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BEISBOL 007

LA HAZAÑA CASI OLVIDADA DE PEDRO MARTÍNEZ‏

Por Andrés Pascual

El año 1934 se recuerda porque Joe Medwick dio jonrón en el Juego de Estrellas y repitió en Octubre contra los Bengaleses de Detroit; también porque Columbia Lou colocó en la vitrina de la sala familiar el trofeo de ganador de la Triple Corona en el Joven Circuito.

Sin embargo, 1934 fue el Año del Rey Carlos, Carl Hubbell, el pitcher zurdo de los Gigantes al que, se puede decir, el screwball (tornillo) contribuyó a su elección al Salón de la Fama de forma especial.

Los recuerdos de Hubbell concluyen en “aquel Juego de Estrellas del 10 de julio de 1934 en Polo Grunds, cuando ponchó en fila a Ruth (dio el primer cuatroesquinazo en este tipo de evento el año anterior, 1933, durante el primero de ellos), a Gehrig, a Foxx, a Simmons y a Joe Cronin”.

Fueron dos innings que, desde entonces, forman parte de la leyenda del beisbol: el 2do, con escón sobre Ruth, Gehrig y Foxx estando embasados Gheringer y Manush y, el tercero, en que abanicó a Simmons y a Cronin.

Cuando Hubbell dejó el juego por un relevista en el cuarto, el partido estaba 4-0 por la Nacional; cuando cayó el out 27, la Americana había ganado 9-7, pero la derrota no pudo opacar en lo mínimo la actuación del zurdo.

Pedro Martínez abrió el Juego de Estrellas por la Liga Americana el 13 de julio de 1999 y todo el mundo sabía que el Viejo Circuito iba a tener “una piedra en cada zapato” durante el tiempo que se mantuviera en el box; pero no de que fuera capaz de emular la soberbia actuación de Hubbell que, por circunstancias especiales de una época con respecto a otra, para mí, la superó.

El lanzador dominicano forma parte del cuarteto de serpentineros más dominante e intimidante de los últimos 25 años junto a Madduxx, Clemens y Randy Johnson, además, pertenece a la élite del pitcheo de todos los tiempos.

Una pregunta con su respuesta sobre la capacidad de inmortal pudiera ser ¿Cómo debe lucir en el montículo un verdadero Hall of Famer? Como Pedro Martínez, ese sí es un elemento de Cooperstown.

Si usted lee que los 5 artilleros que poncho consecutivamente Carl Hubbell en 1934 sumaron entre ellos 2,218 jonrones, quizás se asuste; pero, si revisa la cantidad de los cinco que abanicó Pedro Martínez en el primero y el segundo inning de 1999, entonces se espanta: 2,222 batazos de vuelta completa es el total de McGwire, Larry Walker, Sosa, Barry Larkin y Jeff Bagwell.

El primer inning trabajado aquel día por el otro ídolo de Quisqueya (además del Mariscal de los Gigantes), ratificó la case imponente, decisiva y decidida del gran pitcher: Barry Larkin abrió abanicando el tercero, Larry Walker dejó que el referí concluyera su turno cantando el ponche y Sosa le fue a una curva en cambio endemoniada; a paso de conga cubana: “uno, dos y tres” y el estadio casi revienta.

Como home club, la Americana le anotó dos al abridor Curt Schilling con 3 hits, una base por bolas y un robo de segunda de Kenny Lofton incluido, lo que hubiera sido suficiente; pero, como decía Johnny Carson, “todavía quedaba más”.

El segundo lo abrió Pedro ponchando a McGwire, que le tiró a los tres lanzamientos; pero Matt Williams se embasó por error del camarero sobre un lance que parecía fácil. Entonces Jeff Bagwell le tiró al tercero, mientras Matt Williams era atrapado en intento de robo de catcher a segunda para completar la doble matanza de un inning que, como actuación individual de pitcheo, coloca la de Pedro por encima de la de Hubbell por una sola razón: en la era Ruth NO SE UTILIZARON ESTEROIDES, la bola era menos viva, las distancias más cortas y lo que cuelga; al modo mío de ver las cosas, suficiente para comprender que ese dominicano hubiera sido igual, quién sabe sí más fenomenal en aquellos años, que lo que fue durante estos.

Al día siguiente, la prensa informaba una victoria 4-1 del Joven Circuito y a Pedro como ganador.

Sin embargo, increíblemente, a pesar de que fue uno de los grandes momentos de la historia del pasatiempo, pocos lo recuerdan en toda su grandeza.

Pie de grabado: A su grandeza como pitcher hay que agregarle el capítulo del ALL Star-1999

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