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BEISBOL 007

Un cuarteto histórico‏

Miguel Cabrera acompaña a Galarraga, Ordóñez y González con un título de bateo. El inicialista se creció durante el último mes de la campaña al conectar hits en los últimos nueve juegos. También se vio favorecido por una segunda mitad de zafra explosiva y el bajón ofensivo de Adrián González.

Miguel Cabrera logró lo que durante mucho tiempo le pidieron los fanáticos y la prensa: un liderato de bateo en las Grandes Ligas. El pelotero maracayero es desde el miércoles el cuarto venezolano en lograrlo, ingresando a una selecta lista que integran Andrés Galarraga, Magglio Ordóñez y Carlos González.
 
El inicialista de 28 años siempre fue considerado un gran prospecto y un temible bateador desde que debutó con los Marlins de Florida en 2003, organización que el 2 de julio de 1999 lo firmó en su natal barrio La Pedrera por un bono de 1 millón 800 mil dólares.

Su talento comenzó a florecer desde los 4 años, cuando empezó a jugar pelota y tras recibir un pelotazo y se aterró. Luego cambió de parecer y a los 13 años decidió que quería ser pelotero profesional. No se equivocó.
Es por ello que el título de bateo, logrado con promedio de .344, es mucho más que un premio individual. Es la recompensa a la reputación de excelente toletero que se ha ganado, pero al que siempre le faltó un último paso para lograr algo grande.

Cabrera siempre se quedó en la carrera por el liderato de bateo, bien sea bajar por el ritmo en las últimas semanas, por el avance de sus contendores a última hora o por problemas extradeportivos como los de 2010, donde, a pesar de todo fue líder de la liga Americana con 126 impulsadas e implantó una marca personal con 38 jonrones.

Su explosiva ofensiva en 2011 le llevó además a finalizar por quinta campaña consecutiva con 30 o más jonrones y 100 o más impulsadas, tras disparar 30 cuadrangulares y remolcar a 105 compañeros. Un aporte clave para Detroit, que se llevó el banderín de la División Central por primera vez desde 1987 y que desde ya le postulan para el premio de Jugador Más Valioso.

De igual forma supo mantener el ritmo y destronar en las últimas semanas a un pelotero como el mexicano Adrián González (Medias Rojas de Boston), que estuvo prácticamente toda la campaña con el mejor average del nuevo circuito.
 
En los últimos nueve juegos Cabrera ligó de hit, al sonar 18 imparables en 31 turnos al bate. Coronó un septiembre demoledor al conectar para .429 (91-39) con 21 impulsadas, que además cerró con todas las de la ley una segunda parte de temporada inolvidable.

Antes del Juego de Estrellas tenía promedio de .311 (315-98) y tras la pausa de mitad de campaña lo subió a punta de batazos a .385 (257-99), demostrando además lo peligroso de su madero, pues con hombres en posición anotadora terminó con .388 (147-57).

SELECTO GRUPO
Galarraga es uno de los peloteros con el que siempre se le compara a Cabrera. Lo cierto es que si el maracayero se mantiene saludable y con constancia, podría superar algunos topes ofensivos del "Gato".

Precisamente el caraqueño logró el primer título de bateo, que siempre será recordado por abrir la puerta a un grupo que se ha nutrido de tres venezolanos en las últimas cinco temporadas. 

Galarraga logró la hazaña en 1993 con los Rockies de Colorado, amarrando la corona en el penúltimo juego de la temporada, en una serie contra los Bravos de Atlanta en casa.

Su promedio de .370 fue el mejor de la Nacional desde que Tony Gwynn (.370) lo hiciera en 1987 y Stan Musial (.376) en 1987. Toda una proeza que comenzó cuando en 1992 con los Cardenales de San Luis el coach de bateo, Don Baylor, le comenzó a cambiar la forma de batear al "Gran Gato".

Catorce años después le tocó a Ordóñez. El falconiano lo hizo en 2007 con Detroit y tuvo un toque especial, no sólo por ser el segundo para Venezuela y el primero en la Liga Americana, sino porque vino condimentando con el récord de hits para un criollo en una zafra en las mayores. Ordóñez disparó 216 imparables, superando la marca de César Tovar (204 en 1971).
 
En 2010 la dicha fue para González, quien un año antes tuvo una postemporada dorada al terminar con el mejor promedio (.588). El marabino se coronó con Colorado con promedio de .336. Sus 117 carreras impulsadas fueron la segunda mejor cantidad del viejo circuito, que fue comandado en ese renglón por el inicialista de los Cardenales, Albert Pujols (118). ¿Quiénes serán los próximos integrantes del grupo?

UNA CIFRA
.448 Promedio de embasado de Miguel Cabrera en 2011, el más alto de ambas ligas mayores 

 

 

 

 

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