¿Quién protege a Cabrerita?
Se compone la cosa para los Tigres, en términos generales, habida cuenta del equilibrio que ha conseguido para sostener la lucha en su sector aunque, como jamás la felicidad es completa,(in)justamente durante la noche del festejo —a palos, claro— frente a los dueños de Anaheim, el jueves, vino a lesionarse el felino quien, durante esta semana, ha dado la hora al hacer sonar con profunda reverberancia la madera gruesa de su bate. Ya estaba en .300 ¿cómo le parece? Carlitos Guillén se está luciendo, como (muy bien) lo explica nuestro vecino de la página 20, Israel Pacheco Velásquez, entusiasta de ese aragüeño que conecta —y corre— como Dios, el manager Leyland y el librito mandan a la hora de un adelantamiento arrollador.
Y en esas precisamente estaba el oportunísimo —y “malicioso”— jardinero izquierdo cuando sufrió el tirón que lastimosamente lo ha metido de cabeza en la (temida) lista de lesionados… por quince días.
Cuentan los ávidos cronistas californianos que los bengalíes atacaban con todo para hacer más sólida la diferencia frente a los Angelinos (finalmente los Tigres se impusieron 5-4) cuando Guillén encendió turbinas, en el quinto episodio, desde la segunda base, apenas Sizemore dirigió un sencillo.
Nuestro compatriota infortunadamente hizo un movimiento extraño, especie de torsión según explican nuestros colegas, entre tercera y la goma. Su mueca fue de dolor agudo. Sin embargo, provocó una de esas ejemplares reacciones de quien se precia digno adversario: el receptor Mike Napoli lo puso out pero con tanta caballerosidad que dio chance para que el personal de Detroit pudiera retirar al maltratado corredor con absoluta tranquilidad.
Veinte puntos en conducta deportiva.
Carlitos seguirá, durante 15 días, desde la forzosa calma de su casero refugio familiar, el batallar de sus compañeros mientras a Brennan Boesch, convocado desde las filas Triple-A de Toledo, tocará fajarse con las uñas y dientes que, afirman los escauts, ha pulido con sumo esmero.
“No íbamos a esperar mucho tiempo para determinar si Carlos podía retornar antes de lo previsto así que esta misma noche se plantará con nosotros para la serie de cuatro juegos, como visitantes, en Texas.”
Anoche mismo, en efecto, se le estaba poniendo eso que pudiera describirse “remedio” a la situación. Acaso sonaría mejor la palabra “remiendo”. Guillén ha conectado para .311 con un cuadrangular y ocho fletadas en 61 turnos. Esta repentina salida suya del lineup pone a temblar a todo el mundo. Instantáneamente vuelven los recuerdos de la temporada anterior cuando una inflamación del hombro derecho lo dejó al margen durante un rato largo. Un pelotero con su envergadura difícilmente encuentra sustituto o al menos un suplente confiable.
Golpe al corazón ofensivo
Don Iván Buznego, nuestro estelarísimo reportero gráfico —el “Capomaestre” del vital departamento del Diario Meridiano— lo vio recientemente en acción, con motivo de los entrenamientos primaverales a donde viajó con “Little” Guillermo Yaber. Exactamente en Lakeland, sede del campamento de los Tigres. En todo el centro de Florida. Un delicioso lugar.
“Lo vi trabajando fuerte y muy seguro en cuanto a una campaña sin lesiones. Y listo para desempeñar cualesquiera de los retos que le asignara el manager Leyland, en el jardín izquierdo o como designado”.
Este percance, sin embargo, golpea al corazón ofensivo de Detroit. Iván lo razona: “Magglio, es el tercer palo, Cabrera el cuarto y Guillén el quinto. Mi pregunta es ¿quién protegerá ahora a Cabrerita? ¿Por qué lo digo? Ahora los pitchers no le darán buenos lanzamientos a Cabrera y, dependiendo del store, optarán por la base intencional. Eso significa que los batazos empujadores de Cabrera serán menos frecuentes y eso incidirá en las carreras que los felinos necesitan para ganar los juegos”.
—¿Leyland tendrá que pensar mucho para alterar su alineación?
“¡Claro que sí! Una posibilidad sería mover a Ordóñez gracias a su buen momento ofensivo, detrás de Cabrera. Otra, quizás, esperar a que, de las Menores, salga un novato muy destacado.
Pero esa pudiera, de pronto, el alerta rojo para Guillén o para otro..”
Iván, con sesenta hermosos años en esta bella dimensión beisbolera, sabe (muchísimo) por qué lo dice:
“Guillén es un pelotero sin posición fija en el lineup. Por eso lo alternan como left, rol que nunca practicó, y bateador designado. Los riesgos están a la vista. Por eso deseo, de todo corazón, al admirado carlos, que regrese pronto, sano y eficaz.”
Tiene razón Don Marcial Torres: Guillén es un Tigre con sus relucientes rayas bien puestas.
COLUMNA PUBLICADA EL 24/04/2010 |
|
1 comentario
carlos -