| | NO ME sorprendió en absoluto el resultado de la final, aunque antes de empezar la serie pensé que Caracas iba a ganarla en un máximo de seis juegos. Tan sólo los dos primeros encuentros, y la inspiración insuflada por Carlos García a sus jugadores, me hicieron creer que los Navegantes podían hacer el milagro.
Y HABLO de milagro porque pocas veces un equipo que llegue tan diezmado a la fase final de un torneo puede alzarse con el título. Mientras el Caracas iba aceitando su maquinaria de cara a la final, Magallanes veía desmantelar su equipo con la salida -en algunos casos temporal- de ocho peloteros importantes.
PERO TRATEMOS de ser más gráficos y comparemos un line up del Magallanes de comienzos del Round Robin con otro de la final. Por ejemplo, el 3 de enero los turcos alinearon con Cedeño, cf (GL), Blanco, 2b (GL), Sandoval, 3b (GL), Hidalgo, rf (agente libre, ex G.L.), Ryan, lf (AAA, ex G.L.), Alfonzo, bd (Japón, ex G.L.), Montero, 1b (G.L.), Chirinos, c (A-AA), y Andrus, ss (G.L.).
EXAMINEMOS AHORA el line up presentado durante el tercer juego de la final: Bonifacio, cf (G.L.), Corona, 2b (AA-AAA), Chirinos, c (A-AA), Landaeta, bd (agente libre), Escobar, rf (agente libre, ex G.L.), Andrus, lf (Liga Independiente), De Caster (AAA, ex G.L.), Vechionacci, 3b (AA) y Andrus, ss (G.L.).
COMO SE OBSERVA, la merma del conjunto fue significativa. Mientras en la primera escuadra había cinco bigleaguers, dos ex grande ligas, un AAA con experiencia en las Mayores y apenas un jugador de ligas menores, en la segunda encontramos sólo dos peloteros de la Gran Carpa, dos ex bigleaguers de breve trayectoria, un agente libre, uno de liga independiente, dos que no han pasado de AA y uno con roce en AAA.
MUCHOS DIRÁN que los carabobeños fueron capaces de llegar a la final con esos peloteros. Muy bien, pero no es lo mismo estar en un “todos contra todos” que enfrentar en una fase decisiva a un equipo que ganó más de 40 juegos en la eliminatoria y mejoró su rostro en la postemporada.
ES CIERTO que la jerarquía no es un valor absoluto en la LVBP, y la mejor demostración son Valdés y Standridge, pero no se pueden perder tantos peloteros estelares en vano. Casos como los de los Tigres de la 71-72, que lograron sobrevivir a una estampida de importados y titularse, son la excepción. La reincorporación de Sandoval y Blanco, con tantos días sin actuar, y para un solo juego, no desdice de lo planteado en las líneas precedentes.
¿QUÉ HUBIESE sido del Caracas de los ’60 sin Vitico y Tovar? ¿O de los Leones de los ’80 sin Armas, Baudilio, Galarraga y/o Vizquel? ¿Tendrían los felinos actualmente sus 17 títulos? Si a todo lo dicho añadimos la muy discutible decisión de tomar a Brower en lugar de Totten, sólo podemos afirmar, para concluir, que los jugadores del Magallanes hicieron demasiado. Ganó el que tenía que hacerlo por llegar más completo a la fase decisiva. |
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