Trout, con los pies sobre la tierra
ANAHEIM — A pesar de atravesar su campaña de novato con números y actuaciones dignas del premio al Jugador Más Valioso, Mike Trout ha mantenido el perfil bajo, el respeto y la amabilidad que lo caracterizan.
El jardinero central se unió a los Angelinos de Los Ángeles a finales de abril y al comienzo de la serie ante los Atléticos de Oakland lleva conectados 27 jonrones, con 77 carreras impulsadas y un candente .328 de promedio de bateo.
En charla con ESPNDeportesLosAngeles.com Trout apunta a la fuente de sus valores.
“Mis padres siempre me enseñaron a ser humilde desde niño”, explica. “Es lo que he tratado de hacer, de no agrandarme y solo salir a jugar”.
Precisamente su familia ha tenido que adaptarse a la atención nacional que acaparan los bambinazos y las corridas del jovencito.
“La están pasando bien y se están divirtiendo”, confiesa. “Mucha gente reconoce más a mis padres ahora pero es bueno. No ha sido un problema todavía pero no he vuelto a casa. Cuando lo haga quizás las cosas sean un poco locas”.
Sus compañeros de camerino han aportado a la causa de mantenerlo centrado.
“Torii es el principal”, avisó sobre sus consejeros. “También tipos como Vernon [Wells] y Albert [Pujols] y hasta los lanzadores como C.J [Wilson], [Jered] Weaver y Dan [Haren]. Son a los que me acerco y les pregunto. Ellos también vienen y me dicen si estoy haciendo algo mal. Tengo buenos compañeros y cualquier cosa que necesite aprender ellos tienen las respuestas correctas”.
Trout ha superado toda expectativa, propia y ajena, al punto de virtualmente haberse asegurado el premio al novato del año y ser firme candidato al ‘MVP’ de la Liga Americana.
“Mi meta era venir y hacer mi juego para poder ayudar al equipo a entrar a la postemporada”, recuerda. “Mi única meta individual era llegar a base y anotar un montón de carreras”.
Pese a esto, Mike Scioscia no está sorprendido.
“A medida que la gente vaya absorbiendo sus actuaciones se darán cuenta del impacto que ha tenido en su primera vez como pelotero ligamayorista”, asegura el dirigente. “A mí no me sorprende”.
El guardabosque no es capaz de esconder una sonrisa delatadora, y es que se le nota que está disfrutando su momento.
“Me estoy divirtiendo mucho”, avisa. “Ha sido como un sueño hecho realidad para mí el de poder contribuir y perseguir un lugar en los playoffs”.
Parte de su entretenimiento ha sido convertirse en un verdadero verdugo para los torpederos rivales, ya que en lo que va de la temporada ha robado cuatro vuelacercas, el último a Prince Fielder el sábado.
“No hay práctica”, aclara antes de comentar la filosofía que comparte con el resto de sus camaradas en lo profundo del parque. “Nuestro lema en la pradera es no dejar que ninguna bola caiga. Debemos hacer lo imposible para llegar a la pelota”.
Otra de sus satisfacciones es poder crecer como pelotero a la par de otros jóvenes surgidos de la granja californiana. Él admite que con Mark Trumbo y Peter Bourjos se ayudan mutuamente para pulir sus estilos de juego.
“Aprendemos cosas nuevas todos los días y hacemos ajustes”, apunta. “Nos acercamos uno al otro para saber que ven de nuestro swing. Esos consejos han sido claves porque son cosas pequeñas que ayudan mucho
RODRIGO AZURMENDI / ESPN
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