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BEISBOL 007

¿Cooperstown Latino: Mito o realidad?‏

"Aquí estamos tratando de armar un Cooperstown latino, bajo el concepto de que Cooperstown es el Vaticano del béisbol y nosotros (el Salón de la Fama del Béisbol Latino) la Catedral".
Esta frase retumbo cada oportunidad de oratoria de Don Roberto Weill, presidente del Salón de la Fama del Béisbol Latino durante el pasado fin de semana en el 3er. Fin de Semana de Exaltación de esta, aún joven, institución del béisbol cuya sede es el complejo turístico Casa de Campo en La Romana, República Dominicana.
El Salón de la Fama del Béisbol Latino, es un organismo filantrópico que busca rendir homenaje a las carreras de los jugadores latinoamericanos en las Grandes Ligas. Tiene el aval de la Oficina del Comisionado del Béisbol de las Grandes Ligas y una amigable relación con el Salón de la Fama y Museo del Béisbol Nacional en Cooperstown.
Esta cercanía con las autoridades del béisbol mayor es quizás un aspecto inédito con un ente en América Latina. A pesar de que la Confederación de Béisbol del Caribe tiene estrechas relaciones laborales con Major League Baseball, mantienen constantes choques que afectan la pelota invernal. Quizás las relaciones de Weill y su socio co-fundador, Rafael "Ralph" Ávila han sido fundamentales sumado al hecho de desarrollar este proyecto en la República Dominicana, y en especial en uno de los lugares más exclusivos del continente como Casa de Campo.
Ávila es una institución del juego en esta materia. Es el scout que convenció a los Dodgers sobre el potencial de invertir en el desarrollo y talento en la República Dominicana, movimiento que guió a las demás treinta organizaciones a revolucionar el juego en búsqueda de talento local y que ha convertido a este país en el mayor exportador de materia prima para el mejor béisbol del mundo.
Las razones sobran para seleccionar a la República Dominicana como la capital de nuestro béisbol. Weill afirma que este país "cuenta con la infraestructura turística, el crecimiento macroeconómico y la estabilidad política para sostener este proyecto", además de tener la "joya de la corona" que es el complejo Casa de Campo.
100% de acuerdo.
La ambiciosa iniciativa promete convertir a Casa de Campo en el lugar de peregrinación de fanáticos del béisbol interesados en la historia y el desarrollo de la pelota latinoamericana ligada a las Grandes Ligas, con el proyecto, aún en papel, de un museo de exhibición valorado de $4 millones de dólares. El Salón de la Fama ha conseguido la parte más difícil: la atención y apoyo de las autoridades del mejor béisbol del mundo, sin embargo aún falta en gran parte la cercanía con la realidad de la pelota latinoamericana, sus ligas y organizaciones.
"Esta iniciativa de Roberto (Weill) de tener un organismo que reconozca las carreras de nuestros peloteros en las Grandes Ligas es un paso muy grande. Yo le dije desde el principio que debía tener el aval de MLB y de Cooperstown para tener una base muy sólida", explica Ávila, el scout cubano que se considera dominicano de corazón. "Es nuestra mayor contribución al béisbol, hay entusiasmo, va en crecimiento y la idea es dejar este legado para el futuro".
Cada año, durante la exaltación se busca no sólo inmortalizar a nuevos miembros electos, quienes atienden la ceremonia para su nombramiento y reconocimiento en un evento de gala. Posteriormente regresan un año después para develar su estatua en lo que han denominado "El Paseo de los Inmortales" situado en el Parque Central de La Romana. Existe un comité permanente de selección que recibe nominaciones provenientes de Venezuela, México, Puerto Rico y República Dominicana, países de los cuales se selecciona el candidato con más votos para su exaltación. El comité también ha exaltado a jugadores destacados de otros países como Panamá, Cuba y Nicaragua, esperando recibir nominaciones de Colombia en un futuro. También eligen a un grupo de veteranos cuyas carreras hayan sido previas a 1959 y un ejecutivo o propulsor del béisbol en nuestros países.
En el papel este barco va viento en popa. Sin embargo aún existe un gran desconocimiento en general en nuestras regiones de la pelota. Vaya usted a Valencia, Culiacán, Maracaibo, San Juan o Panamá y pregunte en un terreno sobre esta iniciativa. Quizás nadie le podría decir que tienen tres años enalteciendo las carreras de nuestras leyendas del béisbol. Me atrevo a decir que ni en San Pedro de Macorís podríamos conseguir conocimiento sobre esto.
