Blogia
BEISBOL 007

El Emergente. Ronny Cedeño y su adiós a Maracay

ronny.jpg

 

La salida de Ronny Cedeño deja a los Tigres sin uno de sus estandartes. En esta entrega sobre las últimas transacciones en nuestra pelota, repasamos cómo será sustituido y qué impacto puede tener el par de peloteros llegados desde Magallanes

¿Qué representa para los Tigres haber entregado a Ronny Cedeño, emblema de la divisa y probablemente el campocorto más completo de la LVBP?

¿Valdrá la pena haber salido de un jugador al que muchas divisas quisieran tener?

Cedeño siempre se reporta. Desde la primera vez que se puso el uniforme de los felinos, no ha dejado de actuar en nuestro circuito. Es un buen defensor. Todavía le buscan en el beisbol organizado, para usarlo como utility. Batea. Y batea, sobre todo, en postemporadas. Impuso un récord de 10 jonrones para un shortstop en la liga en rondas eliminatorias, pero su OPS es notablemente superior cuando llegan los playoffs.

El carabobeño tiene 31 años de edad. Es plausible pensar que aún será un jugador importante aquí en las próximas dos o tres temporadas, y que después de ello estará en capacidad de ayudar con un perfil menos protagónico, pero igual de importante, como ha sido con casos como los de Luis Maza o Ramón Castro.

¿Por qué lo cambiaron? O mejor, ¿para qué?

Esta es la tercera entrega dedicada a los más recientes pactos realizados en la pelota local y la segunda que escribimos desde la óptica de los aragüeños. Queda una pendiente otra, para evaluar las transacciones desde la acera de los Bravos. Por hoy, analicemos el convenio con Magallanes que puso a José Ortega y Argenis Díaz en Maracay.

El momento de negociar a Cedeño era este. Lo más probable es que ya haya alcanzado su pico más alto y que, por su edad, haya empezado ya la segunda parte de su carrera. Es lo natural, le sucede a todos los deportistas.

Si el alto mando tigrero creía necesario hacerlo, como de hecho lo creyó, era mejor ahora que esperar. El porteño ya no está en las mayores, sino en triple A, y la no tan sutil diferencia de estatus puede estar señalando, aunque muy a lo lejos, dónde queda la puerta de salida.

Insistamos, todavía es un jugador que hace diferencia en la LVBP y Magallanes seguramente sacará provecho de ello en la 2014-2015. Pero su salida permite la llegada de un lanzador que actualmente está en las mayores, que tiene potencial para ser cerrador en este torneo y que hasta ahora no ha sufrido mayores limitaciones para actuar en su país.

José Ortega, el pitcher que responde a esa descripción, es una de esas piezas por las que vale la pena entregar a alguien tan importante en la organización, como Cedeño. Independientemente de lo que suceda en el futuro, los aficionados saben cuán complicado es conseguir monticulistas así. En el papel, esa parte del cambio tiene sentido y es equilibrada, aunque duela perder a un histórico de la dinastía felina.

El envés de esa decisión también debe ayudar a la fanaticada a ver las cosas sin esa sombra apocalíptica que perciben algunos. Más allá de los Maza, los Castro, los Alex Núñez o los Luis Hernández, en Maracay hay varios infielders para jugar a diario como torpederos, incluyendo al que llegó en el mismo paquete que Ortega: Argenis Díaz.

Está José Gregorio Martínez, un bate probado en triple A, con algo de fuerza para dar extrabases y disciplina en el home.

Está Rainer Olmedo, veterano de las ligas menores, que aún defiende esa posición.

Está Díaz, a quien posiblemente pidió el manager Luis Sojo, un shortstop de buen guante, con roce en la gran carpa.

Y está, muy especialmente, Ronald Torreyes, una de las varias joyas en la colección de talentos de julio 2 firmados por la anterior administración aragüeña.

Sojo va a contar con suficientes alternativas desde octubre, porque ninguno de estos debería demorar mucho su incorporación.

Es posible que Díaz sea su primera opción, dado que, para adquirirlo, Guillén tuvo que ceder al Magallanes a otra de esas joyas que tenía en la nómina, el prospecto Luis Domoromo, un atrayente caso, por su potencial y su edad, con apenas 22 años de nacido, pero quien ha detenido su desarrollo en los últimos dos o tres torneos.

Es muy probable que Guillén le haya dicho a los Navegantes algo así: puesto que estoy entregando a mi shortstop, ¿qué tal si me das a uno de los tuyos, alguno de esos que, debido Cedeño, quedará sin sitio donde jugar?

Díaz era el hombre. A Sojo le gusta, por su defensiva, y en varias ocasiones se marchó a casa, cuando fue a parar al banco en Valencia.

Al nuevo piloto de los bengalíes le place usar a los peloteros de mayor experiencia. Ojalá, en este caso, se permita darle una verdadera oportunidad a Torreyes, quien está a punto de graduarse como grandeliga y está destruyendo el pitcheo contrario en triple A.

Porque si bien Díaz gana en experiencia, su línea ofensiva en Venezuela es inocua, con .214/.275/.260 en seis temporadas con los turcos (actualmente, en la principal sucursal de los Rojos, tiene .262/.319/.277).

Torreyes, en cambio, es una sensación en Houston. Le han mudado de la intermedia a las paradas cortas, con la idea de que se abra paso como eventual compañero de dobleplays de José Altuve y para que dispute esa posición a futuro con el boricua Carlos Correa, súper prospecto de la organización, quien actualmente está en clase A avanzada.

El desempeño de Torreyes en triple A es toda una promesa: batea para .323/.357/.441 y toca las puertas del equipo grande, donde posiblemente se estrenará en breve.

Puede que, al final, la segunda parte del acuerdo sea olvidada por todos, si Domoromo no se desarrolla en la nave y si Díaz queda como sólo un suplente.

En todo caso, Aragua tenía con qué sustituir a Cedeño y lo fundamental para la novena, al entregar a uno de sus líderes, era conseguir a un pitcher de primera.

Está claro que Ortega lo es. El tiempo dirá si responde a esas expectativas.

IGNACIO SERRANO / EL EMERGENTE

0 comentarios