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BEISBOL 007

MUSICA

Laíto Sureda / BIO

Estanislao Sureda. Gran cantante cienfueguero que tiene un espacio en la historia de la canción en Cuba, fue estrella de La Sonora Matancera, una voz que recorrió a puro cañonazos todo el continente.

Niñez

Nacido en La Juanita, uno de los barrios más populares de Cienfuegos, llegó a este mundo el 7 de mayo de 1914 en un entorno familiar bien humilde, sin otra fortuna que una marcada inclinación por la música.

Laíto en la capital

Cuando llega el guajirito a la capital, cargado de sueños y resuelto a triunfar, corre el año 1944 y "la cosa" (término que más de una vez ha servido en la Isla para describir situaciones económicas, sociales y políticas casi siempre adversas) no está nada bien. Los efectos de la Segunda Guerra Mundial, sumados a la corrupción administrativa del momento, se hacen sentir, agudizando al máximo una situación económica muy difícil donde los más afectados -como siempre- son los más humildes. El descontento popular es grande, y musicalmente el mambo está muy duro. La competencia es atroz, sobre todo para los novatos, en una ciudad donde coexisten innumerables agrupaciones y cantantes luchando todos por imponer su arte. A pesar de los contratiempos -indudablemente nació tocado por la buena estrella- muy pronto consigue incorporarse a ese increíble ambiente musical citadino, pleno de sitios de afluencia pública, donde se baila hasta el amanecer.

Trayectoria artística

En medio del esplendor de la era de los conjuntos prueba ser una de las voces predestinadas del progresivo formato que regentan los conjuntos de Arsenio Rodríguez, la Sonora Matancera y El Casino. En 1946 ingresa al exitoso Kubavana ahí completa la trilogía vocal con los cantantes Alberto Ruiz (director) y Orlando Vallejo y consigue grabar los primeros discos para el sello RCA Victor.

A finales de la década del cuarenta, junto a Vallejo y el guitarrista matancero Senén Suárez, Laíto se une al conjunto Montecarlo de Ernesto Grenet con el que continúa grabando para el sello cubano Panart. Influenciado en los primeros tiempos por el gran Miguelito Valdés, poco a poco conforma su propio estilo, sobre todo en géneros como la Guaracha, la Rumba, el Guaguancó, y el Bolero.

Comienza la prodigiosa década del cincuenta con buenos augurios: el 15 de diciembre de 1950, el compositor y guitarrista Senén Suárez pasa a dirigir el conjunto de Ernesto Grenet bautizándolo con su nombre. Con el nuevo proyecto liderado por Senén, pasa al show del distinguido cabaret Tropicana y en 1954 efectúa varias grabaciones para el recién estrenado sello Puchito, de Jesús Gorís. Su estilo por ese entonces comienza a ser bien conocido y los discos circulan en radios, tiendas especializadas y por supuesto, las vitrolas, dueñas y señoras del ambiente popular.

Cuando parece que el cantante casi ha logrado su objetivo otra gran oportunidad le llega, a mediados de 1954, Rogelio Martínez lo llama para unirse a su exitoso conjunto Sonora Matancera. Así y todo en 1955 pone fin a esta experiencia y permanece fugazmente en la orquesta América con la que llega a grabar una inolvidable versión del chachachá de su director Ninón Mondéjar: Yo no camino más. Luego, hacia finales de ese año, en una estancia de varios meses, completa las voces del conjunto Casino, al grabar con el coro de Faz, Rolito y Espí, la guajira de Rosendo Ruiz Suárez: Junto a un cañaveral’. En Enero de 1956, cuando Roberto Faz decide separarse del Casino y fundar su propia agrupación, Laíto es uno de sus seguidores, pero, siempre inquieto, se mantiene con Faz el tiempo que dura la primera versión del conjunto; unas semanas después reingresa en la agrupación de sus primeros éxitos: el conjunto de Senén Suárez. Con el combo de Senén Suárez se mantiene hasta bien entrada la década del ochenta cuando decide retirarse.

Otras obras musicales 

Con la cofradía Matancera coloca sonadísimos éxitos como son:

  • Cañonazos
  • Idilio
  • Cualquiera resbala y cae
  • Nocturnando
  • Yambú pa'gozar
  • En el bajío (excelentísimo dúo con Celia Cruz)

Entre otros que se escucharon por esa época, editados por el sello comercial Seeco.

Su muerte

El 8 de septiembre de 1999, a los 85 años, moría Laíto Sureda en La Habana, ciudad que le abrió las puertas en 1944, y donde demostró, hasta el final de sus días, estar en pleno goce de facultades. Emulando la proeza de Abelardo Barroso, luego de años en silencio, resucitó maravillosamente acompañado por un conjunto reducido (lo que muchos han dado en llamar Sonora) recolocando algunos de sus éxitos de los cincuenta. Su magisterio y sabiduría le permitieron "empezar a vivir" a los ochenta y tantos años. La buena música no tiene edad, Laíto lo demostró con creces.

Fuentes

María Teresa Vera

María Teresa Vera. Cantante, guitarrista y compositora cubana. Voz imprescindible en la historia de la canción trovadoresca cubana. Fue una de las pocas mujeres cantadoras de su momento. Un paradigma, la excelencia de la canción cubana tradicional, de la llamada vieja trova[1]

Su habanera "Veinte Años" (con letra de Guillermina Aramburu), entre todas sus composiciones, es, indudablemente, la más popular y difundida, tanto, que ha llegado hasta la actualidad con la misma resonancia con la cual naciera en el ya lejano año de 1935[2]

 

Maria Teresa Vera.JPG


Síntesis biográfica

Primeros años

Nació el 6 de febrero de 1895 en Guanajay, municipio que antiguamente pertenecía a la occidental provincia de Pinar del Río. Nieta de esclavos, hija de un militar español que se repatrió al final de la guerra con el propósito de regresar pero falleció antes de lograrlo.

Creció al amparo de una familia en donde su madre era sirvienta. Ya jovencita empezó a darse a conocer en los ambientes de bohemia y trova, allí conoció a Manuel Corona quien le aconsejó que aprendiera a tocar la guitarra. Realizó sus primeros estudios de guitarra con el tabaquero y maestro de guitarra José Díaz y posteriormente continuó con Corona quien le enseñó el resto inclusive sus composiciones, que fueron sin dudad alguno el mayor beneficio que obtuvo la joven.

Trayectoria artística

María Teresa joven

Inició su carrera artística con el dúo integrado con Rafael Zequeira, con quien se presentó en el Teatro Politeama Grande, de la Manzana de Gómez, el 18 de mayo de 1911, cuando apenas contaba 16 años de edad, allí interpretó la canción “Mercedes”, acompañada por su autor; tal fue el éxito que alcanzó que tuvo que repetirla seis veces. Desde entonces comprendió que ese era el camino a seguir.

En 1918 viajó a Nueva York, donde actuó en el teatro Apolo junto a Rafael Zequeria, con quien formó dúo grabando varios discos. Sobre este dúo expresó en una ocasión:

"En 1916 comencé a cantar con Rafael Zequeira. Nos dedicábamos especialmente a la canción cubana. Zequeira y yo hicimos más de cinco viajes a los Estados Unidos [...]. Bien acoplados, identificados en nuestra misión artística, enseguida nos popularizamos dentro y fuera de Cuba. Nuestro dúo fue un éxito popular, aunque sea inmodesto decirlo."

En 1922, regresó a esta ciudad en compañía del trovador Manuel Corona, y aquí es contratada por la casa discográfica RCA Victor. Con Zequeira y Corona, María Teresa grabó 149 obras en 10 años, desdes 1914 hasta 1924 fecha en que falleció Zequeira. En ese período grabó cuatro obras con Higinio Rodríguez, con el cual continuó varios años hasta unirse a Miguel García.

María Teresa y Rafael Zaqueira

Muerto Zequeira en 1924, actuó sola –o acompañada esporádicamente por algún trovador- breve tiempo, hasta unirse, en 1926, a Miguelito García con quien formó dúo hasta 1931 en que formó parte de un cuarteto con Justa GarcíaDominica Verges y Lorenzo Hierrezuelo; también formó parte de otro cuarteto con Hierrezuelo, Hortensia López e Isaac Oviedo.

En 1926 fundó el Sexteto Occidente, integrado por Miguel García, segunda voz; Manolo Reynoso, bongó; Julio Viart, tres; Francisco Sánchez, coro y maracas, e Ignacio Piñeiro, contrabajo. Con esta agrupación viajó este mismo año por última vez a Nueva York donde grabó varios sones, eran un grupo de talentosos músicos que tenían carreras brillantes. Por asuntos personales abandonó el sexteto para poco un más tarde incorporarse al grupo de Justa García, que tenía un programa por la radio, en la entonces famosa Radio Salas. Justa, en aquella época tenía un cuarteto en el que había incorporado como guitarrista y voz segunda a Lorenzo Hierrezuelo.