"Estamos exaltando y justificando la existencia en forma monolítica de la excelencia de nuestros peloteros", afirmó Weill, pero la caravana repleta de leyendas del béisbol que recorrió la ciudad de La Romana con Luis Tiant, Bernie Williams, Tony Peña, Andrés Galarraga, Manny Trillo, Tony Oliva, Felipe Rojas Alou, Orestes Miñoso, Tom Lasorda, Pat Gillick, Pedro Guerrero, Tony Fernández, Dennis Martínez, Edgar Martínez y Ben Oglivie, entre otros; fue confundida entre la propia población con una caravana política del candidato presidencial Danilo Medina.
Reunir a estas leyendas en una plaza pública parecería un gran evento. Sin embargo, aquel sábado quienes con entusiasmo gritan en esta ciudad "To's somos Toros" ni sabían de qué se trataba el tumulto.
Mi punto es que precisamente hay que tener una conexión directa con cada punto en América Latina donde se juega béisbol, de lo contrario no es un verdadero Salón de la Fama del Béisbol Latino. Puede tener las figuras latinas, incluso el aval de quienes los han llevado a brillar en las Grandes Ligas, pero no esa relación cercana con nuestro béisbol cuyo ciclo lo completa nada más y nada menos que el fanático.
Para ser más claro hablo del fanático en Yucatán, Chiriquí, Managua, Barranquilla, Caracas, La Habana, San Francisco de Macorís o Caguas. La historia y la evolución generacional de la pelota cobran realmente un significado en ese fanático y en nadie más.
El pasado domingo la asistencia al majestuoso Anfiteatro Romano de Altos de Chavón fue masiva para la noche de exaltación, ceremonia que contó con la actuación del merenguero Eddy Herrera para exponer las carreras de los homenajeados en la "clase" de este año. Durante el evento se entregaron placas de reconocimiento a equipos de Grandes Ligas, este año fueron los Medias Rojas de Boston, a la oficina de Major League Baseball, al equipo ganador de la Serie Mundial, los Cardenales de San Luis y el premio Tom Lasorda a una figura de contribuciones notables al desarrollo de los latinos en las mayores, este año el ganador bien merecido fue el ExGerente General y Salón de la Fama Pat Gillick.
Ahh, y una placa para los Leones del Escogido como campeones de la Serie del Caribe. No estuvieron los dueños del club, ni su gerente, ni si quiera el presidente de la Liga Dominicana para recibirlo. De hecho, no estuvo ningún representante oficial de la pelota latinoamericana.
En la gala se le rindió un homenaje a Venezuela por sus aportes al béisbol latino. A "Venezuela", a través de un video institucional de la Liga Venezolana. No a la Liga Venezolana como tal, ni a sus equipos. La placa la recibió un representante consular de Venezuela en República Dominicana, que de paso lució molesto ante la interpretación de "God Bless America" por parte de Hailey Swindall, la nieta de George Steinbrenner, el fallecido propietario de los Yankees.
"Nosotros fuimos invitados pero por motivos de las elecciones venezolanas no pudimos asistir al evento" declaró vía telefónica el Economista José Grasso Vecchio, Presidente de la Liga Venezolana de Béisbol, quien reconoció que este proyecto aún tiene un "problema de institucionalidad". "Los países y equipos miembros de la Confederación del Caribe tenemos un Salón de la Fama para los peloteros que se han destacado en la Serie del Caribe y cada país tiene sus mecanismos de exaltación y homenajes" explicó. "Este es un recinto que rinde tributos a todos los peloteros latinos en general y se enfoca en sus actuaciones en Grandes Ligas. Hay claramente una dualidad, y lo ideal sería trabajar en conjunto, pero eso no ocurre actualmente".
Quizás el premio más subestimado de la noche fue la exaltación del propulsor/dirigente del béisbol latino, que recayó este año en Domingo "Monchín" Pichardo, el hombre que llevó las riendas de los Tigres del Licey por 22 años ganando nueve títulos de la Liga Dominicana y seis de la Serie del Caribe. Su hijo, Domingo Pichardo dio unas emotivas palabras en su memoria que le dieron una pizca de presencia al béisbol caribeño en una ceremonia que se supone sea "propia".
