Hay jugadores que son buenos en Triple A pero fracasan cuando llegan a las Mayores
El concepto de los 4A
Días antes de adquirir al prospecto de primera base Anthony Rizzo de Padres de San Diego, el Presidente de los Cachorros de Chicago Theo Epstein reafirmó en la radio de Chicago su apoyo a Bryan LaHair.
"Bryan LaHair es nuestra primera base", dijo Epstein. "No creo en el concepto de los jugadores 4A. El muchacho puede batear."
El bateador "4A" es tan antiguo como las propias ligas menores; es la idea de que algunos jugadores son muy buenos para jugar en Triple-A pero no lo suficiente para las mayores. Por cada jugador que al final logra resolverlo, como Nelson Cruz, o aun jugadores mucho menos estelares como Jorge Cantú, hay muchos bateadores de la Triple-A, como Kila Ka'aihue, Brad Eldred, o yendo más atrás a Calvin Pickering y Sam Horn, con números locos pero que nunca tuvieron una carrera en las mayores.
¿Ellos son bateadores 4A? ¿Existe semejante cosa? ¿Los 4A son jugadores a quienes simplemente nunca se les dio la ocasión adecuada o se enfriaron en el mal momento y nunca recibieron la oportunidad para auto desenterrarse? ¿O hay algunos jugadores que simplemente no pueden hacer el trabajo? Conversé con muchas personas de la industria para obtener sus respuestas.
Mientras no todo el mundo concuerda con la existencia de tales jugadores, hay tres vías fundamentales por las que un jugador puede ganarse esa etiqueta.
Hay que batear de verdad
Un ejecutivo de la Liga Nacional no cree en el concepto del 4A. "No pienso que se trate tanto de que los bateadores 4A no puedan batear al pitcheo de las Grandes Ligas como que no poseen otro valor aparte de sus bates", explicó. "Si usted es un primera base malo, jardinero izquierdo o bateador designado, no le bastará ser un bateador promedio para prevalecer, así que mejor le pega a la bola cuando tenga la oportunidad o la industria se moverá en busca de alguien más".
Un buscador de talentos de la Liga Americana acuerda: "Si es un jugador defensivo fuerte, algunos equipos podrán darle más tiempo de prueba, pero si batear es todo lo que potencialmente puede hacer, el propio juego no permite disponer de mucho tiempo. Si su juego más allá de su bateo es mediocre o peor, muchas veces esto no permite que el club otorgue el tiempo que necesita el talento para manifestarse."
Y en cuanto a la cantidad de tiempo que puede tomar, eso es impredecible. Para algunos jugadores puede ser un mes o dos, para otros, como en el caso de losReales de Kansas City y el jardineroAlex Gordon, puede tomar años. (Por supuesto, a Gordon se le dio más tiempo que a la mayoría para entender las cosas, ya que fue una selección alta en el sorteo y el equipo ha invertido mucho dinero). Los ajustes son un factor necesario y muestra aspectos que los jugadores nunca vieron en las ligas menores.
La inhabilidad de hacer ajustes
Para más de un conocedor de la industria, el mayor reto para saltar de las menores a las mayores no son los oponentes en el terreno sino en las gradas, específicamente los que están detrás del plato. "En las menores lo que importa es el desarrollo del jugador, en las mayores es ganar juegos", explica otro ejecutivo de la Liga Nacional. "Las ligas menores no tienen buscadores de avanzada, están allí para desmontar a los bateadores y trabajar sus debilidades. Los jugadores que no logran ajustarse son los que terminan como 4A."
Un buscador de talentos de la Liga Americana se hizo eco de ese sentimiento. Miguel Cabrera y Justin Upton no son frutas que crecen en los árboles", dijo. "Todo el que sea humano va a pasar por un período de ajuste".
Continuó dando varios ejemplos de jugadores a quienes tomó más tiempo de lo esperado alcanzar su máximo potencial. "Nelson Cruz rebotó por todas partes hasta crecer y caer en el medio de una alineación de Serie Mundial. Mike Morse, transformado en un jugador más físico, hizo algunos cambios en su configuración y conectó 30 jonrones. Cualquier equipo de béisbol pudo haber tenido a Carlos Peña, pero él no se convirtió en el bateador de 40 jonrones que la gente esperaba hasta que no cumplió 29 años jugando con su quinto equipo. Algunos no lo entienden, pero mientras los 30 equipos aspiran a lo mejor y más brillante, también estamos renunciando a jugadores antes de tiempo."
