LA PELOTA POLÍTICA
Por Andrés Pascual
Lo político es un entretenimiento de sobremesa en las poblaciones de algunos países a salvo, “todavía”, del totalitarismo castro-comunista; es decir, de la represión por parte de las tiranías dictatoriales que están engulléndose la casi muerta democracia de América Latina como auras tiñosas.
Una vez Freddy Mondesí, cronista dominicano ya fallecido, me dijo que, en su país, hablar de política era un deporte que aceleraba el proceso digestivo, “en el mío también, le respondí, pero en la prisión el almuerzo cabe en una taza de café expreso, la cena en media y el desayuno, figúrate…” Chirrín chirrán.
En la Cuba castrista el atleta es un elemento de valor incalculable para el propósito de engaño que se ha desarrollado desde los últimos 50 años: “que el pueblo se sienta orgulloso de atletas capaces de competir de tú a tú con los países desarrollados y vencerlos; que el resto de Hispanoamérica se sienta tan frustrado con quienes los gobiernan y no pueden construir este tipo de supermanes de la pista o de la cancha que se vean obligados a decidir, imposición ideológica sin alternativas, cuál debe ser su verdadera y única opción…” ¿Resultado que se busca todavía? Castro, su presencia y su doctrina detrás del títere que asuma el papel de destructor de todo lo hecho antes por hombres civilizados e inteligentes, incluyendo al deporte y al país en pleno.
El super-pelotero cubano, el super-boxeador cubano o el super-corredor cubano son las mas ridículas mentiras jamás pretendidas en la región y yo diría que en el mundo, porque detrás de estos soldados del ejército ideológico del comunismo internacional, división occidental, estaba el cheque soviético, dirigido hacia donde quisiera el tirano, no hacia donde apremiaran las necesidades populares; además de al objetivo militar, al deportivo, por medio de las llamadas fábricas de atletas de alto rendimiento o laboratorios.
Si ninguna vergüenza, la dictadura antillana gritaba a los 4 vientos su poderío deportivo sin la voluntad de darle a la población desayuno, almuerzo y comida caliente y sostenida.
La población del área, frustrada por los errores y los abusos de dirigentes corruptos e ineficaces, no era capaz de poner por delante del “atractivo cubano” la realidad de una isla vaciándose en medio de un presente asolador y la perspectiva de un futuro infernal en todos los sentidos. Las “tablas salvadoras” en el mar a veces son engañosas, porque no las envía Dios, sino el Diablo, así que un lomo de tiburón puede parecer una caja medio abierta y así…
En el Caribe beisbolero aún capitalista, es común que el nombre del pelotero y el boxeador famoso sea explotado como elemento de influencia en la intención de voto; sin embargo, por lo que veo, los jugadores de beisbol del área, millonarios casi todos, apoyan a los partidos de la izquierda liberal, que mañana puede convertirse, si llegan y se consolidan, en mortales enemigos de la democracia, de las libertades civiles y del dinero en bolsillo ajeno a título de “nacionalizaciones”, que es la forma descarada de robar sin escrúpulos todo lo que tengan a su alcance.
El último ejemplo de la politización del nombre glorioso se está produciendo en Dominicana con Pedro Martínez, el extraordinario ex pitcher que, además de decir que “no conoce mucho de política”, acaba de apoyar públicamente la campaña del oficialista por el PLD Danilo Medina.
Pedro, que conoce poco de los vericuetos de esta ciencia no tan exacta, no obstante, dijo que “le gustaba su plataforma dirigida a crear una nación”. El comediante Alberto Garrido, hace más de 50 años en Cuba, hubiera respondido con “Allá va eso”.
Al ex serpentinero, según se dice, lo respaldan otros jugadores en cuanto al apoyo al oficialismo entreguista que, con Medina, solo busca la continuidad del juego con candela, para el pueblo, claro.
Ayer fue Miguel Cabrera con respecto a Chávez y hasta un bate le regaló al tirano; parece que estos individuos no creen que Tony Taylor jamás ha vuelto a Cuba ni ha pisado otra vez la grama del estadio que lo vio nacer como pelotero en su patria y, por lo que se ve, no han leído de la cantidad de cubanos que se aprestan a exhibir sus condiciones en tryouts en tierra extraña, dos de ellas, las patrias de Pedro y la de Cabrera.
Que nadie lo dude, la mejor forma de “abrirle las entendederas’ a esta gente es con una buena ración de castro-comunismo desde el poder, para lo que está preparado el oficialismo que apoya Pedro y el chavismo que ya cumple su objetivo.
A gente como esta debería entrarles por los cuatro costados un tipo como Castro, como Chávez o como Ortega, a ver qué dirán después.
De cualquier modo, porque en realidad más allá de tirar una curva en cambio o de batear un jonrón saben poco de política y de sus colatelares, deberían callarse y no tomar partido por su propio bien; pero, sobre todo, por el de sus países, que en este tipo de juego no se puede remontar la ventaja del contrario.
Medina recibió un “extraño buen espaldarazo” con un lanzamiento wild
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