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BEISBOL 007

¿DÓNDE ESTÁ EL LLANTO DE AYER?‏

Por Andrès Pascual

 

        El estadio de los Marlins es un peso más sobre las espaldas del contribuyente de la ciudad, posiblemente más incómodo y difícil que la famosa deuda externa de Estados Unidos.

        El dueño del club de la Florida logró su propósito de que le construyeran el parque con la menor inversión posible.

        Lo importante es que el estadio está ahí, ya nadie puede impedirlo.

        Desde que la franquicia fue inaugurada en la Liga Nacional, comenzaron las quejas y lamentos, heredadas en su momento por cada gerencia a cargo.

        La situación ha sido tan oscura y poco divulgada que John Henry, que se quejo por lo pobre de sus finanzas, vendió el club para comprar otro mucho más caro como los Medias Rojas de Boston.

        En el año 2003, luego de comprar otro campeonato con buenos prospectos y algunos del mercado de agentes libres, desbandaron el club por imposibilidad de cumplir la nómina.

        Sin embargo, en una de las ciudades más pobres del país lograron que la Comisión de Miami aprobara la construcción del parque que, a ciencia cierta, nadie sabe ni cuando concluirá de pagarse ni con el sacrificio que se hará.

      Por esas razones, las preguntas que debe responder Jeffrey Loria son     ¿Cómo se puede estar conversando con un jugador tan caro como Al Pujol si la queja por la escasez de dinero todavía se escucha?

     ¿Cómo se habla de posible refuerzo del club con otros jugadores de alto precio relativo?

    Todo es tan oscuro cuando de esta gente se trata que nadie puede confiar en ellos.

    La gran pregunta que nadie le ha hecho a Loria, obligatoria por la responsabilidad que tuvo con la ayuda de políticos sin escrúpulos para lograr un estadio nuevo con dinero de los ciudadanos más pobres de Estados Unidos, debería ser Mister, ¿Cómo usted habla con Pujol, con Reyes y con otros jugadores cuando aún se oyen los lamentos por pobreza casi absoluta en las arcas del team? o ¿No será que el asunto quedó en esa tipo de relación,  obligatoria por las reglas, que incluye un almuerzo con arroz y frijoles negros? ¿De donde sale ese dinero hoy?

    Por todo lo que conocemos, nadie puede dudar que sea otra jugada sucia con intención desconocida. El tiempo dirá la última palabra



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