Allí en 1937 integró junto a Lorenzo Hierrezuelo un dúo muy popular y que permaneció cantando y cosechando éxitos por Radio Cadena Suaritos hasta la desaparición de la emisora y que se dejó escuchar por más de veinticinco años. En 1945 son contratados por el Circuito CMQ, para actuar en el programa "Cosas de ayer". En 27 años de trabajo en común, María Teresa y Lorenzo se identificaron tanto que llegaron a tener tal grado de profesionalidad que les permitió darse el lujo de ensayar en contadas ocasiones.

En 1947, con Hierrezuelo, realizó una gira por México, y actuó en los centros nocturnos aztecas Los Tulipanes y en el Motembo, de MéridaYucatán. En 1959 fue contratada por la radioemisora CMZ, del Ministerio de Educación.

Mantuvo, en emisoras radiales habaneras, programas de divulgación del cancionero cubano. Compuso canciones, entre las que resaltan Por qué me siento triste, No me sabes querer, Yo quiero que tú sepas, y la conocidísima Veinte años.[3] Sus últimas presentaciones en público las efectuó en el Cuarto Festival de Música Folklórica, Popular y Vernácula, y en el Primer y Segundo Festival de Música Típica Cubana, en 1961. Se retiró de la actividad musical, enferma, en 1962.

Gran intérprete de la canción cubana, su voz —según Silvio Rodríguez en testimonio a Jorge Calderón—,

"era sin vibrato, seca; tocaba las notas y sólo se prolongaba para glisar de un tono a otro, lo cual le imprimía una gracia, o más bien un carácter, muy singular. Su emisión era aparentemente descuidada, natural, popular; incluso a veces se le rajaba la voz, pero sin desafinar. Siempre hacía variantes de las melodías originales, por lo que, en este sentido, también interpretaba creadoramente."

María Teresa fue una de las pocas mujeres cantadoras de aquella época. En casi todas las grabaciones y la mayoría de las presentaciones en público que realizó en los primeros tiempos, Corona le acompañó, no solo con la guitarra también como voz del coro en guarachas, rumbas y sones, además creó muchas obras de otros estilos de la cancionística que también ella estrenó. Tocaba la guitarra segunda, con un vigor y precisión que resultaba ser la guitarra directora, fue siempre muy respetado por su acuciosa interpretación y profesionalidad.

Compuso pocas canciones, los textos se los hacían amistades que escribían poesía, era amiga de renombrados compositores entre los que se encontraban Manuel Corona, Rosendo Ruiz, Patricio Ballagas y Graciano Gómez. De Sindo Garay cantaba algunas canciones pues nunca cantó canciones del teatro lírico ni boleros que no fueran los tradicionales, prefirió no quebrar su línea estilística.

Muerte

Murió en Ciudad de La HabanaCuba el 17 de diciembre de 1965.

Obras destacadas

Portada de Disco

De las 183 canciones que grabó, muchas fueron como solista, pero con su primer compañero estable, Rafael Zequeira, cantó 149 obras, con Floro Zorrilla una, con Higinio 4, con Ignacio Piñeiro una rumba, y con Corona 10, representando es solo una muestra, pues su trayectoria se extendió por más de cincuenta años. Lorenzo Hierrezuelo aseguraba que en su repertorio había más de mil canciones de las que él recordaba cerca de novecientas.

Cantó pormenorizadamente diferenciando los estilos: capricho cubano, guaracha, rumba, clave, criolla, canción, bambuco, son, habanera, bolero, melopea, schotis de los siguientes autores: 13 obras de Rosendo Ruiz, 87 de Manuel Corona, 15 de Ignacio Piñeiro, una rumba de Jorge Ankermann, 5 obras de Patricio Ballagas, y una de Manuel Limonta.[4]

Bambuco

Boleros

  • Virgen del Cobre, 1922
  • No puedes comprender, 1930
  • texto: Guillermina Aramburo; Tu voz y Yo quiero que tú sepas, 1930,
  • textos: Emma Núñez Valdivia; Por fin y Te acordarás de mí, 1930
  • No puedo amarte ya, 1934
  • texto: Guillermina Aramburo; No me sabes querer, Porque me siento triste y Yo quiero que me quieras, 1935
  • textos: Guillermina Aramburo; Mi venganza, Mis angustias y El último es el mejor, 1941
  • textos: Emma Núñez Valdivia; Con mi madre siempre y Mi sentencia, 1942
  • textos: Emma Núñez Valdivia; Ya te conocí, 1943
  • Sufrir y esperar, Te digo adiós, 1957
  • Ya no te quiero, 1957.

Bolero-son

  • Dime que me amas, 1937
  • Sólo pienso en ti, 1942

Guaracha

Habanera

  • Veinte años
  • letra G. Aramburu, 1935

Bibliografía

  • Justina Álvarez. «Proclamarán Hija Adoptiva de Guanajay a María Teresa Vera». Hoy (La Habana), 19 de febrero de 1960: 6.
  • Jorge CalderónMaría Teresa Vera. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1986.
  • Ezequiel Rodríguez. «María Teresa Vera». El Mundo (La Habana), 9 de enero de 1966: 6-7.
  • Magaly Sánchez Ochoa. «La trovadora inmortal». Mujeres (La Habana) (10): 50-51, octubre de 1981.
  • Omar Vázquez. «Falleció María Teresa Vera». Granma (La Habana), 18 de diciembre de 1965: 3.
  • Guillermo Villarronda. «¡La reina de la vieja guardia puede morir de hambre!». Revista Bohemia (La Habana) (50): 60-62, 98, enero de 1958.

Enlaces externos

Referencias

  1. Volver arriba Teresa Vera, una trovadora excepcional – Portal La Jiribilla
  2. Volver arriba Todo sobre cine – Portal del arte cubano, Cubarte
  3. Volver arriba Maria T. Vera – Portal Uh.cu
  4. Volver arriba Teresa Vera, una trovadora excepcional – Portal La Jiribilla

Fuentes


Pepe Sánchez

José Sánchez. Padre de la canción trovadoresca cubana y creador del bolero latinoamericano como género musical.

Síntesis biográfica

Pepe Sánchez nació en Santiago de Cuba el 19 de marzo de 1856. No tuvo formación musical académica alguna, ya que todo su conocimiento en materia musical era puramente intuitivo, pero enseñó admirablemente la ejecución de la guitarra, instrumento que tocaba con mucha maestría y cantaba muy bien, con voz de barítono. José Sánchez era sastre de profesión y demostraba poseer talento extraordinario para sus ocupaciones: la música y la sastrería.

A finales del Siglo XIX, el género trovadoresco se afianzaba cada vez más en el gusto popular, y tras la evolución que tiene lugar en el mundo sonoro de la época, integrado por aires europeos mezclados con ritmos africanos, había surgido la canción criolla, oriunda de la región oriental de la isla; en la ciudad de Santiago de Cuba.

Los cantadores o cantores les otorgaron su sello particular, creando un movimiento musical con características muy bien definidas al que se le llamó académicamente neorromanticismo popular cubano. Estos trovadores o troveros, que así también se les llamaba, crearon lo que hoy conocemos como trova tradicional cuya cubanía estaba en sus letras y en determinada cadencia que al tomar fuerza, le otorgaron a nuestro cancionero su identidad nacional.

En esa época, Pepe Sánchez, acompañado de su guitarra, entonaba sus canciones en serenatas, tan en moda en aquellos años en su ciudad natal; también en las reuniones que se hacían regularmente en las casas de los creadores-cantores incluyendo la suya, reuniones a las que se les llamó peñas. En estas peñas, que tenían lugar después de concluir las labores cotidianas, como obreros o artesanos, estos creadores, cantantes y guitarristas se acoplaban indistintamente formando dúos, tríos o cuartetos, creando o interpretando las canciones, compartiendo en fraterna emulación musical.

En este ambiente surge el primer bolero de que se tiene conocimiento y una referencia precisa en Cuba, específicamente allí en Santiago, compuesto por Pepe Sánchez, el maestro como también le llaman, y se titula Tristeza, pieza que estructuralmente comprendía dos períodos musicales de 16 compases cada uno, separados por un pasaje instrumental que se ejecutaba melódicamente en la guitarra, al que le llamaban pasacalle.

Pepe Sánchez está considerado como el pionero en la definición de los rasgos del bolero. Entonces no había una forma precisa en cuanto a la estructuración tonal en la que se componía la canción; podía ser en cuanto al modo mayor o menor o combinando ambas modalidades.

Por su talento, ejercicio y vocación, Pepe Sánchez fue a su vez, maestro de importantes figuras del quehacer musical cubano, especialmente de Sindo Garay, a quien conoció de niño y puso en las manos su primera guitarra y promotor de cuanto evento artístico musical se ofrecía en la ciudad santiaguera, fue además un patriota amigo de muchos mambises y de Guillermón Moncada, a quien le compuso un bolero.

