NOMBRES, RÉCORDES Y LIBRACOS
Por Andrés Pascual
LA RESPUESTA.- En su famoso libro anual "The Handbook", Bill James dice este fin de año que entre los activos hay ocho que deben llegar a Cooperstown: Albert Pujols, Alex Rodríguez, Vladimir Guerrero, Derek Jeter, Ichiro Suzuki, Chipper Jones, Iván Rodríguez y Mariano Rivera. Y él añade dos más de quienes opina "están muy cerca", Jim Thome y Todd Helton. Agrega: "Todos los otros deberán seguir acumulando méritos".
Antes, hablo de cuando "los perros podían amarrarse con longanizas", para poder entrar a Cooperstown, no optar por siempre jamás hasta que a la mayoría de los cegatos de la Asociación de Escritores, o a una buena parte del Comité de Veteranos se les ocurra, ciertas marcas personales eran un pasaporte directo al Salón de la Fama, hoy, igual que ha cambiado el beisbol, el jugador y la moral general, por supuesto que no pueden quedar los patrones históricos como dignos de considerarse a la hora de elegir al recinto.
El párrafo que encabeza este material fue tomado de Beisbol 007 y pertenece al cronista y narrador venezolano de amplia trayectoria, Juan Vené.
Si nos atuviéramos a lo que sugiere Bill James, una verdadera autoridad en asuntos de beisbol, en el libro The Handbook, la visión acerca de los méritos para entrar a Cooperstown ha cambiado tanto como el resto del juego para mal: batear 500 jonrones parece cuestionable, una vez que se hace con 600, como ocurre con Jim Thome, porque, según el libraco, "esta muy cerca", que no es igual a "está adentro", que debería ser el tratamiento y significa seguridad en el escalafón; igual sucede con uno de los mejores artilleros de los últimos 20 años y hablo de Todd Helton. Estos dos hombres son inmortales por mucho que James evite decirlo.
Para mí Vladimir Guerrero es un candidato de garantía absoluta a Cooperstown; sin embargo, no tiene 3,000 hits ni 500 jonrones, lo que mantiene como metas muy difíciles de lograr, porque no dependen solo de los batazos que pueda dar, en un momento en que baja la curva de rendimiento ofensivo aceleradamente por la edad y por la frecuencia de las lesiones.
De acuerdo al novísimo criterio de Bill James, posiblemente ni Mel Ott ni Hank Greenberg ni Ralph Kiner estuvieran ahí ni, quizás, Lou Boudreau ni Jimmy Botomley ni…Mickey Mantle, entonces, ¿Qué es un Hall of Famer para este señor de un tiempo a esta parte?
¿Cuál es la razón que justifica que comentaristas y escritores del juego hablen tan inapropiadamente, como el autor de "The Handbook", sobre ciertos asuntos en los últimos tiempos? Al modo mío de ver las cosas, la única que existe son los intereses personales de cualquier índole, ¿Lo "políticamente correcto" aplicado al caso? Puede ser, pero desafortunado a la hora de imponer popularmente criterios que pueden lesionar la moral del juego, su historia y su influencia en la fanaticada.
Bill James, por su influencia como personalidad en estos asuntos, traza la ruta irregular para que Alex Rodríguez se convierta en inquilino de un recinto que no soporta, decentemente, su presencia ni de visita. Al asumir esta responsabilidad de defensa de lo indefendible, se convierte en el primero que le abre las puertas a una generación que escarnió al juego y que puso en tela de juicio a todos los peloteros de los últimos 20 años.
The Handbook de fin de año acaba de cerrar el capitulo de respeto que siempre adornó a Bill James para convertirlo en un vulgar cabildero de la peligrosa y amoral era del esteroide.
Si este compromiso para "beatificar" el mayor peligro contra su credibilidad por que ha pasado el juego en 92 años, no tiene detrás alguna fuerza motriz interesada, entonces el autor se está volviendo loco.
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