último momento).

Los cinco equipos que llegarán a la próxima temporada con dirigente nuevo asumen ciertos riesgos, y a la vez los capataces tendrán de cara retos fuertes pero diferentes, dependiendo de la situación y la ciudad.

A continuación, un vistazo a lo que le espera a cada uno, en orden de dificultad.

1. Bobby Valentine, Medias Rojas 

 

 

 

 

 


Un roster fuerte y la popularidad del equipo hacen que este puesto sea bien atractivo.

Pero la historia reciente lo convierte en algo complicado.

Es considerada una decepción una temporada que no incluya un anillo de campeón en Boston. El que sucede Valentine fue bien querido por sus jugadores. Los Medias Rojas juegan en la división más difícil de Grandes Ligas. Y el equipo viene de un colapso histórico en septiembre.

No sólo tiene Valentine que lidiar con todo eso, sino también que esperan que maneje un clubhouse mucho más estricto ahora, siendo un recién llegado y teniendo que "domar" a personalidades con mucho ego.

Bobby V tiene que sacarle más a Jon Lester y Josh Beckett, tratar de manejar la situación con el decepcionante Carl Crawford y a la vez "ganarse" a Dustin Pedroia, Kevin Youkilis y el dominicano David Ortiz (si éste vuelve).

¿Puede Valentine sacarle lo mejor a este equipo? Esa es la gran interrogante, imposible de contestar ahora.

2. Mike Matheny, Cardenales 

 

 


Matheny ni siquiera ha sido coach a nivel profesional, ni mucho menos ser manager. Ahora tratará de llenar el vacío dejado por nada más y nada menos que Tony La Russa, un dirigente que va rumbo a Cooperstown. San Luis viene de ganar la Serie Mundial y es una ciudad loca con su béisbol. Y claro, es posible que tenga que asumir su nuevo rol sin los servicios de la superestrella Albert Pujols.

Una cosa que tiene Matheny a su favor-sin importar la falta de un currículum en el dugout-es su personalidad. Sabe ser disciplinario, inspirador y querible al mismo tiempo, algo difícil de lograr, aun con toda la experiencia del mundo. Los jugadores clave de los Cardenales-Chris Carpenter, Yadier Molina y Pujols-quieren mucho a Matheny y, más importante, lo respetan.

Naturalmente se puede esperar que cometa algunos errores propios de un novato. ¿Cómo reaccionarán los jugadores si sus decisiones le cuestan algunos partidos? ¿Cómo lo tratarán los fanáticos si el equipo no gana? ¿Y cómo lidiará con los detalles que vienen con ser manager de Grandes Ligas-hablar con los medios, conformar un lineup, manejar un bullpen, manejar los egos de los peloteros, sentar a los jugadores y ser cuestionado en sus decisiones?

Nadie sabe, porque nadie ha visto a Matheny hacerlo.

3. Dale Sveum, Cachorros 

 

 


Aparte de que el equipo no gana una Serie Mundial en 104 años y viene de una temporada de 91 derrotas, el hecho de deberle US$18 millones a un pitcher (Carlos Zambrano) que tal vez no lance ni una sola bola por el equipo en el 2012, más deberle US$54 millones a Alfonso Soriano en los próximos tres años, no es tan mala la situación en el norte de Chicago.

Bueno...en realidad hay cosas positivas en los Cachorros.

--Es un gran mercado en una gran ciudad con una excelente base de fanáticos.

--Luce bastante prometedora la nueva dirección del presidente de operaciones de béisbol, Theo Epstein.

--Las expectativas son ideales. Si Sveum no brinda un título de Serie Mundial, será sólo el último de una larga lista de managers que no han ganado. Pero si gana una corona, será todo un héroe.

Claro, no será fácil, aun con Theo dirigiendo el show y hasta si llega un pelotero de renombre como Prince Fielder. La realidad es que Chicago estará en reconstrucción, desde los contratos pesados a nivel de Grandes Ligas hasta el sistema de liga menor. La interrogante es si habrá suficiente paciencia para que Sveum pueda ser el manager de un equipo que finalmente triunfe.

4. Ozzie Guillén, Marlins 

 

 


Es fácil estar entusiasmado con los Marlins ahora mismo, con su nuevo estadio, su nuevo look y su agresividad en la agencia libre (incluyendo la firma del cerrador Heath Bell).

Pero terminará pronto la luna de miel con Guillén, y habrá muchas interrogantes después de eso.

¿Puede el venezolano convertir a los Marlins en un equipo contendiente? Si firma el dominicano José Reyes, podrá Guillén convencer al quisqueyano Hanley Ramírez a trasladarse a la tercera base? ¿Podrá Ozzie, con su estilo franco, llevarse bien con una gerencia que en el pasado no ha visto bien tanta honestidad a la hora de hablar públicamente?

Y más importante, ¿podrá venderle el béisbol a la fanaticada del sur de la Florida?

Esa última interrogante va no sólo para Guillén, sino también para la franquicia de Miami. Los Marlins han estado últimos o cerca del sótano en asistencia desde que fueron fundados en 1993. Debido a eso-y a que compartían su estadio con los Dolphins del fútbol americano-los Marlins no tenían fondos para firmar a jugadores de alto perfil.

Ahora, aparentemente, sí los tienen.

Se espera que la nómina de Miami suba de US$58 millones en el 2011 a por lo menos US$85 millones para la próxima campaña.

Ahora dependerá de Guillén-manager y en parte una figura de "mercadeo" en este nuevo rol-aprovechar todo lo nuevo para que los Marlins ganen y a la vez hagan que suba la asistencia en Miami.

5. Robin Ventura, Medias Blancas 

 

 


Las mismas interrogantes con Matheny en San Luis se pueden aplicar en el caso de Ventura y el sur de Chicago. Al igual que el gerente general de los Cardenales, John Mozeliak, el GG de los White Sox Ken Williams corrió un riesgo al contratar a un manager basándose en lo que éste enseñó como jugador.

Como Matheny, Ventura tendrá que aprender sobre la marcha. Pero diferente a Matheny, no cuenta con un roster ideal.

La gerencia de los Medias Blancas trató de ganarlo todo en el 2011, llegando a casi US$128 millones en nómina. Y el equipo sólo ganó 79 partidos. Ahora les toca decidir si quieren seguir con este grupo o hacer una reconstrucción completa.

Eso le toca a Williams.

Pero también significa que no habrá tanta presión sobre Ventura, a quien se le pedirá que saque el máximo al roster de los Patipálidos. Tiene mucho que aprender. Y tiene que hacerlo rápido.

 

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