Fue director y fundador del famoso Quinteto de Trovadores Santiagueros, integrado por Pepe Figarola (primera voz), Bernabé Ferrer y Luis Felipe Portés (segundas voces), Emiliano Blez (guitarrista acompañante) y Pepe Sánchez (primera guitarra).

De sus obras musicales destacan, "Me entristeces, mujer” (popularmente conocida con el nombre de “Tristeza”), "Pobre artista", "Rosa I","Rosa II","Rosa III", "Elvira", "Cuando la expresión de tu canto", "Cuba, mi patria querida", "Caridad", "Adán y Eva", "Esperanza", "Redondilla, "Ángeles", "Naturaleza", "Himno a Maceo", etc.

Bolero Tristeza

La canción “Me entristeces, mujer” (compuesta en el año 1883) está formalmente conceptuada como la cuna del bolero latinoamericano. En este sentido, parece ser que el título original de dicha pieza era el de “Tristeza", pero debido a que a la hora de su registro ya existía otra composición inscrita con el mismo nombre, finalmente se decidió por titularla así.

En la opinión del estudioso Orlando Montenegro, este tema se encuentra realizado en dos períodos musicales de 16 compases cada uno, separados por un pasaje instrumental que es ejecutado melódicamente con las cuerdas de guitarra y conocido como Pasacalle.

Tristeza me dan tus penas mujer profundo dolor, no dudes de mí no hay pena de amor que entrever cuanto sufro y padezco por ti.

La suerte es adversa conmigo no deja ensanchar mi pasión un beso me diste un día lo guardo en el corazón.

Muerte

Ya al final de sus días, enfermó de angina de pecho, murió a la una de la madrugada el 3 de enero de 1918 a la edad de 62 años. En su memoria se celebra en Cuba el Festival Internacional de la Trova Pepe Sánchez.

Fuentes


Trío Matamoros

Trío Matamoros. Fundado en Santiago de CubaOriente, el 8 de mayo de 1925. Este trío legó, en infinidad de grabaciones, un singular panorama de sones, boleros y otros géneros de la música popular, que se difundieron casi a escala planetaria. Agrupación de este tipo que alcanzó tal nivel de popularidad e influencia en los más diversos estratos sociales. Hicieron que su música fuera y siga siendo una de las más genuinamente populares síntesis de cubanía.

Integrantes

Trabajo artístico. Aportes de sus integrantes

Miguel, director, voz y guitarra primas, empleaba de un modo libre la sustancia rítmica y melódica de la lírica popular. No hacía armonías rebuscadas; su música era eminentemente tonal; en sus acompañamientos no empleaba disonancias ni otras asperezas armónicas, y algunos críticos de la época lo tildaron de tradicionalista y anticuado. No obstante, Miguel, compositor de ideas frescas, ritmo elocuente, buen gusto y acento profundamente cubanos, hizo que su música —interpretada magistralmente por su trío— fuera genuinamente popular.

Cueto, guitarrista acompañante, no hacía, como Miguel, el típico rayado característico de la mayoría de los trovadores orientales, sino un movimiento melódico-armónico que realizaba en los bajos de su guitarra, que es lo que comúnmente se conoce como «tumbao», al que Cueto le añadía algunos elemento sde percusión en la tapa de su instrumento, que se yuxtaponía al rayado hecho por Miguel en la guitarra prima. De este modo evitaba la cacofonía, tanto rítmica como armónica, muy común en otros intérpretes de la época. Esta fue la clave de Cueto como guitarrista acompañante de Miguel y parte del éxito del Trío Matamoros.

En este ejemplo, las figuras tipo romboide significan los golpes que deben producirse en las inmediaciones de la tapa de la guitarra. Este efecto se logra utilizando los dedos de la mano derecha completamente abierta. La línea ondulada representa el glisado, pero realizado en forma inversa a la normal o natural. En este caso debe deslizarse el dedo índice de la mano derecha desde la primera cuerda hasta la tercera o la cuarta. El pequeño ángulo colocado sobre la línea ondulada, indica que el glisado se realizará desde los sonidos agudos hacia los graves. Obsérvese que la línea ondulada que aparece en el acorde de este ejemplo, no tiene ningún señalamiento, por tratarse del glisado natural quesiempre se ha producido en la técnica guitarrística del grave hacia el agudo.

Siro, voz segunda y maracas, poseía un intuitivo concepto armónico que le permitía confeccionar una armonía correcta que yuxtaponía al canto protagonista que hacía Miguel. Asimismo, eran sobresalientes algunas figuraciones melódicas que «inventaba» para «florear» la armonía de la segunda voz; todos estos elementos los empleaba con gran fluidez, gracia rítmica y sandunga, y los enriquecía con el accionar rítmico de sus maracas.

Éxitos

El trío viajó por vez primera a Estados Unidos en 1928, donde realizó sus primeras grabaciones; en 1929 va a México; en 1930 a Santo DomingoRepública Dominicana, y en 1933, realiza una gira por VenezuelaPanamáCurazaoPuerto Rico y Colombia, y en 1960 se presenta por última vez en Estados Unidos. A su regreso a Cuba, después de 35 años de intensa vida artística, el Trío Matamoros se desintegra.

El impar éxito alcanzado por el trío, es debido al carácter de gran innovador que todos le conceden a Matamoros, cosa que logró al crear el bolero-son, es decir que al tema lírico que viene expresado en todo bolero el le añadió el montuno (parte final del son), haciendo del bolero un género bailable. Conciencia, Mata y Beby y Santiaguera son tres buenos ejemplos.

Sobre estas bases se afianzó la preferencia de que gozaron los Matamoros. El resto fue”coser y cantar”, sobre todo esto último, ya que lo hicieron por más de treinta y cinco años, durante los que tuvieron numerosas presentaciones en el extranjero.

Actuaron por última vez para el pueblo cubano en el Teatro Chaplin a principios de marzo de 1960. En ese mismo mes viajaron a los estados Unidos, regresando poco tiempo después, acogiéndose de inmediato al retiro.

Discografía

Los discos del Trío Matamoros

Las huellas dejadas en el tiempo por el Trío Matamoros parecen pocas. Sólo basta analizar el repertorio de cualquier agrupación actual para comprobar la repetición de dos o tres obras de Miguel, como si su trascendencia se limitara a ellas. Ello, sin duda alguna, demuestra un desconocimiento casi absoluto del significado de estos tres trovadores santiagueros en la historia de la música nuestra. Es una consecuencia del maltrato sufrido, en los últimos decenios, por la difusión del patrimonio musical cubano, debido a razones ajenas al interés del presente trabajo.

De cualquier forma, la ignorancia evidente acerca del catálogo total del trío obliga a un acercamiento lo más fiel posible a la fructífera discografía de los Matamoros, reproducida actualmente en decenas de producciones digitales por grandes y pequeñas compañías fonográficas extranjeras (¿por qué no lo hicimos nosotros?) El disco, ya se sabe, es actualmente un excepcional documento probatorio, el cual ha llegado a demostrar la falacia de algunas afirmaciones asumidas por especialistas y estudiosos, aferrados al análisis de partituras y otros documentos. Las tendencias actuales de la musicología nos convocan, cada vez más, a acudir a los archivos de las empresas grabadoras, ya abiertos para investigadores interesados en la materia. La verdad acerca del repertorio de Siro Rodríguez, Rafael Cueto y Miguel Matamoros puede obtenerse con sólo revisar la sorprendentemente extensa lista de placas editadas con su música durante unos treinta años.

Las primeras grabaciones con obras de Matamoros

Cuando Miguel aún dirigía su Trío Oriental de los comienzos, su interés principal estaba en la grabación de discos. Desde años antes, muchos trovadores habían ido a La Habana a grabar; otros, con algo más de suerte, fueron llevados por las discográficas de la época a sus estudios en los Estados Unidos. De hecho, Matamoros llegó a la capital en los primeros años de la década de los años veinte, pero sus gestiones fueron infructuosas, no obstante el interés y las gestiones del trovador Eusebio Delfín. Esa circunstancia deprimió a Miguel. Pero su coterráneo Pablito Armiñán le escuchó Son de la loma y decidió grabarlo con su compañero de dúo Manuel Luna, autor de la música del colosal bolero La cleptómana. Además, registraron, en esa sesión realizada en julio de 1923, otra página de Miguel Matamoros, titulada La china buena. Ambas fueron editadas por la firma Columbia en la placa 2041X. Y algo curioso: se les consigna como rumbas. Nada debe extrañar; era la tendencia de aquellos tiempos. Esas fueron, al parecer, las primeras grabaciones de obras concebidas por Matamoros.

