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BEISBOL 007

LLEGANDO Y LLEGANDO, LA BASE PA’L CORREDOR…

Por Andres Pascual
       Antiguamente, la forma como manejaba el fanático cubano las decisiones apretadas en la primera base era justificando a los árbitros que se inclinaban por el quieto favorable al corredor. Era en  los llamados “juegos de placer” o “sandlot” en inglés, sin categoría o nivel específico, en los que participaban desde profesionales hasta amateurs.       Pero en el beisbol organizado ningún “caballero del peto, la careta y la escobilla” tiene una regla que rece que debe decidirse por el corredor a la hora de cantar la jugada que, si bordea la injusticia porque es una “apreciación”, no tiene marcha atrás posible.      Cuando el pitcher venezolano de los Tigres de Detroit Armando Galarraga llegó primero por un paso a la primera base que el corredor de los Indios de Cleveland, Jason Donalds, en jugada que decretó quieto el umpire Jim Joyce en evidente error de “apreciación”, no solo se estaba ante el dilema de “otro error humano”, sino que se produjo en la novena entrada sobre el out veintisiete de un juego perfecto, sencillamente eso: P-E-R-F-E-C-T-O.      Para el archivo personal del serpentinero un verdadero crimen; para los anales de las grandes ligas, la posibilidad perdida de una temporada de 3 juegos de esa magnitud, casi uno sobre el otro.      La decisión arbitral es difícil, habría que estar en el lugar del magistrado para poderlo criticar con todas las armas disponibles; pero el juego del pasado miércoles 2 era la joya máxima y más rara de todo el beisbol, entonces cualquier arbitro debe estar advertido sobre la situación para no incurrir en semejante marfilada y conocer y actuar de acuerdo a la circunstancia: un no hit no run no es cualquier cosa; un juego perfecto… ¡Bueno!      Dicen que Joyce lloró, imploró y se autocriticó, incluso sus lágrimas, algunas de ellas, tuvieron como vertedero el hombro del lanzador afectado, pero nada de eso podía cambiar la situación…       Durante la década de los 40’s en la Liga Cubana, el jugador Battling Siki Roque bateó un rolling lento de frente al shortstop; se tiró de cabeza en la primera base quizás llegando antes que el tiro; pero el arbitro Kiko Magriñat lo decretó out porque, “para mi nadie que entre de cabeza desde el plato a la primera es quieto…” y chirrín-chirran... Varios días después, con Magrinat en primera otra vez, Roque conectó un batazo a lo profundo del leftfield del estadio Cervecería La Tropical que pasoó por encima de la cabeza de Pedro Pagés; insólitamente para el público, se tiroó de cabeza en primera y, acto seguido, le preguntó al umpire que como veía la jugada. Magriñat, sin inmutarse, le señaló al anotador que el jugador estaba expulsado y, como era común, dibujó con 10 dedos dos veces y cinco otra lo que representaba 25 pesos de multa por insubordinación.        No es igual que lo ocurrido en el juego Cleveland-Detroit en el cual se le clavó un puñal tanto al lanzador actuante como a la historia del beisbol; pero lo presento menos como anécdota de la pelota cubana que como ejemplo de lo que puede ser capaz un árbitro en un momento dado.       Anoche Jim Joyce optó por la vieja máxima cubana de “llegando y llegando la base pa’l corredor” craso error, porque la jugada no fue tan apretada y consiguió desencadenar la ira general que reclama la urgencia de cambiar la regla que dice “la apreciación es inapelable en todos los casos”, el juego perfecto que le robaron a Galárraga y al beisbol lo demostró.

 

 

ESTO FUE QUIETO SIN PROBLEMAS

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