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BEISBOL 007

Luto en el Itsmo, cuando Duran abandono contra Leonard

 

 

ANDRES PASCUAL

Cuando Roberto Durán decidió escalar divisiones superiores comenzando por la welter en busca de más fama y más dinero, mantuvo un nivel de clase; pero ya no era el superpegador de la división ligera que llevó a un periodista a calificarlo como “Manos de Piedra”; porque la adquisición de peso para invadir divisiones superiores no provoca poder de golpeo; sino que, como el combate será contra hombres que están en un peso superior con nivel de asimilación para ese peso, el recién llegado, en este caso el panameño, un 135 libras llevado a welter apurado, necesitará más fuerza para poder liquidar vía anestesia general a contrarios de 147 ½;  amèn de que su velocidad tampoco será la misma. 

Al concluir la segunda pelea Leonard-Duràn el 25 de noviembre de 1980, un cronista panameño escribiò: “Nunca pensè que tendrìa que escribir asì de Duràn…” Era la amargura bajo fuego amigo y enemigo, el reflejo del estupor ocasionado por el abandono a los 2.44 del 8vo. en la que se promocionò como otra Revancha del Siglo de las màs de 50 que se anunciaron como gancho propagandìstico.

 

El hombre indestructible de la divisiòn lightweight, con pegada casi homicida y resistencia de miura, que habìa ofrecido una gran demostración en su primera pelea contra Sugar Ray Leonard llevándose una peleada decisión a 15 rounds en Canadà cinco meses antes, dejaba el pleito y su orgullo pisoteado por propia voluntad con las dos palabras màs famosas dichas por un pugilista en la historia del boxeo: “No màs” Hasta hoy, nadie sabe en què idioma se pronunciaron; porque nunca se aclarò su significaciòn en el momento cumbre del ascenso de una maravilla y de la caìda de un ìdolo de un paìs pequeño y pobre.

Durán alegò que: “No estoy avergonzado, fueron calambres en las manos y el estòmago, eso ocurre…”  Mientras, un allegado dijo: “…por el brusco descenso de 12 kilos previo al combate…” Pero las preguntas en casi todo el mundo tienen que haber sido: ¿Fue una actitud responsable excederse 12 kilos de peso sobre el lìmite de la divisiòn? ¿Podìa caer vìctima de calambres un profesional bien entrenado para una pelea en que se llevarìa 10 millones? o, ¿Tenìa derecho a abandonar el itsmeño cuando solo faltaban 16 segundos para que concluyera el asalto?

Dìa negro en Panamà y la caìda (muchos la llamaron la huida) del ìdolo sumiò al paìs en el màs absoluto desencanto; al dìa siguiente de la pelea, en la capital, aparecieron carteles con la inscripción “Duràn traidor”

Como elemento del negocio y recordando las palabras de Dempsey sobre lo dicho por Tunney de “yo no estaba noqueado” con “si èl lo dice, yo le creo…”, Angelo Dundee explicò, “Un campeòn de su estatura merece crèdito, si afirmò que tuvo calambres, asì debiò ocurrir”. Leonard, con su particular punto de vista, dijo: “Si a un hombre le dan como yo a Duràn es normal que sufra de calambres…”

Hubo quienes pensaron que pudo ser un arreglo de Don King buscando un 3er. pleito; pero la forma como concluyò, que demeritò la imagen de Duràn, fue muy burda como para haber sido arreglada; tras aquella extraña derrota, Duràn decidiò “retirarse” de mentiras…

Lo màs razonable lo expuso Rene Molina en un diario boricua, como siempre, la opinión demoledora del maestro cubano fue ùnica: “No es tanto el comportamiento de Duràn en New Orleáns; sino el de Leonard en Canadà el que habrìa que investigar; porque un boxeador de su clase, de esos que acaso se necesitan 50 ò màs años para que aparezcan , no pudo haber lucido tan inferior en el primer pleito con respecto a este”…Amèn.

Lamentablemente, el final del 8vo. round opacò la tremenda demostración de habilidades y estrategia que desarrollaba el nuevo fenómeno americano.

Previo al combate, Duran fanfarreonò: “Lo voy a noquear porque no me gustan los payasos…” Pero se impuso lo artìstico, que demostrò que, en el pugilismo, la ciencia se impone a la fuerza bruta y que la pegada no es màs que un complemento del boxeador; pero no es el boxeo. Duràn nada tenìa que ofrecer y Leonard estaba comenzando: le superò en todo en los casi 8 rounds del combate; sencillamente, Duràn lo buscò y nunca lo encontrò; entonces se frustrò…Hoy se menciona poco aquel final de leyenda que solo sirviò para que Leonard dejara sin concluir una de sus màs soberbias demostraciones en el ring.

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