En su Enciclopedia Discográfica de la Música CubanaCristóbal Díaz Ayala explica: Miguel, que además de talento artístico tenía cierto olfato comercial, se dio cuenta de que mientras no grabaran, mientras sus números no se escucharan en las victrolas, no pasaría nada. En 1926, el trío viajó a La Habana para unas pocas actuaciones en el Teatro Actualidades. Y logran que lo escuchen en la ferretería y almacén general que representaba a la Víctor en Cuba: Viuda de Humara y Lastra. Sin embargo, el momento todavía no había llegado. Habría que esperar a 1928, cuando la Víctor y Humara y Lastra decidieron realizar una gira promocional del Sexteto Habanero por toda la isla, culminando en Santiago. Les acompañaba Mr. Terry, director artístico de la Víctor y Juan Castro, empleado y hombre de confianza de Julián Lastra.

Cuando iban a comenzar a grabar el director del estudio objetó el nombre de Trío Oriental porque ya existía un trío con ese nombre, el de Blez y Figarola y había un Cuarteto Oriental. Entonces se decidieron por el sonoro apellido de Miguel: Matamoros. El día 28 de mayo de 1928, en la ciudad de Nueva Jersey, Siro, Cueto y Miguel grabaron por primera vez, contratados por la firma Victor. Se cuenta que los nervios les traicionaron: pese al acople forjado entre ellos tras varios años de serenatas y actuaciones en teatros, el resultado no fue el mejor. Por otro lado, aunque el trío se recuerda por su formato de dos guitarras y las maracas de Siro, algunas de estas placas dejan escuchar, indistintamente, claves o maracas. Incluso, es posible oír ambos instrumentos a la vez. ¿Quién era, pues, el cuarto Matamoros? No se sabe.

El uso de las claves por el Trío Matamoros ya era familiar desde dos años antes, cuando actuaron en La Habana en el ‘26. En la capital se dieron cuenta de la importancia de las claves en el son y las asumieron. Por eso aparecen en las primeras grabaciones. La primera obra grabada, aquel 28 de mayo, hace ochenta años, fue el capricho de Miguel Promesa. Pero el primer disco en salir al mercado contenía el bolero Olvido y el son El que siembra su maíz. Se dice que la placa, código 81274, logró el primer gran record de ventas: sesenta mil copias en 1928.

El trío grabó otras dos piezas ese día: Juramentos y Son de la loma. Al día siguiente, llevaron al disco once obras más, entre las cuales están Olvido, Dulce embeleso (que apareció editada como El beso), Luz que no alumbra y la habanera Mariposita de primavera. Luego, el 31 de mayo, la Victor decidió grabarles en Nueva York, a donde se trasladaron, seguramente, el día antes. Los programas fonográficos se completaron con seis composiciones del propio Miguel: Santiaguera, Regálame el ticket, Elíxir de la vida, El voto y la mujer, ¿Por qué pasaron? y una criolla titulada en el disco como Canción triste, conocida luego como La noche triunfal. Claro está, ninguna de las versiones originales de estas composiciones es difundida actualmente. En cualquier caso, se escuchan con cierta asiduidad las grabaciones hechas por los Matamoros muchos años después, cuando la tendencia era reforzar a los tríos con bajo y ritmo. En 1974, conversé por primera vez con Cueto y Siro y me revelaron su predilección por aquellas placas de 1928, porque sólo tocábamos nosotros.

Las primeras innovaciones : El septeto Matamoros

Todo indica la intención de los empresarios discográficos de probar al trío en el son. Era el momento esplendoroso del género en sociedad y ya la Victor había logrado apreciables ganancias con las placas del Sexteto Habanero, contratado por esa firma. Al parecer, tampoco estaban muy convencidos de la acogida potencial de los Matamoros con ese pequeño formato y, contando con la aceptación de Miguel, convinieron en grabarle a un septeto formado por él.

El 10 de diciembre de 1928, le graban en La Habana a un Septeto Matamoros, completado por el tresero Manuel Mozo Borgellá, el contrabajista Francisco Paquito Portela, el timbalero Manuel Poveda y Agérico Santiago con las claves. Era imprescindible incluir a la vez maracas y claves, a la usanza de aquellos grupos soneros. Llevan al disco ocho sones, todos compuestos por miembros del Septeto. Se destacan Déjame gozar, mulata, la primera creación de Siro Rodríguez en figurar en una sesión de grabaciones; Mi Teresa, de Poveda; Oye mi coro, de Mozo Borgellá; Los carnavales de Oriente, de Cueto, y El fiel enamorado, de Portela. La famosa conga de Rafael Cueto, sin embargo, no fue la primera obra suya en llegar a discos, porque ese mismo día el septeto grabó el son Quiénes son las mujeres, concebido por Borgellá y Cueto como binomio autoral. Otra curiosidad: contrariamente a lo supuesto, solamente graban un tema de Matamoros: Tú verás. Todas las piezas grabadas fueron consignadas como sones.

Al siguiente día, es el Trío Matamoros quien graba el pregón Frutas del Caney (Caignet) y La corneta china, un curioso danzón instrumental de Miguel con las dos guitarras solas. Ambas se editaron en el disco Victor 46044. Además, registraron en esa sesión los boleros sones de Matamoros A usted qué le importa y El consejo, destinadas luego a la placa V 46444. Se cuenta una simpática anécdota previa a la grabación de la primera de estas: cuando el operador preguntó a Miguel los títulos para las anotaciones correspondientes, este respondió ¿A usted qué le importa? Sorprendido e iracundo a un tiempo, el técnico recriminó al músico, pero todo se aclaró después. Esta página fue el primer bolero son en llegar al disco, mucho antes del surgimiento de Lágrimas negras, a la cual se clasifica como iniciadora de esta modalidad.

Los Matamoros con Orquestas

Siempre según la discografía compilada por Díaz Ayala, entre el 24 y el 31 de julio de 1929 los Matamoros regresaron a Nueva York. Los empresarios de la Victor aprovecharon la oportunidad y les grabaron veintiuna obras. El primer día, fueron invitados a grabar con la orquesta de Vicente Sigler, un habanero nacido hacia 1900, tal vez el segundo músico cubano en radicarse en los Estados Unidos. En ese propio año ’29, comenzó su huella discográfica, muy escasa pese a mantenerse vigente hasta los años cuarenta.

Así, Matamoros y Siro aparecen con la orquesta en la grabación de Rompiendo la rutina, danzonete de Aniceto Díaz, a menos de dos meses de su estreno.

Las restantes veinte abarcarían desde el pregón El manisero, de Moisés Simons (V 46401), y el vals Si coge el tren, de Miguel (V 46534), hasta los sones de Matamoros La mujer de Antonio (V 46402), Lucifer (V 46498) y El paralítico (V 30266), entre otros caprichos, popurrís, boleros, criollas y hasta sambas. Además, se grabaron, por esos días, el son Hojas para baño, también de Miguel (V 46535), y el clásico bolero Reclamo místico (V 46691), el 30 de julio de 1929.

No volverían a efectuar grabaciones hasta 1930, en La Habana. El 11 de febrero graba el denominado Sexteto Matamoros (no se aclara en la información consultada de Díaz Ayala quiénes eran los otros tres miembros) el son de Graciano Gómez Recuerdo de tradiciones (V 46873). Luego, el día 12, se unen Siro y Miguel a la Orquesta del maestro Antonio María Romeu, para grabar los danzonetes Quince, de Cueto, y Caminando se va lejos, original de Matamoros.

Ese programa concluirá el 13 de febrero de 1930 con seis temas: de Matamoros, A mis amistades y Bolichang [sic] (sones) y el pregón La carreta y la caña; de Siro, el son La china en la rumba y, de Félix B. Caignet, el bolero Ojos que besan.

Lágrimas negras: el cuarteto y la orquesta Matamoros

Entre los días 23 y 24 de febrero de 1931, los Matamoros son llamados nuevamente para grabar en La Habana. Tuvo lugar entonces otra innovación: al trío se agregó una trompeta, ejecutada, según Díaz Ayala, posiblemente por Pedro Vía, trompetista cubano, antiguo integrante de la famosa banda de Don Aspiazu. Quedó en discos, de tal forma, el Cuarteto Matamoros, cuya importancia no hubiera sido tanta, de no grabar, el día 24, Lágrimas negras (V 30509), primera versión discográfica de la pieza clasificada como iniciadora del bolero son, aunque, como dije, ya el trío había grabado otro tema en ese estilo. Pero la popularidad de Lágrimas negras, mantenida aún, justifica su carácter de punto de giro en la música cubana.

Aquel Cuarteto Matamoros grabó también dos composiciones del boricua Rafael Hernández, Capullito de alelí (V 30398) y Buche y pluma no má (V 30454), así como los sones de Miguel A la orilla del Guaso y El trío y el ciclón, inspirado en la difícil experiencia de Siro, Cueto y Matamoros durante el ciclón de San Zenón, en su dramático paso por la ciudad de Santo Domingo en 1930.

