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BEISBOL 007

“SEÑOR, NO ES POSIBLE ¡DETENGAN ESE SUICIDIO…!”


casamayor sale retiro



Por Andrés Pascual

El crecimiento desordenado, impunidad legal para otorgar licencias o autorizaciones DE PROPIEDAD u otras relativas por intereses maliciosos de índole mercantil a cualquiera, que dañan al deporte profesional desde hace más de 30 años, se erije en valladar formidable a la hora de establecer comparaciones entre el pasado deportivo profesional y una actualidad que gana tanto dinero, como escasea de experiencia y clase para convencer al erudito muchas veces.

En el beisbol, 150 insuficientes lanzadores más que en las plantillas que durante la época en que las Mayores tenían 10 clubes por liga y el grito de horror es que “no hay pitchers”. Entre “no hay” y “no los hay suficientemente buenos”, de categoría para el nivel superior, media una explicación que no ofrecen nunca.

El miedo a la prueba al azar, sin embargo, redujo ridículamente la cantidad de jonrones por líderes en ambas ligas. Creando la base razonable para que el tradicionalista grite a toda voz: “no solo los lanzadores de antes eran más efectivos y eficientes”, sino que, a pesar de eso, “los bateadores bateaban más cuadrangulares y sus compilaciones o acumulados de bateo de fuerza eran mejores”. Y todos callados porque es una VERDAD DEMOLEDORA.

Para la decadencia del boxeo, 4 versiones de campeonato y una veintena de “aspirantes” por peso, luego, si usted es campeón de una faja, realmente lo es de un cuarto de campeón; si de dos, medio campeón…

Esta modalidad, que atenta contra el pugilismo, también impide disfrutar la pelea que “todos quieren ver”, porque ningún boxeador, o muy pocos, mete la mano en el ranking y saca al retador que contribuya a la “megapelea”, no, el tiempo actual establece que la televisión y el billete se orienten hacia “dos cuartos de campeones” o hacia otro que, sin hacer escalafón, salta a un peso superior pactado, o regresa del retiro a una pelea, también en peso acordado, y barren con los obreros que esperan su oportunidad y nadie sabe cómo los mueven.

El “boxeo viejo” establecía que el ranking de 10 existía para algo, que desde este salía el hombre que daría, como retador, “la que todos querían ver”; muy pocas veces se corría el riesgo de retar a un monarca de divisiones superiores, porque era un suicidio la mayoría de ellas, le sucedió a Robinson, a Paret, a Luis Manuel, a Billy Conn, a Mantequilla a…

Hace algún tiempo, escribí lo que puede leer debajo para un periódico miamense, que se publicó en Boxeo Mundial tambien:

“En igual medida que crece la pérdida de las facultades, desaparece la confianza necesaria para ejecutar ni con mediano virtuosismo; entonces aparecerán las justificaciones, por los yerros que comete, la ayer figura grandiosa en cualquier actividad artística o deportiva: la diva del ballet culpará al partenaire por la pérdida de la efectividad que le impidió medir bien, entonces punteó mal…El pitcher, incapaz de ponerle extra a la bola, le dirá que “fue un lanzamiento escapado”, o “una curva que se quedó alta”.

“El boxeador discutirá, con quien esté dispuesto a intercambiar opiniones, si fue “un golpe de suerte” el que lo horizontalizó por la cuenta irremediable; muchas veces, contra oponentes que no valían (valen) un medio como mercancía y, si lo envuelve, pierde el dinero invertido en el papel”.

“No se va Roy Jones jr. que tiene problemas económicos; amenazaron Tito Trinidad y hasta George Foreman con regresar hace poco; lo hizo Oscar y peor no le pudo ir…Hay otros que deben tomar las de Villadiego y ahí están, arrastrando al público paisano a fantasías que, con el boxeo, nada tienen que ver. Un capricho o una necesidad no solo pisotea un récord de inmortal, sino que afecta la capacidad mental del individuo a extremos muy peligrosos”. A fin de cuentas, siempre estará ahí el lobo para engullir de un bocado al cordero desorientado en medio de las luces de una arena boxística. Lo peor de todo es el PPV, la fraudulenta promoción y el dinero casi robado en pleitos que, todo el mundo lo sabe, no son disfrutables, porque se puede calcular el resultado previo mejor que la suma de 2 más 2”.

Joel Casamayor ha sido el pugilista que más ha convencido de todos los que han llegado desde Cuba a partir de 1990, su capacidad de movimiento necesitó de pocos ajustes, porque, no ha sido extraño en muchos de los boxeadores de la era castrista, vino con filosofía profesional, con hambre y con la determinación que lo ha llevado a dejar huella en los pasillos del exigente circuito.

Un peleador rápido, incluso mañoso, capaz de ripostar con efectividad y atacar con instinto rematador, el Cepillo ha sido, sin dudas, uno de los mejores pesos de divisiones pequeñas del boxeo criollo histórico.

Sin embargo, lo anterior lo dije porque no quiero parecer injusto con el compatriota, a fin de cuentas, los boxeadores de “antes” en Cuba no tenían la posibilidad de optar por una de 4 versiones, caso contrario a cómo se construyó la historia, más de 20 de aquellos antaño maravillas, que no alcanzaron a coronarse, hubieran sido monarcas holgadamente.

Hace algún tiempo escribí para Conexión cubana lo que puede leer en el link debajo, es sobre Joel Casamayor y el intento fallido contra Bradley, que lo noqueó, dejando al descubierto un estilista sin piernas, sin reacciones y sin reflejos, es decir, a punto de mate ante el Padre Tiempo:

http://www.conexioncubana.net/deportes-2/429-joel-casamayor

Hace un par de días, el amigo, trainer y profesor de boxeo Roberto Quesada, me informó que existía la posibilidad del regreso de Casamayor, ratificado por el propio pugilista desde su residencia en Las Vegas.

¿Qué busca el antillano con el retorno a destiempo, si al fin y al cabo continúa y se posibilita su caprichosa irresponsabilidad?

Tal vez Casamayor esté en condiciones deplorables económicamente, es posible, quizás no tuvo en cuenta ciertos pasos obligatorios de la cartilla del comportamiento, que pueden ser no dilapides, guarda y cuídate de aduladores y guatacas en tiempos de buena cosecha, que ninguno te asistirá si se inunda la siguiente ni con un par de semillas necesarias.

Como colofón de las trágicas decisiones, los peleadores que, o lo botaron todo irresponsablemente o no entienden, no quieren entender que los ojos no envejecen , por lo que esos paquetes que usted vé pueden matarlo si se arriesga a meterse con ellos en un ring.

Para darle cumplimiento o continuidad al matadero que, por parte tan dolorosa representa el boxeo, siempre habrá un promotor dispuesto a montar el show y empujarlo al ring por un par de pesos que, mañana, no le van a alcanzar ni para pagar una píldora contra la demencia. Así hay que hablarle a Joel Casamayor, porque ya apareció en la prensa y aparenta estar decidido a suicidarse.

Es decir, a adelantar la demencia senil, producto del castigo, al nivel de los muchísimos que desoyeron las voces de ultratumba de Fistiana, donde les alertaban que el ring cobra semejante osadía de la peor forma posible.

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