Fiesta en el nuevo estadio de los Marlins
MIAMI, Florida -- Salvo por el resultado final en la pizarra, la inauguración extraoficial del nuevo estadio de los Marlins de Miami fue un rotundo éxito.Los Yankees de Nueva York anotaron siete carreras contra el abridor Ricky Nolasco y luego dos contra el relevista Chad Gaudin en el noveno para terminar derrotando 10-8 a los Marlins, el domingo, en el primero de dos juegos de exhibición entre ambos clubes en la nueva instalación de $515 millones de dólares de la Pequeña Habana, cerca del centro de la "Ciudad del Sol".
"Es un partido de exhibición, pero es algo especial para mí", dijo Alex Rodríguez, quien nació en Nueva York, pero creció en Miami. El antesalista de los Yankees es hijo de dominicanos y se convirtió en pelotero en parques públicos cercanos a donde fue erigido el nuevo hogar de los Marlins.
En Miami, además, vive la familia de "A-Rod". Su madre y hermanos, así como su ex-exposa Cynthia Scurtis y sus dos hijas, Natasha, de 7 años, y Ella, de 3. Todos, más algunos amigos de la infancia y ex-compañeros de la escuela Westminster Christian asistieron al partido.
"Estoy orgulloso de Miami. Cuando niño, nunca pensé que un estadio tan bello sería construido en el centro de Miami", agregó Rodríguez, quien fue ovacionado cuando bateó por primera vez y lugo cuando recibió boleto gratis de Nolasco. El pelotero más caro del béisbol bateó de 2-1 con una carrera impulsada."Es un parque muy bello y cómodo, ojalá la gente aprecie lo que se ha hecho aquí y venga a apoyar a su equipo", dijo el intermedista de los Yankees, Robinson Canó.
Canó impulsó dos carreras y Jeter agregó un par de imparables para ayudar a que los Yankees se sobrepusieran a presentación floja del estelar zurdo CC Sabathia, quien permitió cuatro hits y tres carreras en cuatro episodios. Nolasco, sin embargo, se llevó la peor parte de la tarde al ser castigado con ocho hits y siete carreras en 5.2 entradas.
Miami recibirá nuevamente a Nueva York el lunes, cuando lanzarán el japonés Hiroki Kuroda y el venezolano Carlos Zambrano, y se tomará un último respiro el martes, antes de chocar el miércoles contra los campeones Cardenales de San Luis en la apertura oficial de la temporada del 2012 en Estados Unidos.
"Todo está armado, un gran equipo, un nuevo estadio, una gran ciudad. Ahora a jugar pelota", dijo el nuevo manager de Miami, el venezolano Ozzie Guillén.
Pese a que la instalación tiene capacidad para acoger 37,442, los Marlins solamente pusieron a la venta 25 mil boletas el domingo y 30 mil para el lunes, razón por la que se apreciaron algunos huecos en las áreas más altas del jardín derecho y del lado de la primera base.
Los Marlins han sido un conjunto exitoso en el terreno de juego -- fueron campeones en 1997 y 2003 -- desde su arribo a las ligas mayores en 1993, pero tuvieron problemas para atraer aficionados al Sun Life Stadium, un parque de fútbol americano que rentaban a los Dolphins hasta septiembre pasado.
Miami metió más de tres millones de fanáticos en su temporada inaugural, pero jamás se acercó a esa cifra y en las seis temporadas anteriores fue último en asistencia en la Liga Nacional. En el 2002 ni alcanzó el millón de aficionados, pero se espera que la nueva instalación y una nómina renovada llenen los asientos.
El hermoso Marlins Park, un edificio moderno con techo corredizo, ya había albergado tres partidos de exhibición, incluyendo un par contra los equipos de las universidades de Miami y Florida International, pero el domingo fue la primera vez que se enfrentaron aquí dos clubes de Grandes Ligas.
Derek Jeter bateó un doblete al primer lanzamiento de Nolasco para ser el primer visitante de Grandes Ligas con un imparable en el parque.
Los Marlins anotaron su cuarta carrera del encuentro en la quinta entrada contra Mariano Rivera, quien no permitía anotaciones en primavera desde marzo del 2008, y el jonrón de Nick Swisher en el sexto acto aterrizó en el segundo piso del jardín derecho, otro hito semi-oficial en el edificio.
El estadio recibió el día con el techo abierto, con los potentes rayos del sol miamense calentando el majestuoso escenario, sin embargo, un cuarto de hora antes de que comenzaran las prácticas de bateo-- programadas para las 11 am-- comenzó a rodar el poderoso motor que cierra la tapa en exactamente 14 minutos.
"Había visto por televisión los techos corredizos y la forma en que pueden abrir y cerrar, pero verlo en vivo es otra cosa. Es algo sencillamente impresionante", dijo Pedro Cruz, quien manejó dos horas desde Port St. Lucie para ver a los Yankees en Miami, su ciudad natal.
Varios cientos de fanáticos sin boletas llegaron al Marlins Park solamente para echar una ojeadita al edificio y disfrutar el ambiente festivo de los alrededores, que incluyó mucho colorido -- igual que el nuevo logo de los Marlins --, un disc-jockey y música en la entrada principal del estadio.
Al final, cuando el dominicano Juan Cedeno ponchó a Daniel Black para cerrar el encuentro, no hubo muchos lamentos en Marlins Park.
"Fue una tremenda experiencia, algo histórico y eso es lo más importante", dijo Miguelina Pérez, quien creció en el vecindario, exactamente detrás de lo que ahora es el jardín central del estadio.
"Este estadio no solamente marca el inicio de una nueva era para los Marlins y el béisbol en Miami, sino para la Pequeña Habana y toda la comunidad", agregó Pérez.
AUTOR : Enrique Rojas / ESPN
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