Con la mente despejada; Robinson Canó reconoce que ahora es que hay que ganar
No hay dudas de que Robinson Canó está en el apogeo de su carrera.
A nivel individual, los números hablan por sí solos: Veintiocho jonrones, 118 carreras empujadas (su mayor cantidad en Grandes Ligas), promedio de .302, 46 dobles y OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .882. A sus casi 29 años de edad, el dominicano es uno de los pilares de los Yankees de Nueva York.
Pero al (casi) llegar octubre, todo es nuevo. Y el segunda base lo sabe muy bien.
"Ya el año regular se pone en el pasado", dijo Canó. "Ahora todo es nuevo y hay que ganar juegos. En estas series cortas hay que aprovechar lo más que se pueda."
Efectivamente, a los Yankees les espera una serie corta de 5-3 con un inicio bien fuerte, ante nada más y nada menos que el seguro ganador del Cy Young de la Liga Americana, Justin Verlander, quien abrirá el Juego 1 de la Serie Divisional aquí el viernes.
De su parte, en seis postemporadas con los Yankees el quisqueyano batea .248 con seis jonrones y 20 empujadas en un total de 37 partidos y 141 turnos. Pero esos números pueden engañar. En octubre pasado bateó de 35-12 con cuatro jonrones en las series vs. Minnesota y Texas como el Canó más maduro de los últimos años.
De por vida contra Verlander, lleva de 21-4 (.190) con un doble.
"No voy a cambiar nada", expresó el oriundo de San Pedro de Macorís. "Sólo buscaré algo que le pueda dar fuerte. Pero en la postemporada es importante tener gente en base. Todo cuenta. Ahora una base por bolas es como un hit. Estaré buscando mi pitcheo y si no, para la primera base."
Canó está totalmente enfocado en esta postemporada, en busca de su segundo anillo de campeón en los últimos tres años con los Bombarderos del Bronx. Sin embargo, sí valora lo que hizo a nivel individual en el 2011, cuando sus 118 remolques lo colocaron a uno del líder de la Liga Americana, su compañero de equipo Curtis Granderson.
"Para mí salió todo bien, no me puedo quejar", manifestó. "Fue una buena temporada, cosa mejor que el año pasado y me siento bastante orgulloso de esta temporada."
Hace par de semanas, a Canó se le preguntó quién debe ser el Jugador Más Valioso de la Liga Americana, y el intermedista respondió que votaría por sí mismo, explicando que los números estaban ahí. Ahora se expresa un poco diferente, más enfocado en la meta colectiva de los Yankees.
"Si viene, gracias a Dios, contento y feliz", dijo, "y si no, también gracias a Dios.
"Si me lo dan, se lo dedicaré a mi padre que siempre ha estado a mi lado y siempre me ha apoyado todo el tiempo", agregó Canó al referirse a su padre José, quien entre otras cosas lo ayudó a conquistar el Festival de Jonrones en Phoenix el pasado 11 de julio, como parte de las actividades del Juego de Estrellas.
Desde hace varios años, Robinson Canó es parte íntegra del lineup de los poderosos Yankees. Poco a poco, ha ido ocupando un sitial más importante, desde su designación como quinto bate por el manager Joe Girardi en el 2010 hasta el experimento de ponerlo como tercero hace unos días.
Con las persistentes lesiones de Alex Rodríguez, más la avanzada edad de Derek Jeter y el boricua Jorge Posada, a Canó se le planteó en julio la idea de que él se convertía en uno de los próximos líderes del equipo de Nueva York.
"Sí, ¿por qué no?" fue la respuesta del dominicano a LasMayores.com en ese entonces. ""He estado ahí ya por siete años. Creo que conozco bastante el equipo, la química y he aprendido bastante de ellos."
Efectivamente, se nota el "arrastre" de Canó en los camerinos de los Yankees con sus compatriotas Iván Nova y Eduardo Núñez, cuyos casilleros rodean el del segunda base. Es algo bien ganado de parte de Canó, cuya producción en el terreno ha hablado por sí mismo desde hace mucho tiempo.
Pero por el momento, reina la sed por una segunda corona.
"Estamos en lo bueno ahora", dijo. "Es otra temporada, playoffs, y esperamos que las cosas salgan a favor de nosotros."
CANO a demostrar su valía en los play off
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