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BEISBOL 007

Lima sepultado a ritmo de merengue

Lima sepultado a ritmo de merengue

SANTIAGO -- Más que un sepelio pareció una caravana del triunfo de su equipo, ya que el llanto de miles de personas que le acompañaron hasta la sepultura final, tuvieron que escuchar los mejores merengues, muchos de ellos cantado en su voz, del popular y sólo extinto físicamente, José Lima.

 

"La Cacata, Yo también soy merenguero, Pepas dulces y amargas" y otros temas que a ritmo de merengue hicieron llorar a la multitud y en ocasiones reir por las ocurrencias que caracterizaron a José Lima, uno de los pocos lanzadores dominicanos en ganar 20 partidos en las Grandes Ligas, hazaña que logró en 1999 con los Astros de Houston.

A las 3:35 de la tarde de este domingo, luego de un recorrido de aproximadamente dos horas desde la Funeraria Blandino, donde pernoctó su cadáver luego del velatorio que se realizó en el estadio Cibao el sábado, hasta la iglesia San Ignacio de la comunidad de Las Charcas, donde encontró descanso el cuerpo sin vida del lanzador.

El sepelio y final sepultura de Lima, una de las más grandes manifestaciones de dolor y cariño para un popular y carismático personaje de Santiago, hasta pruebas encontradas, pareció una especie de drama, justo a su medida, de lo que fue su estilo de vida.

  Desde donde falleció en Pasadena, California, la madrugada del sábado antepasado, su traslado a Nueva York para un primer velatorio, luego a Santiago para un homenaje póstumo y su final sepultura, pareció "una radiografía" de cómo transcurrió su vida misma.

 

La confusión se apoderó de los actos del sepelio en el cementerio, fruto de los llantos y manifestaciones de dolor de quienes se resistían a que se llevara a la tumba.

La multitud abarrotó el Puente Hermanos Patiño, al atravesar el sector Bella Vista, luego Pastor hasta llegar a Las Charcas, donde la misa de cuerpo presente en la iglesia San Isidro hubo necesidad de limitarla.

La solemnidad fue vencida por la emotividad y el sentimiento de quienes le conocieron, compartieron e idolatraron, que no querían entregarlo al descanso eterno.

Todos querían observarlo en el ataúd y permanecer frente a él sin límite de tiempo y esto creó problemas en su natal Zalaya.

Ambiorix Colón habló una vez más en nombre de la familia Rodríguez-Lima, con voz entrecortada y opacada por los gritos y llantos de gran parte de los presentes.

De esa manera, concluyó la existencia viva del que más que un atleta se comportó como un virtuoso ser humano que pese a su estelaridad en el béisbol, tenía en la música y el canto su principal pasión, como lo expuso de manera reiterada.

Podría decirse que José Lima marchó y serán sus familiares, amigos y aficionados los responsables de que "su mambo" perezca o no y que prosiga o no la frase de "Lima Time" (Tiempo de Lima) que impuso como "sello de fábrica".

Los restos mortales del ex lanzador de Grandes Ligas habían llegado a República Dominicana, vía aeropuerto de Santiago de los Caballeros, segunda capital dominicana y tierra que le vio nacer, a las 2:10 de la tarde del sábado lluvioso, que no impidió que miles de personas le esperaran fuera de la estación aeroportuaria.

De igual manera, miles de fanáticos del béisbol de todo el país fueron abarrotando el estadio Cibao, de Santiago, ciudad ubicada a 152 kilómetros al norte de Santo Domingo, donde el pintoresco lanzador escribió con letras de oro una historia de rivalidad con los equipos Tigres del LIcey y Leones del Escogido, pero siempre llena de ovaciones y risas, hasta de sus adversarios, por su forma de lanzar y sus gestos, muchas veces impublicables.

José Gutiérrez Tavarez, de la Joya, lloraba desconsoladamente porque era el pelotero ídolo de su hija y en varias ocasiones le regalo su gorra y en una ocasión se quito su camiseta sudada, la entro en un bolso y también se la obsequio caminando por el estadio al desnudo de la cintura hacia arriba.

"Este estadio nunca será igual, mi hija dice que no vuelve, no quiso venir para no ver a Lima así, un hombre tan alegre y que nos dio tantas satisfacciones a los cibaeños... Yo soy aguilucho y volveré, pero sé que no es lo mismo sin Lima", dijo el fanático muy entristecido.

"Creo que este gesto de amor, de solidaridad con su familia y hacia nuestro equipo dicen lo enorme que fue este muchacho, porque eso fue Lima, un muchacho que nos hizo divertir y que casi nunca nos hizo llorar porque nos daba la victoria; y tenia una gran vergüenza deportiva, cuando perdía lo sentía", dijo Winston "Chilote" Llenas, presidente de las Águilas Cibaeñas.

Todo el desarrollo de la exposición pública en el estadio Cibao y parte del recorrido al campo santo de Las Charcas, donde descansarán sus restos, fue televisado en vivo por varios canales en una producción de corte nacional.

Lima murió a la edad de 37 años, un día como el que nació, el pasado 23 de mayo, luego de sentir fuertes dolores en el pecho.

El cuerpo sin vida del carismático lanzador del béisbol dominicano y de las mayores, con incursiones también en los torneos de Japón, Corea, Taiwán y México, descansa en paz

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