En fecha no precisada de 1931, el trío graba, con acompañamiento de orquesta, Alegre conga, de Miguel (V 38184).

Transcurrirían dos años sin discos, hasta que en 1934, presumiblemente en Madrid, aprovechan su estancia en España para grabar cuatro placas para el sello Regal. Incluyen páginas al parecer exitosas en su repertorio de entonces, porque ya habían sido recogidas antes: La china en la rumba, La carreta y la caña, Son de la loma y Los carnavales de Oriente.

Durante una nueva estancia en Nueva York, el saxofonista, clarinetista, flautista y director Alberto Socarrás (Manzanillo, 19 de septiembre de 1908 – Nueva York, 26 de agosto de 1987) fue quizás el impulsor de la Orquesta Matamoros, compuesta por tres saxofones, piano, batería, claves y maracas. Los empresarios de la Victor editaron las cinco obras grabadas junto con otras piezas del Trío: obviamente se dieron cuenta del éxito de los tres solos. Vale la pena revisar la selección: A una ola, canción de María Grever; Flauta y saxofón, son del propio Socarrás; los sones Tú no, yo sí y El regreso del amor, y el blues-son Conciencia, todos firmados por Miguel.

Con estas grabaciones se inició una larga jornada fonográfica en Nueva York, el 30 de julio de 1934. Siguieron en esos trajines discográficos hasta el 3 de agosto. Durante esos cinco días, grabaron también como trío y como Cuarteto Matamoros, al adicionárseles un trompetista. Veamos algo de la selección: ¿Quién tiró la bomba?, El nudismo en Cuba, Los sepultureros, La cocainómana, El divorcio en España y La droga milagrosa, todas de Miguel, y El vendedor de todo, pregón de Cueto.

En ese propio año ’34 graban en Nueva York África, canción son de Julio Brito (V 32372), obra considerada por Siro y Cueto como la mejor lograda de su amplísimo catálogo, y el triste corrido El desastre del Morro Castle, original del boricua Leopoldo González (V 32270). En la sesión del 4 de octubre de 1934 graban, con el músico de origen italiano Alfredo Cibelli como baterista y un violinista no identificado, el son de Miguel Sígueme (V 32415).

Cuando concluyeron el programa fonográfico del 27 de noviembre de 1935, con el son de Matamoros Más nunca, el Trío completaba la considerable cifra de setenta y siete grabaciones en dos años, todas realizadas en el extranjero. Fue el mejor momento discográfico de Siro, Cueto y Miguel.

Dejan de grabar en 1936 y, al año siguiente, retornan a Nueva York. Durante una extensa sesión, el 23 de marzo de 1937, graban doce obras, entre ellas su inolvidable versión de Cuidadito, compay gallo, guaracha son de Ñico Saquito (V 32796), y otros títulos desconocidos de su repertorio, como los sones de Matamoros Loca ambición, La guajira delincuente, Habana – Santiago y Tu carta y la mía y el son del cantante Miguelito Valdés Chan Li Poo.

El conjunto Matamoros

Cuando murió Benny Moré, en 1963, un periodista entrevistó a Miguel y éste, al referirse al Conjunto Matamoros, con el cual debutó Benny en el disco, fijó la creación del grupo en 1942, en el Hotel Nacional. Sin embargo, los discos no corroboran esa afirmación. Un llamado Conjunto Matamoros graba con ese nombre, por primera vez, el 28 de abril de 1937, al interpretar la conga de Juan Castro La Conga del Pilar (V 82392).

Desde entonces, el trío alternará con el conjunto; incluso, en varias placas discográficas se anuncia al Trío Matamoros y su Conjunto. Ya en 1941, de acuerdo con Díaz Ayala en su ya citada obra, se aprecian en las grabaciones piano, trompeta y clarinete, posiblemente ejecutado este por Francisco Repilado, el futuro Compay Segundo. Desde el mencionado año ’42 (y esto sí es cierto) sólo grabará el Conjunto Matamoros. Era una reacción lógica: el formato de conjunto acaparaba la atención del público en esa etapa de los años cuarenta. Desde el año ’37 y hasta el 26 de abril de 1949, cuando Carlos Embale canta el son Échale candela (Margarita Martínez), el conjunto acumulaba ¡ciento treinta grabaciones!

Los discos más conocidos. El cuarteto Maisí

Llega el disco de larga duración (LP) y varias empresas disqueras no tardarán en producir ediciones con el Trío Matamoros. Pero será un trío con sonoridad diferente: tal y como ocurría entonces, a las voces y guitarras de Siro, Cueto y Miguel se añadieron contrabajo y percusión cubana. Como las obras exitosas de los Matamoros habían sido grabadas mucho tiempo atrás y en un soporte ya en desuso, los empresarios concibieron placas con nuevas versiones de aquellas piezas, originalmente recogidas desde 1928 en adelante. Esas son las grabaciones más conocidas del Trío. Saldrán a la venta discos long playing de los sellos Velvet y Kubaney, de Cuba; Verne y Marvela, de Puerto Rico, y el norteamericano Ansonia.

En julio de 1950, la firma cubana Panart graba las piezas musicales destinadas, luego, a un disco muy singular, titulado Miguel Matamoros y su Cuarteto Maisí (LPP 2045), un quinteto, en realidad, donde destaca la voz de Juana María Casas La Mariposa y la inesperada ausencia de sus compañeros de muchos años, Siro Rodríguez y Rafael Cueto. He aquí una de las grandes incógnitas en la historia del legendario trío.

Hay opiniones divididas acerca de cuál fue la última placa grabada por Siro, Cueto y Miguel: el disco Ansonia 1251 o el Velvet 021, identificado como El último LP del Trío Matamoros. Por la sonoridad, parece ser la producción Velvet la verdadera grabación final. Es más: en una de las obras grabadas allí, los músicos aluden jocosamente a la veteranía de Miguel. En una de las estrofas, cantan:

Ya Matamoros, ¡ay, Matamoros!, Ya Matamoros no sirve pa’ ná’. Con sus guitarras y sus maracas, aunque él quisiera ya no suena más. Treinta y cinco años y dos días después de unirse, Siro Rodríguez, Rafael Cueto y Miguel Matamoros se retiran oficialmente en el programa Jueves de Partagás, de CMQ Televisión. Miguel fallece en 1971, Siro en 1981 y Cueto en 1991.

Una discografía excepcional

Aunque he tratado de reflejar algunos de los títulos –conocidos o no- grabados por el Trío Matamoros en tres décadas, es imposible mencionarlo todo. Destacaré, al menos, algunas cifras harto elocuentes: Entre el 28 de mayo de 1928 y el año 1958, cuando se asume concluyó su labor discográfica, Siro, Cueto y Miguel acumularon el gran total de cuatrocientas veintitrés grabaciones. Hasta el año ’31, se producen setenta y cinco fonogramas del Trío. Su etapa más floreciente se ubica entre 1934 y 1937, cuando llegaron a las placas de 78 revoluciones por minuto ciento doce piezas musicales. Después, en el lapso 1939-46, registran en estudios noventa y seis obras. Finalmente, hasta el final de su carrera graban sesenta y una páginas.

Los números no mienten: aunque parezca increíble, los Matamoros grabaron más fuera de Cuba. De las doscientas veinticinco grabaciones realizadas en el extranjero, ciento veintitrés se efectuaron en los Estados Unidos, veinticinco en Puerto Rico y siete en España. De todos los formatos asumidos por ellos, sobresale el Conjunto Matamoros, con sus ya anotadas ciento treinta grabaciones. El Trío, por su parte, acumuló doscientas ochenta y tres. Por su poca incidencia en el disco, el Cuarteto, el Sexteto, el Septeto y la Orquesta Matamoros resultaron ocasionales.

Los tres géneros recurrentes en el repertorio grabado fueron el son (143), el bolero (54) y el bolero son (75), fusión de la cual fueron propulsores. Todos ellos acumulan poco más del 64 % de su discografía.

Y esto es más conocido. Poco más del setenta por ciento de su discografía corresponde a composiciones de los tres: doscientas cincuenta y dos de Miguel, treinta y cinco de Siro y dieciséis de Cueto. Entre todos, trescientas tres. Son cifras abrumadoras; no se justifican, pues, el olvido, el desconocimiento ni la reiteración. Si estamos conscientes del papel de Siro, Cueto y Miguel en el auge de la Trova del Son y de la trascendencia del glorioso trío, urge rebuscar en el amplísimo e inexplorado repertorio de estas tres verdaderas glorias de la música cubana.

Miguel Matamoros es más, mucho más. No es sólo Son de la loma o Lágrimas negras. Ahí están, como testimonio fiel de una época, sus más de cuatrocientas grabaciones: esperan por nosotros.

