JACKIE ROBINSON NO HUBIERA APROBADO EL GUIÓN DE 42″
Por Andrés Pascual
No he visto “42″ ni pienso hacerlo, pero he leído algo preocupante sobre esta infamia fílmica que pretende, como nunca antes, politizar la personalidad del jugador acorde con intereses abiertamente antiamericanos, porque, si algo demostró el inmortal intermedista, reflejo y legado de su filiación al partido republicano, fue que nunca odió a su patria, que amó al capitalismo democrático y que jamás lo enfermaron las bajas pasiones como el odio al blanco o la revancha, que se estila hoy con tanta y total impunidad por influencias de los líderes negros del país o de la Primera Dama, que tuvo su momento de orgullo ciudadano cuando los blancos poderosos neocomunistas pusieron a su marido en la presidencia, olvidando todo lo que habló y escribió contra su “patria postiza” como mujer afro de proyección vengativa.
Por esta familia real, porque la señora recomendó la película, nunca veré el bodrio ni para criticarlo ampliamente. Y, como Saldiguera con los Muñequitos: “…hablen habladores”.
Resulta que para no perder la costumbre del partido, como su máximo líder en función de arrasar con el país, el o los guionista del filme no encontraron mejor opción para ratificar el odio histórico contra Jackie (porque así hay que ver esto, “contra el Tío Tom que sepultó el orgullo sepia descabezando las ligas negras más que como pionero de enorme significado social”) que tergiversando un acontecimiento a base de mentiras.
De nada les valió la realidad, evidente y contada hasta por racistas de pura cepa, no, tenían que mentir, porque ese es el sello distintivo de una administración que no puede hacer más contra el blanco o contra el negro conservador ni contra el país que le abrió las puertas a la silla presidencial a un perfecto elemento de 4ta de alta peligrosidad y no porque sea negro precisamente, que los hay brillantemente capaces y patriotas en el espectro norteamericano, como fue el propio Jackie Robinson.
Resulta que un pitcher racista, Fritz Ostermueller (en la foto un recorte de prensa sobre su fallecimiento a los 50 años), tira un “bean ball” a la cabeza de Robinson, este lanzamiento no es el común y corriente “golpeado”, incluso con el objetivo de responder a una agresión similar contraria, sino un disparo de intención homicida, con ánimo de lesionar o matar si es preciso…
Hasta ahí, el efecto buscado para apoyar la campaña nacional contra los republicanos, o contra los conservadores en sentido general, cumple su cometido: más odio, más credibilidad en “ellos”, más división y más antiamericanismo impuesto.
Con lo que no contaron, porque no fueron asesorados debidamente o tal vez ni les interesó, atribución debida, posiblemente, al triunfalismo decadente y morboso de aires traidores a la patria del tiempo actual, fue con que en este país los récords del pasatiempo se llevan casi desde el inicio mismo del beisbol, lanzamiento por lanzamiento, jugada por jugada y la década de los 40’s es demasiado cercana como para que no estuviera debidamente asentada en los libros de anotaciones.
Sherrill Dusterhaus, de 66 años, natural de Joplin, habla con amargura sobre “el lanzamiento que golpeó al intermedista” según 42, dice que no fue verdad que golpearan a Robinson en la cabeza ni que Fritz Ostermueller le gritara “You don’t belong here and never will” (No perteneces aquí ni nunca pertenecerás), como propone la película de la Warner.
Ella quiere que todo el mundo que vea el material sepa dos cosas: que el pelotazo a la cabeza es mentira y que lo dicho por el pitcher “homicida” es una aberración de los “creadores del éxito taquillero”, porque Ostermueller (que también jugó para el Brooklin durante una carrera de 14 años con varios clubes) era su padre.
Nadie sabe cómo lograron que Rachel, viuda de Jackie Robinson, aprobara tamaña falta de ética, que no fue precisamente lo que identificó a su esposo, o quizás la engatusaron con alguna felicitación de parte de Michelle personalmente por “la total emancipación del jugador insignia”.
Como quiera, se olvidaron de las anotaciones y ni intentaron averiguar que “el chivo expiatorio” está considerado uno de los peloteros más caballerosos y decentes de su tiempo.
Por todo lo anterior, Sherrill declaró: “Respeto a Robinson, su historia es inspiradora y considero una gran cosa que se conozca, pero no a expensas del buen nombre de otros, eso es una desconsideración, una falta de respeto intencional”.
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