Para un veterano buscador de talentos de la Nacional, la inhabilidad para ajustarse puede conducir a problemas adicionales cuando se trata de la cuestión física.
"Al principio no se trata sólo de las luces, de los dos niveles en los estadios o del público", insiste. "Se trata de las bolas rompientes, del profundo arsenal y la autoridad de mando. Primero se trata una incapacidad para adaptarse que puede conducir a un estado mental en que los jugadores se sienten muy sobrecargados y la etiqueta del 4A se convierte en una profecía auto cumplida."
Sin embargo, la mayor parte de la industria piensa que algunos jugadores nunca lograrán adaptarse, y que hay pistas para reconocerlos.
Falta de talento
Podemos citar una larga lista de jugadores que se arrancaron la etiqueta de 4A y se convirtieron en bateadores productivos en las mayores, aunque no estrellas, pero todavía representan una minoría, así que el talento juega un papel importante.
"Los bateadores 4A existen", dijo el asistente de un gerente general de la Liga Americana. "Y hay una brecha suficiente para permitir que se perfilen ciertas habilidades para explotar el pitcheo de las Triple-A y no ajustarse. Pueden quedarse triturando rectas promedio en la Triple-A."
Un buscador de la Liga Americana concuerda."Algunos de estos muchachos trituran seis errores a la semana en Triple-A. En las mayores serán uno o dos al mes".
Otro buscador ejecutivo de la Liga Americana explicó que el atributo que a menudo separa el trigo de la paja es la velocidad de bateo.
"Muchos de estos jugadores tienen más fuerza que velocidad al bate", dijo. "Tienen que hacer trampa para poder llegar a los lanzamientos y esos dos segundos extras de velocidad los mata en las mayores."
Un buscador de la Liga Nacional dio un ejemplo de la vida real: "Yo vi a Dallas McPherson terminar en el 2011 bateando .505 en la Triple-A de Charlotte, algo que él ha hecho por años. Pero cuando lo mirabas bien, era todavía muy explotable. Realmente tenía que hacer trampa para estar al día. Su configuración era de temer; abierto y separado del plato. Eso lo hacía muy vulnerable en el interior, y si yo puedo ver eso tu sabes que los lanzadores de las mayores también lo verán."
Sin embargo, la identificación de jugadores que burlan la convención continúa siendo uno de los mayores misterios del juego. "Si, hay quienes logran ponerlo todo junto de vez en cuando, pero son la minoría," dijo un ejecutivo de la Liga Nacional. "Por lo general, si una persona falla y alcanza cierta edad, no lo va a lograr."
Un ejecutivo de la Liga Americana compartió su frustración: "No hay rima ni razón para ello. Aún si te están proyectando los buscadores y tienes las métricas, todavía necesitas el toque de Nostradamus. La parte más difícil de este juego es superar la joroba de la Triple-A. Y aun así es muy difícil para nosotros predecir quién va superarla."
Estos cinco jugadores activos de las menores están marcados con la temible etiqueta 4A.
Chris Carter, 1B: No el prospecto de los Atléticos, sino el ex integrante de Stanford. Carter tuvo una oportunidad con los Mets en el 2010, pero un bateo estilizado no es suficiente para las mayores a pesar de una carrera en las menores con promedios de .305/.376/.512.
Brad Eldred, 1B: Bateó 12 jonrones con los Piratas en el 2005, pero solo promedió .221 con 77 ponches en 190 veces al bate. Eldred ha jugado para cuatro organizaciones en los últimos cuatro años y no ha tenido otra oportunidad a pesar de sus 105 jonrones, en 418 juegos con las menores.
Stefan Gartrell, OF: Ha bateado 76 jonrones en los últimos tres años dentro de los sistemas de los Medias Blancas y los Bravos de Atlanta, sin siquiera oler las mayores. Aun con la desesperación de los Bravos por ofensiva en la etapa final del 2011, Gartrell no fue llamado.
Brad Nelson, 1B: Considerado una vez como el mayor prospecto ofensivo dentro del sistema de los Cerveceros, pero sólo tiene 31 apariciones al plato y ha comenzado a rebotar al final de sus veinte. Promedió .281/.360/.501 en la Triple-A de los Vigilantes en el 2011.
Cody Ransom, SS: Los equipos no deben realmente creen en él porque a pesar de que puede jugar campocorto y tiene cinco temporadas de 20 o más jonrones en las menores, nunca ha sido más que una reserva de emergencia para las mayores.
Brad Nelson, sera un 4A ?
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