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BEISBOL 007

El desafío de Hanley Ramírez: ser el mejor pelotero


 
JUPITER, Florida - Hanley Ramírez abrió hace poco una cuenta en Twitter y se estrenó repartiendo boletos para juegos de pretemporada a las primeras 10 personas que le mandaran mensajes por la red social.
Tanto en español como en inglés, el torpedero también responde preguntas de los fanáticos y uno de ellos, sin tapujos, le lanzó una muy directa: "¿Vas a jugar sin pereza este año?". La réplica del dominicano fue enfática: "Claro sí, todo el día".
Ramírez nunca ha defraudado en su carrera desde que subió en la organización de los Medias Rojas de Boston, donde debutó cuando apenas tenía 21 años.
Eso fue en 2005. Pasó a los Marlins de la Florida la temporada siguiente, se adueñó de la titularidad y enseguida ganó el galardón al Novato del Año.
El dueño de los Marlins Jeffrey Loria salió a decir que algún día Ramírez obtendrá el premio al Jugador Más Valioso y el equipo conquistará el campeonato de la Serie Mundial.
Pero el guión de la trayectoria de Ramírez, quien a sus actuales 27 años retiene las expresiones juveniles que le valieron el apodo de "El Niño", no se ha cumplido con exactitud.
Se suponía que 2010 sería una temporada fuera de serie para Ramírez, luego que en la previa quedó segundo en la votación para el Más Valioso de la Liga Nacional y se llevó el título de bateo.
No fue así. Para alguien dueño de un inmenso talento, el año fue uno flojo al mermar 42 puntos su promedio al bate, al quedar en .300.
Las carreras remolcadas cayeron de 106 a 76. Sus errores subieron de 10 a 16 y con muchos juegos menos. Hasta lo mandaron a la banca por mostrar desgano en una jugada y se perdió las últimas dos semanas por una lesión en el codo izquierdo.
Los pitchers rivales le encontraron una debilidad y empezaron a lanzarle abajo en la zona, lo que provocó que bateara más roletas. Su total fue de 51%, una subida de 10%, de acuerdo con un análisis de Fangraphs.
Ramírez no esconde la realidad que desafinó: "No tuvimos una buena temporada el pasado año, mis números no fueron los deseados, pero ya he pasado esa página y estoy pensando en lo que viene", declaró a la AP.
"En el caso mío ya yo soy un pelotero maduro, que lo que aspiro es a los playoffs, a seguir dando lo mejor ya sea con el guante, el bateo, corriendo las bases ... en todo", añadió.
Previo a un juego reciente de pretemporada, sentado frente a su casillero, la jovialidad de Ramírez es pegajosa. Acaban de entregarle un nuevo modelo de zapatillas con tacones para jugar y se las exhibe orgulloso a su compañero Ozzie Martínez, un prometedor puertorriqueño de 22 años que trata de ganarse una plaza en el equipo como suplente en el cuadro interior.
A lo largo de su carrera en las mayores, rumbo a una sexta campaña completa, Ramírez ha tenido que lidiar con la percepción de que es petulante, la cual se acentuó con el episodio de mayo pasado, en el que al caer una pelota detrás suyo en lo corto del jardín izquierdo, la pateó hasta lo profundo y trotó lentamente mientras se anotaban dos carreras.
El incidente forzó al entonces manager Fredi González a enviarlo de inmediato al vestuario y a sacarlo de la alineación titular. González ya no está como piloto, al ser despedido poco después.
Ahora, el nuevo manager es Edwin Rodríguez, quien considera que aún no se ha visto a un Ramírez en todo su esplendor: "Tiene todo el material físico para ser uno de los mejores, sino el mejor jugador de Grandes Ligas hoy mismo".
"Lo que lo falta es la consistencia y en eso viene la parte mental ...la forma de prepararse para los 162 juegos", añadió. "Puedes lucir como súper estrella un día o dos días, después estás una semana que eres bien inconsistente".
Todo forma parte de un proceso de madurez, según la opinión del piloto puertorriqueño.
"Tenemos que tener cuenta que llegó muy joven a las Grandes Ligas, él está aprendiendo a jugar el béisbol de la forma correcta en las Grandes Ligas", sostiene Rodríguez. "Muchos de estos muchachos a la edad que llegó él están en Clase A o en el colegio".
También pueden influir factores como que en noviembre nació su tercer hijo y primera niña, Hailey.
Ramírez habla de ser más agresivo en su juego, comenzando con robar bases (acumuló 32, pero apenas dos en abril), desde el primer día de la temporada.
"Quiero ser más agresivo en todos los aspectos del juego ... pero por sobre todo quiero jugar los 162 partidos y dar el ciento por ciento todos los días", afirmó.
"Yo me siento ciento por ciento bien y si la salud no me hace una mala jugada creo que los números van a estar allí", añadió.

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