Honores que buscan continuidadEl actual coach de banca de los Yankees y ex-receptor Tony Peña fue uno de los exaltados. Para él esta iniciativa demuestra el gran avance de la pelota latinoamericana, sin embargo el futuro de este proyecto depende de los peloteros. "La continuidad de esto depende de nosotros mismos, de los peloteros. Tenemos que asistir y venir cada año, aceptar la invitación y aportar al legado del béisbol para que todo esto permanezca y crezca para las futuras generaciones" expresa.
"Este es el reconocimiento más grande que he recibido en mi carrera" dijo el receptor cuyo peculiar estilo de sentarse detrás del plato marcó pauta en la década de los 80. Quizás por ser el local, fue el más aplaudido. No pudo contener las lágrimas ante la multitud.
"Nadie nos tomaba en cuenta antes" dijo Tony Oliva a sus 73 años de edad. Oliva está decepcionado porque su candidatura hacia Cooperstown nunca se ha concretado en elección a través del Comité de Veteranos. "Mis números están ahí en blanco y negro, en el papel y yo sólo espero poder recibir ese gran reconocimiento en vida, pues después no se disfruta nada" dice con frustración tras recordar que el año pasado nadie fue electo a través de esa vía a la inmortalidad establecida del béisbol.
"Esta es una oportunidad y una ventana que tienen muchos peloteros latinos de que esa grandeza sea reconocida". Así definió Bernie Williams el Salón de la Fama del Béisbol Latino. "No a todos les tocará ir a Cooperstown, pero ya estar aquí es un honor muy grande" afirmó quien también fue exaltado en la "Clase del 2012" por su natal Puerto Rico. Williams asistió a la ceremonia junto con su madre y su hermano y reconoció que si se necesita involucrar más a las organizaciones latinoamericanas de béisbol pero piensa que el aval de Major League Baseball "es un estímulo para estar aquí".
Jesús Manuel Marcano Trillo, quien fuese conocido en su carrera en las mayores como "Manny" se vio visiblemente emocionado durante el fin de semana tras ser el único venezolano electo del 2012. "Yo vengo de un pueblo pequeño de una familia humilde y mi madre quería que yo fuera médico. Yo quise ser pelotero y me concentré en mi meta. Hoy es un honor ser reconocido al lado de estas figuras" comentó el "Indio". "Cuando yo llegué a las mayores no fue un impacto para mí porque ya yo me imaginaba que iba a estar ahí, yo sentía que pertenecía ahí" confesó tras recordar todos los nombres de esos instructores que le enseñaron el juego en los terrenos orientales venezolanos.
El legendario Tommy Lasorda apoya la iniciativa con el premio que lleva su nombre. "Cuando yo vine la primera vez a este país como un scout y regresé a los Estados Unidos, el vice-presidente de los Dodgers Al Campanis me preguntó: ¿Qué piensas de la República Dominicana?... Yo le dije: Este país es la nueva Cuba" contó el embajador de buena voluntad de Major League Baseball. "Por eso estos dos hombres (Weill y Ávila) hacen una gran labor al homenajear al béisbol latino", opinó.
"Este es un gran proyecto, pero la credibilidad del mismo debe consolidarse y eso se hace con el acercamiento a la Confederación del Caribe", agrega Grasso Vecchio. "Estamos dispuestos a tener una cercanía con este Salón de la Fama para lograr una verdadera institucionalidad y trabajar juntos para rendir homenajes a nuestro béisbol, pero estos esfuerzos corren el riesgo de perderse en el tiempo si hay una dualidad de conceptos. Esto confunde al fanático que además recibe poca información de este evento".
Y es el béisbol latino en el que se deben centrar los homenajes. Pareciera que estas festividades se enfocan en rendir tributo a los canales que las Grandes Ligas han utilizado para obtener el talento latinoamericano para sus equipos, y no en el talento y aporte de cada país hacia la mayor plataforma de béisbol del mundo.
Un vaso medio lleno, o medio vacío.
Pero esto no se trata de una competencia de reconocer quien le ha dado más a quien. El Salón de la Fama del Béisbol Latino es la oportunidad histórica de realzar esa simbiosis entre ambas partes --MLB y América Latina-- que ha tocado a millones de fanáticos de este deporte alrededor del planeta. No reconocer por igual a alguna de las dos partes es totalmente injusto, y no integrar a los fanáticos de cada país que durante décadas le han dan razón de ser a sus figuras es un fuerte corto circuito con la realidad.
AUTOR : Leonte Andino  /ESPN

 

 

TONY OLIVA

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