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BEISBOL 007

Tim Raines busca aumentar sus votos para el Salón

WASHINGTON – Tim Raines tiene la oportunidad de unirse a sus ex compañeros de equipo Gary Carter y Andre Dawson como inmortal de Coopertown. El ex jardinero se encuentra en la boleta del Salón de la Fama por sexto año.

Raines parece estar acumulando algo de impulso en las votaciones. En el 2012 recibió el 48.7% de los votos de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica, comparado con el 37.5% que recibió el año anterior.

Un candidato debe recibir por lo menos un 75% para ser exaltado al Salón de la Fama.

Raines jugó en una era en que Rickey Henderson era el primer bate más dominante del béisbol, pero el primero fue un pelotero de mucho impacto con su bate y su velocidad.

La mayoría de sus logros fueron desde el tope del lineup de los Expos de Montreal y los Medias Blancas de Chicago. De 1981 a 1992, anotó 90 carreras o más en ocho ocasiones, fue líder de su liga en bases robadas cuatro veces y bateó .290 o más en siete temporadas.

En sentido general, Raines jugó 23 campañas en Grandes Ligas. Está en el quinto lugar de todos los tiempos en bases robadas (808) y terminó con 2,605 hits y 1,571 anotadas. Aun cuando ya no era un jugador de todos los días, resultó ser un suplente de mucho valor al ayudar a los Yankees a coronarse campeones en 1996 y 1998.

Al preguntársele hace par de años si pensaba que pasó algo desapercibido al jugar en la misma época que Henderson, Raines dijo lo siguiente: “Un poco, pero creo que la diferencia era que él jugaba en la Liga Americana y yo en la Liga Nacional, algo que ayudó. Eramos como rivales, pero realmente nunca jugamos uno en contra del otro. Si ves el lado de la Liga Nacional, la gente diría lo mismo de mí que de él en la Americana.”

Dawson, quien jugó ocho años con Raines en Montreal, cree que su ex compañero merece estar en Cooperstown.

“Estás hablando de un pelotero que jugó 20 y pico de años”, dijo Dawson. “Era consistente y firme. Era un catalizador. Para lo que era su rol, lo hizo muy bien.

“Él era Rickey Henderson, menos todos los jonrones como primer bate”, continuó Dawson. “A lo mejor era mejor a la defensa-con mucho mejor brazo.”

Entre las muchas temporadas dominantes de Raines en la década de los 80, llama la atención 1987. Ese año tenía mucho que probar, ya que viniendo de ganar el título de bateo de la Nacional el año anterior fue agente libre, Pero el mercado no se movió en ese invierno, algo que unos mediadores decretaron al final ser una especie de conspiración de los dueños de equipo de mantener los salarios bajo control.

El guardabosque no podía volver a los Expos hasta el 1ro de mayo, pero recuperó el tiempo perdido. En su primer juego, se fue de 5-4 contra los Mets, incluyendo un jonrón con bases llenas frente al relevista Jesse Orosco.

“No había tenido entrenamientos de primavera y estábamos jugando en Nueva York”, dijo Jim Fanning, quien fue gerente general, manager y locutor de los Expos en diferentes momentos de la carrera de Raines. “Era su primer partido de regreso. Fue la estrella del juego.”

Raines terminó aquella campaña encabezando la Nacional en anotadas y fue tercero en promedio con .330.

Seleccionado en el draft de 1977 como segunda base, Raines tuvo dificultades a la defensa en el cuadro interior. Cambió al jardín izquierdo para 1981 fue lo mejor que hizo.

“No fue un cambio difícil ponerlo en los jardines”, dijo Fanning. “No me sorprendo con la carrera que tuvo. Tenía la habilidad de jugar este juego. Fue un deleite verlo en el terreno, sin importar quién era el pitcher.”

 Bill Ladson / MLB.com

 

 

 

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