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BEISBOL 007

Rentería fue una inspiración

ARLINGTON -- Faltaba poco para el cierre de la temporada regular y los Gigantes peleaban palmo a palmo con San Diego el título de su división.

 

Edgar Rentería, quien estuvo tres veces en la lista de lesionados durante el año, decidió alzar su voz en la caja de bateo del estadio Wrigley Field en Chicago.

 

Le dijo a sus compañeros que creía que este era su último año en las mayores y empezó a llorar. Todo el mundo se quedó callado.

 

"No soy una persona que habla mucho, más bien soy de escuchar. Pero ese día sentí que tenía que decir algo", recordaba el campocorto colombiano mientras paseaba en el estadio Rangers Ballpark de Arlington el trofeo de campeón de la Serie Mundial que acababa de ganar con los Gigantes.

 

Las palabras de Rentería tuvieron un efecto inmediato. En ese juego del 23 de septiembre, Juan Uribe conectó un jonrón con las bases llenas y otro que remolcó dos carreras en el mismo inning. El dominicano apenas había conectado dos hits en sus 21 turnos previos al juego.

 

 

A partir de ese momento e inspirados por Rentería, San Francisco fue una fuerza imparable que ganó el banderín del Oeste de la Liga Nacional en el último día de la temporada regular.

 

Siempre con la etiqueta de los más débiles en los pronósticos, eliminaron a Atlanta en la primera ronda de los playoffs y sacaron de su pedestal a los Filis de Filadelfia, los bicampeones vigentes del Viejo Circuito, y a su mentada súper rotación de Roy Halladay, Roy Oswald y Cole Hamels.

 

"Es una persona única, donde esté va a hacer lo mejor que pueda y ayudar a todo el mundo", comentó Hensley Meulens, el coach de bateo de los Gigantes, al recordar la reunión que marcó un giro para los Gigantes.

 

"Este fue el año más difícil de mi carrera", dijo Rentería, quien apenas jugó 72 juegos, la menor cantidad en una carrera que comenzó en 1996, por culpa de dolencias en la ingle, biceps izquierdo y codo. Apenas produjo 22 carreras y dio tres jonrones.

 

Inclusive estuvo en el banco durante los primeros cinco juegos de la postemporada.

 

Pero guardó lo mejor que tenía para el mes de octubre, consagrándose como el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial.

 

Su aporte en el Clásico de Otoño fue con un promedio de .412 (siete hits en 17 turnos), incluyendo dos jonrones y seis remolcadas. El segundo de esos jonrones el lunes por la noche marcó la diferencia en la victoria 3-1 sobre Texas, la segunda vez en su carrera que conecta el hit de la diferencia en el juego decisivo de una Serie Mundial.

 

 

El otro fue en 1997, en su segunda campaña, cuando en la parte baja del undécimo inning conectó un sencillo por el medio ante Charles Nagy para remolcar a Craig Counsell y darle la corona a los Marlins de la Florida sobre los Indios de Cleveland.

 

Ahora, Rentería acompaña a Lou Gehrig, Joe DiMaggio y Yogi Berra como los únicos en la historia con dos imparables decisivos en Series Mundiales.

 

Nació con un gen especial para brillar en octubre, lo cual su plasma en sus estadísticas tras tres clásico: .333 de promedio (21 hits en 63 turnos) y 10 remolcadas.

 

"Puedo dar fé que Edgar ansiaba mucho esto. No fue hace poco que me dijo: ’quiero ganar otra Serie Mundial’", recordó su manager Bruce Bochy.

 

Rentería es de Barranquilla y junto con la cantante Shakira son los dos más famosos de la ciudad del Caribe colombiano.

 

¿Sigue pensando en el retiro?

 

"No sé. Voy a pensarlo y ver qué sucede. Ahora quiero seguir gozando", respondió.

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