Blogia
BEISBOL 007

16 años del jonron gigantesco del “GATO ” Galarraga

Andrés Galarraga conectó, hace 15 años, uno de los  cuadrangulares más largos en la historia  de las Grandes Ligas: un Grand Slam al último piso del Pro Player Stadium, de Miami.

Hace exactamente 15 años, un swing de Andrés Galarraga quedó marcado en la historia de las Grandes Ligas con la conexión de uno de los cuadrangulares más largos que se haya visto en las mayores.

El 31 de mayo de 1997, en el entonces llamado Pro Player Stadium, de Miami, “El Gran Gato” disparó un jonrón con las bases llenas en el cuarto inning, en cuenta de 2-2, ante Kevin Brown, el as de los Marlins de Florida y uno de los lanzadores más dominantes del momento. El estacazo saltó del bate del venezolano disparado hacia lo más profundo del left field, rebotando en el último piso del escenario de la Florida.

“Fue un slider ‘jangueado’, como decimos”, recuerda Galarraga, vía telefónica desde West Palm Beach. “Me acuerdo que Kevin Brown ese año estaba difícil y para uno darle un hit era buenísimo, y darle un jonrón con las bases llenas en Miami, parecía que lo hubiese dado en Caracas, porque eso estaba lleno de venezolanos. Eso fue muy sabroso”.
Durante unos minutos se pensó que el batazo del inicialista era más largo de la medida final.
“579 pies fue lo que se dijo en principio y después lo bajaron a 529 pies”, señaló. “Posiblemente iba a ser el jonrón más largo en la historia, y dos innings después lo bajaron a 529 pies, como para no quedar como el jonrón más largo de la historia”.
No existe la certeza de cuál es el vuelacercas que recorrió la mayor distancia. Algunos señalan uno de Mickey Mantle, de 643 pies; otros uno de Babe Ruth, que recorrió 575 pies, y el récord también se le acredita a Dave Kingman, con un jonrón de 630 pies.
Lo cierto del caso es que la tabla del criollo está entre los 10 más largos de todos los tiempos y quedó como el más lejano disparado en el viejo estadio de los Marlins.
“Estaba tan contento que no me importaba si lo bajaban o no. Yo sólo estaba feliz”, expresó. “Los fanáticos, la gente, los jugadores aún lo recuerdan, ‘wow, qué palo diste allá en Miami, el más largo que se dio ahí’, y gracias a Dios no se superó, porque ya hicieron otro estadio”.
Lo que más entusiasmó al “Gato” de ese cuadrangular fue que lo dio fuera del Coors Field, de Denver.
“Ese fue uno de los puntos buenos, porque en Colorado dábamos los jonrones y no nos tomaban mucho en cuenta, porque decían que la pelota corría más y salía más”, explicó. “Si doy ese jonrón en Colorado dicen, ‘no, eso es por la altura, porque la bola corre más’. Por eso es que me alegro más de que haya sido en Miami, fuera de Colorado”.
“Lo bueno era escuchar a los mismos peloteros”, añadió. “Unos decían, ‘si yo me pongo a batear aquí, desde segunda base, creo que no llego allá a donde tú lo montaste’. Otros decían que la bola iba subiendo, en vez de ir cayendo, más bien iba subiendo la pelota. Mucha gente decía que pensaba que se iba a ir del estadio”.

Todos disfrutaron ese cuadrangular, menos, como era de esperarse, el equipo de los Marlins. Incluso el relevista Dennis Cook decidió tomar su propia venganza, que terminó con su expulsión y la del venezolano en el octavo inning.
“El primer pitcheo que me hizo me lo tiró por encima de la cabeza, y dije, ‘bueno, si este me la pega, voy a tener que pelear aquí’. No quería pelear, porque había dado jonrón, y resulta que el próximo pitcheo me lo pegó en la costilla”, rememoró. “Fue a drede. Yo esa semana estaba caliente y les había dado varios jonrones a los Marlins (el Grand Slam fue su tercero en días consecutivos), y entonces, después que les di ese batazo, Jim Leyland (mánager de Florida) me mandó a tumbar, y lamentablemente terminamos peleando ese día”.

Augusto Cárdenas

0 comentarios