  • 1975 Ecos de Cuba
  • 1980 Lágrimas Negras
  • 1989 Origen de La Salsa
  • 1993 Son de La Loma
  • 1994 Un Recuerdo de Cuba
  • 1996 Beso Discreto
  • 1996 Recuerdos de Cuba
  • 1997 Soneros: La Tradición de Cuba, Vol.
  • 1999 Dos Grandes tríos Cubanos
  • 1999 Cuba en tríos
  • 2000 Cuban Originals

Bibliografía

  • Betancur Álvarez Fabio. Sin clave y bongó no hay son. Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, 1993
  • Díaz Ayala, Cristóbal: Cuba Canta y Baila. Discografía de la Música Cubana Volumen 1 / 1898 a 1925. Fundación Musicalia. San Juan, 1994.
  • Díaz Ayala, Cristóbal: Cuba Canta y Baila. Enciclopedia Discográfica de la Música Cubana. Volumen 2 / 1925 a 1960. Universidad Internacional de la Florida, Miami, 2003.
  • Rodríguez Domínguez, Ezequiel: Trío Matamoros: treinta y cinco años de música popular. Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1978.
  • Mateo Palmer Margarita. Del bardo que te canta. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1988.  
  • Rodríguez Ezequiel. Trío Matamoros: 35 años de vida. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1978

Fuentes

  • Marrero Gaspar Los discos del trío Matamoros. Material inédito.XX Festival de tríos. 22 de septiembre de 2008.Sancti Spíritus.
  • Marrero Gaspar.Catálogo discográfico Panart. Archivo del Autor.
  • Giro Radamés. Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2009.


Trío Los Audaces

Trío Los Audaces Movimiento artístico floridano que con voces bien timbradas y una sonoridad distinta, obtuvieron la aceptación de su pueblo y diversos países latinoamericanos, por los que interpretaron una amplia gama de géneros cubanos.

Inicios

El Trío Los Audaces se fundó el 24 de noviembre de 1964, integrándolo Dámaso Gonzáles Delgado como director y segunda voz, Manuel Rodríguez Sobrado voz prima y requinto, y Ricardo Serrallonga Pérez voz tercera y guitarra acompañante. Participan en el Festival Nacional de Aficionados de 1965 donde alcanzan el primer lugar nacional. En ese año entran en el servicio militar obligatorio donde las relaciones con músicos de las Bandas del ejército contribuyen a alcanzar un alto nivel que fue reconocido nacionalmente.

En el año 1968 empiezan a trabajar como profesionales donde obtienen las máximas calificaciones en el sistema de evaluación y en el que llegan a obtener la categoría de A por otorgamiento, esta distinción la obtuvieron un grupo reducido de músicos en el país e hizo merecer a dicho proyecto la Distinción de Hijo Ilustre de la Ciudad de Florida. Con este formato inicial logran actuar en las más importantes plazas del país y programas de radio y televisión dándose a conocer y ganándose el respeto en toda la isla de Cuba pues compartieron escenario con las más reconocidas figuras de todos estos tiempos.

En 1980 Ricardo Serrallonga Pérez pasa a ser director e integra el trío Alberto Colomé Pulido como segunda voz y guitarra acompañante y Manuel Rodríguez. Se produce su primer viaje a México. En su larga trayectoria, llevaron su música a varios países latinoamericanos, donde se destaca el éxito en, Río de JaneiroCaracas y varias ciudades mexicanas. Algunas de estas giras fueron realizadas en compañía de agrupaciones como: IrakereBallet Nacional de Cuba etc. En 1991 se graba un disco con música de Enrique Bonne Castillo y en este mismo año se graba un disco con la empresa Siboney el cual recibió premio a la mejor grabación de ese año. En 1992 graban para la Niteroi Disco de Brasil. Se compartieron escenarios con Omara PortuondoLuis Carbonell con el que también se grabaron varios temas tales como Romance del Son, Conozca a Cuba primero, etc. También actuaron con Irakere, con la Orquesta de Beny MoréAdalberto ÁlvarezOrquesta Maravillas de Florida con la cual grabaron y montaron varios temas, Programas de TV con Rosa FornésArmando BianchiGermán Pinelli, Santiesteban, Ñico Rutina, Pedro Luis FerrerNatalia HerreraRamón Veloz y Coralia, Puntillita y todo el elenco de Palmas y CañasAlfredo Rodríguez y muchos Artistas del patio, y con mención especial el Saxofonista César LópezChucho Valdés (…) con todos los tríos de Cuba se hicieron galas en los distintos festivales de tríos en todas las provincias del país y en la gala por los 25 años de vida artística de Los Audaces estuvieron 17 de los mejores tríos de Cuba (…) .Se fundaron el trío Voces de Marfil y Los Naipes conjuntamente con los cuales se llegó a ganar el festival de Música Popular de la provincia de Camagüey donde se obtuvieron el primer premio y el gran premio de dicho evento.

Compartir indistintamente con los maestros Chucho Valdés, Guerrero, Romeo, Adriano, Gustavo Rodríguez, César López, El Chico Buarque, Adalberto Alvarez, Lucy ProvedoFrank Fernández fue energía que ayudaba a seguir, pues la aceptación era manifiesta. De forma bien destacada en los inicios el profesor Francisco del Junco Madroñal apoyó con sus conocimientos a estos muchachos. Década de los noventa.

En el año 1993 retoman con el mismo formato de trío Amaury Serrallonga García, José Gómez y Ricardo Alexander Serrallonga García la línea de Los Audaces con la que en corto tiempo logran la aceptación del público. Viajan a Los Emiratos Árabes con la inclusión de Amarilis Martín por José Gómez en el año 1999 y a partir del regreso comienzan como agrupación.

Integrantes

  1. Dámaso González Delgado. Director y segunda voz.
  2. Manuel Rodríguez Sobrado. Voz prima y requinto.
  3. Ricardo Serrallonga Pérez. Voz tercera y guitarra acompañante.

Repertorio

  • Al sur de mi mochila, de Lázaro García
  • Samba de Orly, Chico Baurque.
  • Pensamiento, Rafael Gómez.
  • Ranchito mío, de Julio Brito.
  • Hoy, de Armando Manzanero.
  • Bésame mucho, Ahelo Velásquez.
  • Cachita, de Rafael Hernández.
  • Propuesta de amor, Lázaro Hernández.
  • Son de la loma, Miguel Matamoros.
  • Secreto feliz, de Lázaro Hernández.
  • Se parte de mi vida, de Tony Loma.
  • Canta pajarito, de Rafael Hernández.
  • Baloberto, de Alfredo Sodel.

 

Premios Obtenidos

  • 1965 Primer lugar festival Nacional de aficionados
  • 1968 Hijo Ilustre de la ciudad de Florida
  • 1991 Premio a la mejor grabación del año
  • Primer premio y gran premio en el Festival de Música Popular de la provincia Camagüey

 

Fuentes

  • Catálogo Comercial EGREM
  • Departamento investigación Biblioteca Municipal Rubén Martínez Villena.
  • Datos existentes en el Museo Municipal Florida.


Orquesta Estrellas Cubanas

Orquesta Estrellas Cubanas. Fue fundada en La Habana el 8 de junio de 1959.

Integrantes

Integrada por Félix Reina, director y violínElio Valdés y Jesús Ferrer, violín; Dámaso MoralescontrabajoRaúl ValdéspianoTirso S. GuerreroflautaUlpiano DíaztimbalGustavo TamayoguiroSergio Calzado, Luis Calzado y Rudy Calzado, cantantes.

En otra etapa su formación fue la siguente: Félix Reina, Director y violín; José Vargas y Julio Pujol, violín; Dámaso Morales, contrabajo; Félix Rodríguez, piano; Julio Guerrero, flauta; Ulpiano Díaz, timbal; Filiberto Peña, tumbadora; Elpidio Serra, guiro, Sergio Calzado, Luis Calzado, Heliodoro Sánchez, cantantes.

Discografía

  • 2015 - Bamboleando
  • 2014 - Perlas cubanas
  • 2011 - Y tal vez
  • 1996 - Violín a Ochún
  • Despierta Viejo
  • En tu corazón
  • Baila mi gente

Enlaces externos

Bibliografía



Lecuona Cuban Boys

Orquesta Lecuona Cuban Boys. Fue una orquesta de música popular cubana creada por Ernesto Lecuona en 1931, que destaca en CubaEuropaEstados Unidos y América Latina.

Antecedentes

En 1930 la orquesta Lebartad-Palau se divide en dos, formándose así las llamadas: orquesta de los Hermanos Palau y la de los Hermanos Lebartad. En esta última estaban Armando Oréfiche, Ernesto Vázquez y los hermanos Agustín y Gerardo Bruguera, quienes a principio de 1931 deciden crear la propia formación.

Estos con la ayuda de varios músicos organizan la orquesta Encanto, que toma el nombre del teatro en el que se presentaban. El éxito no se hace esperar y la reputación de la orquesta llega rápido a oídos de Ernesto Lecuona, mediante Ernestina, la hermana que los había conocido en el Teatro Encanto.

