La novena oriental derivó la utopía formada cuando parecía, no saldría a combatir en la justa, y destrozó los pronósticos que sobre ella recaían al comienzo de la temporada, logrando el pase a la Serie del Caribe donde debutarán en representación de Venezuela.
Un dramático noveno inning acabó al momento en que el cerrojo dominicano José Cabrera dominó a Wilson Ramos con elevado al derecho, mientras corrían hombres en tercera y primera. Allí, hizo erupción el parque oriental y estalló la algarabía de un público que se lanzó al terreno en pos de celebrar una gesta inédita, la de sus nuevos campeones.
La escuadra que dirige el también dominicano Julio Franco mostró su personalidad una vez escuchó voz de "play ball" en el bonito y rápidamente, Luis Jiménez convirtió en pandemónium al fanático portocruzano al largar cuadrangular con uno a bordo en la baja del primer inning. El festín prosiguió cuando el siguiente bateador, César Suárez, también la desapareció.
Era una desastrosa apertura para el abridor felino, César Ciurcina, quien no respondió a la confianza de su dirigente, Buddy Bailey, y fue castigado en 1.1 tramos gracias a ceder cuatro carreras, incluyendo una de las tres que remolcó Josh Kroeger mediante jonrón en el segundo. Ciurcina salió derrotado.
Al otro lado de la acera estaba el zurdo José Alvarez, que tras dos buenos actos se complicó en el tercero dejando la mesa servida para que Aragua, sin hacer mucho, se acercara al fabricar cuatro, puesto que Lastings Millede fue golpeado con las bases llenas, mientras que Héctor Giménez recibió boleto en idéntica situación, en tanto que un lanzamiento salvaje de Alex Herrera permitió los engomes de Jesús Guzmán y Milledge, que aprovechaba error del receptor Gustavo Molina al tratar de hacer out en la goma al mismo Guzmán.
Alvarez no tuvo decisión, pero Herrera estuvo hermético en la mayor parte de su relevo, suficiente para acreditarse la victoria, ya que en el cuarto, Jiménez no daba opción a dudas sobre el Más Valioso que terminó ganando, y remolcada dos más a través de sencillo a la derecha.
Abriendo la quinta, Guzmán trataba de enchufar de nuevo a los bengalíes en la partida, cortesía de una tabla que aterrizó en la grada derecha.
Sería la única libertad que concedía Herrera hasta el noveno capítulo. Allí, en medio del visible cansancio, permitía un imparable del emergente José Martínez que llevaba a la registradora a Tyler Greene. Con un out entraba a poner el candado Cabrera, quien dominaba a Luis Maza y toleraba sencillo remolcador de Alex Romero antes de obligar a Ramos a conectar el fly que atrapaba Kroeger, transformando la victoria en una que quedará para la posteridad: la del primer campeonato vitalicio para los indígenas.
La celebración tocó su punto más alto cuando encima de la ya tradicional tarima colocada en el campo, José GrassoVechio, presidente de la LVBP, entregaba a los componentes de Caribes, incluyendo a Magglio Ordóñez, el trofeo que los acredita como monarcas de la pelota invernal criolla.
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