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BEISBOL 007

VALENTINE SALVÓ EL PUESTO, POR AHORA

Por Andrés Pascual

La gerencia de Boston mantuvo al manager Bobby V al timón del club en el terreno, tal vez reconocieron que el año pasado sucedieron cosas y el tipo no estaba allí, lo que es poco común en el beisbol profesional, que resuelve los problemas botando al manager.

La historia cuenta que a directores que ganaron la liga un año, pero no pudieron imponerse en la Serie Mundial, se les cesanteó sin contemplaciones y, al modo mío de verlo, el caso más interesante fue el de Casey Stengel en 1960, que cayó apretadamente en el 7mo juego por el jonrón de Mazerotski.

Valentine es un antipático, un payaso, un egocéntrico, pero no es el culpable de la despedida del Boston del titular victorioso, porque no estaba mandando el juego cuando todo comenzó que, si no he leído mal y entendido bien, fue el año pasado, por el resquebrajamiento total de la disciplina, que se produjo el derrumbe de la moral colectiva, de lo que no pudieron reponerse este año.

Cuando se gasta tanto en una plantilla y no se gana, hay problemas si el desplome contempla actos de indisciplina inaceptables sin que el manager tome medidas drásticas contra uno o contra varios, por lo que el club se pone al garete y, a la hora de exigir respuestas, el resquemor acusatorio individual abarca a todos y así no se puede jugar, mucho menos ganar. Eso empezó con Francona y continuó con Valentine.

Pero el director que ganó en Japón no logró elevar el rendimiento de algunos jugadores simbólicos, que habían ayudado a ganar al equipo una Serie Mundial, como Beckett o Youkilis, en su lugar, culpó a Kevin de todo lo malo que le sucedía, cuando la realidad era que el club “le quedaba grande”, porque había perdido el team work y este señor no tiene la capacidad de conciliación más exigencia que requiere semejante empeño, porque no es motivador.

Entonces, con un nivel algo menos que módico como respuesta entre la oferta y la demanda, tampoco es un estratega nato, de nivel, que bastante oportunidades ha tenido para demostrar lo contrario y los Mets de Nueva York los convirtió en un Viet Nam antes, como al club de Massachusets este año.

La gerencia declaró que la gozadera a nivel de clubhouse el año pasado tuvo como único responsable a Josh Beckett, que ya no está en el equipo, ni Nick Punto ni Adrián González ni Carl Crawford.

Al mantener a Valentine en su puesto después del meeting con los dueños en Seattle, tal vez el mensaje sea “botamos a cualquiera antes que a Bobby V”, claro, hasta que les de la gana, porque, en los anales de las Grandes Ligas, solo dos managers, señalados por todo el mundo del desastre de sus clubes durante la temporada, han mantenido sus puestos con el sacrificio de jugadores estrellas como chivos expiatorios: Guillén con los Marlins, que debió acompañar a Hanley Ramírez en el paquete, y Valentine con Boston.

Como que en esta era de decadencia del pasatiempo todo puede pasar, el capítulo de mañana de estas telenovelas pudiera continuar con la cesantía del venezolano y la contratación de Valentine, que no está en el Sur de la Florida porque no quiso, ¿Quién lo duda?

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Por ahora no se va

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