Lecuona se encontraba en esos momentos en Hollywood componiendo la música de la película “Cuban Love Song”, quien de regreso a La Habana se interesa por la joven orquesta Encanto, que les propone pasen a formar parte del espectáculo donde él es el solista en conciertos de piano.

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Orquesta Lecuona Cuban Boys

De mutuo acuerdo con los componentes de la orquesta, le cambia el nombre a ésta, llamándola ahora, Orquesta Cubana de Ernesto Lecuona, con ese nombre recorren la isla, pero sin actuar juntos.

Jamás el Lecuona tocó el piano en el seno de dicha orquesta, se limitaba a dar recitales de las propias obras como solista, era una orquesta de Lecuona, sin Lecuona.

Para esa época, la agrupación estaba conformada por Ernesto Vázquez Vizoso, primera trompeta y guitarra; Enrique López Rivero, trompeta; Jesús Bertomeu, trombón y violín; Jorge Domínguez, clarinete; Daniel González, saxo alto y violín; Gerardo Bruguera, clarinete y saxo tenor; Armando Oréfiche, piano; Guillermo Hernández guitarra, tumba, güiro y maracas; Eduardo Barrenechea, bajo; Agustín Bruguera, percusión y vocalista y Tomás Ríos, violín y vocalista. En 1932, Ernesto Lecuona es contratado para dar conciertos de piano en España, luego lo hace la orquesta, llevando también a los cantantes María FantoliMaruja GonzálezMiguel de GrandeCarmen Burguete y la pareja de baile Gracia y Mario.

En España debutan 12 de octubre de 1932 en el Teatro Fígaro de Madrid con un potpourri de música cubana, que llamaron Rapsodia Tropical, la que representó un éxito, iniciando una gira por toda España.

Al igual que hacían en Cuba, Lecuona aseguraba una parte como solista y la orquesta amenizaba el resto de la función con ritmos populares. En Madrid, los días 31 de octubre y 1 de noviembre de 1932, realizan las primeras grabaciones discográficas (cinco discos de 78 r. p. m. con diez piezas musicales), actuando los cantantes Carmen Burguete, Tomás Ríos, Agustín Bruguera y Miguel de Grandy.

En enero de 1933, Ernesto Lecuona enferma gravemente de neumonía, al mejorar la salud decide regresar a Cuba, mientras los integrantes de la orquesta prefieren quedarse en España, a lo cual Lecuona, accedió, haciéndose cargo de la dirección el joven Armando Oréfiche.

Surgimiento

Orquesta Lecuona Cuban Boys

En cierta ocasión en que se hallaban tocando en un restaurante de menor importancia, pasa un empresario de espectáculos francés, quien se sintió atraído por el estilo y la vistosidad del grupo musical, los contrata para el famoso Hotel Lido de Venecia, donde de manera inmediata causaron sensación.

Este empresario, de apellido Vermel, sugiere que se le cambie el nombre a la orquesta por uno más sonoro y comercial; es así como se transforma en la Lecuona Cuban Boys.

De Venecia pasan a Francia para inaugurar el dancing más elegante de París, el Bagdad, siendo tal el éxito que se mantuvieron por cuatro temporadas seguidas en ese escenario.

Primeras grabaciones

Orquesta Lecuona Cuban Boys

En 1934 el cantante Tomás Ríos es reemplazado por el español Alfonso “Caruso” Vizcaíno, el 11 de noviembre de ese año hacen las primeras grabaciones bajo ese nombre, dos discos de 78 r. p. m. con los temas: La Sitiera y Sin Ti con Alfonso Vizcaíno, Se fue la Comparsa y Fuiste tu.

Iniciando 1935, la orquesta viaja a París y allí es contratado el tenor italiano Alberto Rabagliati - Vinata, quien reemplaza a Alfonso Vizcaíno, siendo hasta 1939 el principal cantante de la agrupación. El 30 de marzo hacen las primeras grabaciones en Paris, tres discos de 78 r. p. m., con los siguientes temas: Adios mi amor, Oye la conga, La conga se va, Canto Caribe, Sin Ti, Esclavo soy. A excepción de “La conga se va”, todas las demás fueron interpretadas por Alberto Rabagliati.

Conformación

La orquesta ahora conformada por: Ernesto “Jaruco” Vázquez (primera trompeta, guitarra y arreglista); Fernando Díaz, quien reemplazó a Enrique López Rivero, (trompeta, saxo, violín, guitarra); Jesús Bertumeu (trombón, violín); Gerardo Bruguera (clarinete, saxo tenor); Jorge Domínguez (clarinete, saxo alto, violín); Daniel González (clarinete, primer saxo alto, violín); Armando “ Fichín” Orefiche (Director, piano, arreglista);Guillermo Hernández (guitarra, güiro, maracas, tumba); Eduardo Barrenechea (bajo); Agustín Bruguera (percusión, vocalista de ritmos afrocubanos); Adalberto “Chiquito” Oréfiche, hermano menor de Armando (bongó, saxo tenor); Alberto Rabagliati (vocalista).

Otras grabaciones y giras

Ya la orquesta goza de fama mundial, las grabaciones son solicitadas intensamente, grabando para las firmas Brunswick, Regal-Zonophone, Pathé, RCA Víctor, Decca, Odeón y sobre todo Columbia. En Europa hace grabaciones con Josephine Baker, Gertrudis Niesen, Elyane Celis y con el pianista y compsitor Moisés Simons, las rumbas, congas y sones deleitan a los europeos. Viaja por toda Europa con éxito total, también lo hacen a Egipto y Túnez. Ofrecen galas a Gustavo V, Rey de Suecia, en Niza; a los Duques de Windsor, en Monte Carlo; a la Princesa Margrethes Bornehjen, en Copenhague; al Barón de Rothschild, en París.

Regreso a América

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Orquesta Lecuona Cuban Boys

El enorme éxito europeo, es inesperadamente interrumpido con la llegada de la Segunda Guerra Mundial. En 1939 estando actuando en La Haya (Holanda), embarcan para New York, justo antes de la invasión alemana, mientras el cantante Alberto Rabagliati decide quedarse en Europa.

Llegan a Estados Unidos y Armando Oréfiche contrata al cantante cubano Oscar Lombardo y a la estadounidense Dolores Castelli, así mismo pasa a vocalista Adalberto Oréfiche. Hacen presentaciones en varias ciudades y luego regresan Cuba.

En 1940 inician una gira latinoamericana por Puerto Rico, le sigue Venezuela, en Caracas se presenta en el Teatro Continental, en el Dancing Suiza y además actúa en la Radio Emisoras Unidas. Las presentaciones fueron auspiciadas por la Empresa Cerveza Caracas.

En Barquisimeto, las actuaciones en esta ciudad se producen el 24 y 25 de septiembre en los Cines Arenas y Ayacucho respectivamente; el 26, fiesta bailable en el Country Club; el 27 en el Bar Ayacucho; el 28, ameniza un baile en el Centro Social; el 29 actúa en Tea Room París junto con la orquesta local “Cubanakán” de Joaquín Pérez.

De Venezuela parten hacia Argentina, en Buenos Aires, estaba de visita Ernesto Lecuona con la compañía de espectáculo musical, se produce un feliz reencuentro.

El 22 de noviembre de 1940 debutan en el Teatro San Martín en una gala que incluye la opereta Rosa La China, de Lecuona con la participación de Hortensia Coalla, Miguel de Grandi, Esther Borja, María Herrero, Luisa Córdova, Vicente Clemente, los bailarines Pablito y Lilón y Lecuona dirigiendo al Orquesta.

Debutan en la segunda parte del espectáculo con los cantantes Agustín Bruguera, Oscar Lombardo y Dolores Castelli y cierran con el show titulado Los Moros, donde al ritmo de la “Rumba Musulmana”, en una forma cómica imitaban a unos árabes y a un encantador de serpientes.

Años más tarde se presenta en Río de JaneiroSantiago de ChileBogotáLima y Quito. Luego al dividirse la orquesta, la Lecuona Cuban Boys continúa la carrera musical bajo la dirección de Gerardo Bruguera.y residiendo varios años en New York, realiza de nuevo giras por América del Sur, hace la última presentación en Europa en 1961, en el Kursaal de Ostende, Bélgica.

La agrupación mantiene la actividad musical hasta 1975, en dicha etapa final cantaron en la orquesta, Vitín Avilés, Rey Alvarado, George Henry, Ernesto Ojea, Cuarteto Los Cafros y Cuarteto Voces Latinas.

