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BEISBOL 007

Cuenca, con los pies sobre la tierra

 

 

 

Cuenca, con los pies sobre la tierra

El teléfono celular suena y -aunque esperamos encontrarnos con la voz de su dueño-, nos encontramos con que atiende una presencia femenina…

-Sí, buenas noches… Estamos buscando a César Cuenca…

-Ah, bue… Espere. Voy a ver si tiene tiempo para atenderlo.

-¿Tiempo para atendernos? Vea… dígale que hablamos de ESPN.com y… Perdón, ¿Con quién hablo?

-Con la secretaria. Está muy ocupado pero bueno, en fin… veremos que se puede hacer… ¿De dónde dijo que está llamando?

Tras la pausa, más larga de lo esperado, aparece la voz de Cuenca, divertido, festejando la broma:

-¿Te la creíste eh?

-¿Asi que ahora tenés secretaria y estás muy ocupado?

-Y… si, ahora que soy campeón mundial no puedo atender a cualquiera ¡Ja!

Así es César René Cuenca y por algo le gusta que le llamen “El Distinto”. La que atendió no es por cierto, su secretaria, sino su esposa. Gabriela, a quien todos llaman Coti. Ella es la responsable de haber incidido muchas veces para que Cuenca, cansado, no dejara el boxeo de una buena vez… -Tantas veces dijeron que era aburrido y que mi boxeo no se lo podían vender a nadie, que en más de un momento estuve a punto de colgar los guantes, pero mi mujer siempre me dio ánimos…. Nuestra hija tiene 13 años, Rocío, y es la gran alegría de nuestra casa y también fue uno de los motores para seguir en el boxeo…

Cuenca, tras haber sido retador oficial a la corona superligero de la WBO, llegó a sentir que el mundo del boxeo no era justo para con él. Se cansó de esperar su merecida oportunidad hasta que, finalmente, la gente de la IBF –especialmente Aníbal Miramontes, uno de los más empinados dirigentes de la entidad- lo escuchó…

Se le ofreció una pelea eliminatoria con Albert Mensah, a quien derrotó por puntos en Caseros, Buenos Aires, el 3 de mayo de 2014. Debía medirse con Lamont Peterson, pero éste dejó de ser campeón y Cuenca terminó peleando por el título vacante con el chino Ik Yang en Macao, luego de un año completo de inactividad.

Es que, luego de batir a Mensah, no volvió a subir a un ring. Fanático confeso de San Lorenzo de Almagro, luce la camiseta cada vez que puede y, como no podía ser de otra manera, cuando regresó a la Argentina pasó por el programa de Guillermo Tinelli, uno de los más populares de la televisión. Aunque su rival, de sólo 21 años, estaba como amplio favorito, ya que venía invicto en 19 peleas con 14 nocauts, Cuenca ganó por puntos y se llevó el campeonato mundial.

-Cuando terminó la pelea, Pato Tedesco (el hijo de Mario, su entrenador principal) me vino a alzar en brazos y yo le dije: “Esperá… todavía no… por las dudas… Esperá un poco”. -¿Tuviste alguna duda de tu victoria? -No, yo sabía que había ganado casi todos los rounds, pero fui postergado tantas veces que tenía miedo de festejar antes de tiempo. ¿Y si los jurados daban otro fallo? Por suerte, se hizo justicia…

-¿Y ahora?

-Ante todo, quiero descansar. No mucho, quince días, yo nunca descanso más que eso. Para esta pelea me entrené más intensamente, pero siempre estoy en buen estado. Estuve concentrado una buena parte en la provincia de San Luis, y toda la parte final en Caseros, provincia de Buenos Aires. Ante todo, quiero irme a mi pueblo natal, Tres Isletas (provincia del Chaco, 35 mil habitantes) para llevar donaciones a la Salita de Primeros Auxilios y la escuela número 477, en donde yo estudié de chico. Quiero celebrar con los míos. No me olvido de mis raíces, de mi pueblito, de mi gente y quiero estar con ellos.

No es la primera vez que Cuenca carga un camión con medicamentos y elementos escolares para viajar a su pueblo, del que se vino a Buenos Aires, a los 14 años, para hacer donaciones. De hecho, nunca le dio demasiada publicidad al tema. Es así, simplemente: un tipo sencillo, que ha basado todo en algunas palabras claves: esfuerzo, entrenamiento, dedicación, humildad.

-En esta pelea en Macao no gané ninguna fortuna, pero ahora espero que vengan mejores bolsas… La categoría superligero es muy buena y competitiva y seguramente, me van a ofrecer buena plata para pelear en los Estados Unidos. Yo quiero hacer por lo menos una defensa en Argentina, para estar con mi gente.

-De paso habría que decir que le arruinaste el negocio a Bob Arum, que confiaba en tener a otro boxeador chino campeón del mundo…

-Y… asi es la cosa, suele ocurrir. A mí me decían allá en Macao, que era bueno que hubiese ganado un boxeador como yo, que todo lo basa en habilidad de piernas y brazos y no en el poder de sus puños. Yo soy eso, un boxeador, disfruto con lo que hago, pero no tengo dinamita. No es justamente mi culpa… Cada uno boxea con lo que tiene… Cuando subí al ring estaba como 4-1 abajo en las apuestas, así que me imagino que, a lo mejor, hice feliz a alguien que haya confiado en mí, apostando algunos dólares.

Cuenca –el campeón número 40 de la historia del boxeo argentino, tiene 48 peleas, invicto, con solamente 2 triunfos antes del límite…

-Me gusta que me llamen Distinto, así me siento, no me comparo con nadie. Tengo 34 años. A lo mejor llego un poco tarde a este campeonato mundial, pero mi esposa me dice siempre que todo llega en su medida justa. Y ahora que estoy maduro como hombre, que tengo los pies en la tierra, también puedo tener una manera diferente de ver las cosas. Esto me ha costado mucho y sé que no solamente tengo que cuidarlo: además, tengo que hacerlo valer… Por eso espero hacer algunas defensas y luego enfrentar a algún rival grande. Muchos dirán que soy aburrido, pero creo que de ahora en más, van a ver a otro Cuenca, porque esta victoria me da otro ánimo, otra confianza.

-Igual no cambiarás tu estilo, al que le fuiste muy fiel pese a las críticas.

-Por supuesto, uno tiene que ser coherente. A mí me gusta boxear así, me entretiene, me gusta demostrar mi estilo y creo que hasta ahora tan mal no me fue...

Por ESPN

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