Discografía

  • Congas & Rumbas From The Unforgettable Band
  • Lecuona Cuban Boys, Vol. 5 (1932 - 1940) CD (1994)
  • Cuba Y Sus Mambos CD (2000)
  • Music Of Cuba: 1909-1951 CD (2000)
  • Blue Flamingo CD
  • Antologia De La Musica Cubana CD (2009)
  • La Paloma: One Song For All Worlds, Vol. 3 CD (1997)
  • Josephine Baker CDs (1992)
  • Caliente ! Latino Made In France
  • Manisero: 20 Original Versions / Recordings 1928 - 1958

Algunas canciones

  • Conga de La Havane (Ay sí, ay no)
  • Tabou
  • La conga de Jaruco
  • Tra ka tra
  • Cachita
  • La conga Blicoti
  • Amapola
  • Para Vigo me voy
  • María la O
  • Rumba internationale
  • Rumbas cubanas
  • Ojos negros (Les yeux noirs)
  • Panamá
  • Patica y mondonguito
  • La paloma - Cielito lindo
  • Cuba
  • La chaparrita
  • Mambo de Jaruco

Fuente


Havana Cuban Boys

Havana Cuban Boys. Fue una orquesta de música popular cubana surgida al dividirse la Lecuona Cuban Boys, esta es dirigida por Armando Oréfiche, es una de las agrupaciones que viaja por la mayor cantidad de países y se presentó en los escenarios más diversos.

Los músicos tocaban varios instrumentos en escena y se convertían, de súbito, en los personajes que narraban muchas de las canciones de Oréfiche como Don Chimbilicó, Mesié Julián, Chacha la negra, o el Chino Leo Wong. Oréfiche siempre ha entendido la música como espectáculo, como un arte que además de ser audible ha de ser visualizado.

Antecedentes

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Orquesta Havana Cuban Boys

En 1946, la orquesta Lecuona Cuban Boys aparece en la producción de Hollywood “Carnaval en Costa Rica”, con música de Ernesto Lecuona, luego de la actuación en dicho filme, surgen diferencias de criterios en el seno de la misma.

Armando Oréfiche, el director se marcha dejando todo a la orquesta, que queda bajo la dirección de Gerardo Bruguera.

En ese propio año 1946 Oréfiche junto al hermano Arnaldo Chiquitico Oréfiche, Chico O’Farrill y otros músicos, al separarse de la Lecuona Cuban Boys, crea otra agrupación con el nombre de los Havana Cuban Boys.

Orquesta internacional

La nueva agrupación logra nuevos éxitos en Estados Unidos y Europa. Destacan las grabaciones en la Panart con interpretaciones de Bola de Nieve como, Rumba internacional, Conga de la Martinica, Mesié Julián y Vamo, José, todas de la autoría de Armando Oréfiche, director de la banda.

También son conocidas las presentaciones con Bebo Valdés y con el catalán Ricard Roda, quien más tarde pasa a formar parte de la agrupación, otros miembros de esos años son el paraguayo Rubén Alejandro González, el venezolano Francisco Hernández, conocido mundialmente como “El Pavo Frank”. Por esos años, la agrupación inauguraró el Moulin Rouge de Ginebra y los Tres Molinos de Barcelona, hicieron temporadas en Japón, también se convirtieron en visitantes indispensables del Carnaval; de MontevideoUruguay.

En 1999 se edita en España un CD nombrado Armando Oréfiche y sus Havana Cuban Boys, que recoge los principales temas de esta etapa. Hasta 1960 se mantiene como director Armando Oréfiche, quien en ese año regresa a Cuba, radicándose posteriormente en España.

En 1963 la BBC, transmite desde Londres y Madrid varios progrmas de la agrupación teniendo como pianista invitado a Segunda Galarza y las actuaciones de Las Hermanas Malagón de República Dominicana, los bailarines de Puerto Rico, Los Mambo Aces con Anibal Vazquez y Sanson Batalla, Los Hermanos Rigual de Cuba, los bailarines Oggie y Margo, Xavier Cugat, Sarah Vaughn, el saxofonista George Young, Los Llaneros de Venezuela.

Discografía

  • Rumba Negra Diaz, Hernández
  • Bon Bon Gorri, Loy, Orefiche
  • Chino Li Wong Orefiche
  • Almendra Valdes
  • La Mas Bella Orefiche
  • Tu Te Lo Pierdes Garril, Gorri, Orefiche
  • Una Noche de Amor en la Habana Orefiche, Orifiche
  • Gulliver (El YoYo de Teresa) Chapuseaux, Damiron
  • Colombiana, Colombiana Orefiche
  • La Habana en Paris Orefiche
  • Maryval Orefiche
  • Paracalo (Por Favor en Griego) Orefiche
  • Me Voy Pa' Brasil Orefiche
  • Linda Chilena Orefiche
  • El Amor en Honolulu Orefiche
  • Adios Istambul Orefiche

CD Rumba tropical

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CD Rumba Tropical

Artista(s): Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys Género: Antologías Año de producción: 1995

  • Rumba blanca

Autor: Armando Oréfiche Intérprete: Dulce María / Humberto Cobo Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Sin compromiso Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Dulce María / Humberto Cobo Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • La guajira Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Humberto Cobo Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Mesié Julián Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Bola de Nieve Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Cuánto me alegro Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Dulce María Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Conga de la Martinica Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Bola de Nieve Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Rumba azul Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Bajo la luna Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Dulce María / Humberto Cobo Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Corazón para qué Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Roberto Barcelo Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Cuándo me vas a querer Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Humberto Cobo Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Rumba internacional Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Bola de Nieve Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Nostalgia cubana Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Dulce María Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Cariñosamente Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Dulce María / Humberto Cobo Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Rumba colorá Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Humberto Cobo Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Cubano soy Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Chamaco García Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Chacha la negra Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Dulce María Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Don Chimbilico Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Los Cafros Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Dime adiós Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Dulce María Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Me siento amoroso Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Roberto Barcelo Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

  • Vamo José Autor: Armando Oréfiche

Intérprete: Bola de Nieve Acompañamiento: Armando Oréfiche y su Havana Cuban Boys

Fuente

 

Ignacio Piñeiro / Biografìa

Ignacio Piñeiro Martínez. Uno de los más importantes músicos cubanos. Autor de piezas antológicas y líder del Septeto Nacional que lleva su nombre.

Vida

En 1906 ya conocía y había asimilado los distintos toques de los cabildos africanos que existían en el barrio de Pueblo Nuevo, que luego incorporó a algunas de sus creaciones. Inició su carrera artística con el grupo claves y guaguancó El Timbre de Oro, posteriormente dirigió Los Roncos de Pueblo Nuevo, en el cual se desarrolló como decimista y director, a la vez que dio sus primeros pasos como compositor. De esta etapa son: Cuando tú, tu desengaño veas, Dónde estabas anoche, El Edén de Los Roncos, Mañana te espero, niña. Más tarde ingresó en el grupo Renacimiento de Pueblo Nuevo. A los valores folklóricos que Piñeiro cultivó en estas agrupaciones, le aportó un más amplio desarrollo melódico-armónico y una mayor profundidad y vuelo poético.

En 1926 fue uno de los fundadores, junto con María Teresa Vera, del Sexteto Occidente, con el cual realizó su primera gira a Estados Unidos con objeto de grabar un disco con esta agrupación. En 1927 fundó el Sexteto Nacional, integrado por Ignacio Piñeiro, director y contrabajo; Alberto Villalón, guitarra; Francisco González Solares, tres; Abelardo Barroso, voz prima; Juan de la Cruz, tenor; Bienvenido León, barítono y maracas, y José Manuel Carrera Incharte (El Chino), bongó; ese mismo año se incorporó el trompetista Lázaro Herrera. Con este septeto viajó a Nueva York, y allí grabó sus primeras obras.

En 1929 participó con el Septeto Nacional en la Feria-Exposición de Sevilla, España; en ese país fueron contratados como artistas exclusivos por la empresa SEDECA, y realizaron una gira por otras ciudades de ese país: Vigo, La Coruña, Santander, Madrid y Valladolid; además, actuaron en los teatros Torero, Jovellanos, el Cine-Teatro Grado, y el cabaret Maicú, todos en Madrid. En 1930 fue uno de los fundadores de la Asociación Nacional de Soneros Cubanos. Actúan en el cabaret Sans-Souci (1930); en 1931 se presentan en las radioemisoras Lavín y CMCG; en 1932, en el hotel Dos Hermanos, estrena Buey viejo; este mismo año viene a La Habana el compositor norteamericano George Gershwin, en la radioemisora CMCJ escuchó el son de Piñeiro Échale salsita, del que después utilizó el tema ejecutado en la trompeta en su Obertura cubana. En 1933 actuó en la Feria-Exposición Un Siglo de Progreso, celebrada en Chicago, Estados Unidos. En 1934 Piñeiro se retira del septeto, que a partir de 1935 pasó a ser dirigido por el trompetista Lázaro Herrera. En 1954, reaparece Piñeiro al frente del septeto, con el que se presenta en el programa de televisión Música de Ayer y de Hoy.

Como compositor, Ignacio Piñeiro rompió —aunque tomó elementos de éste— con la forma del son oriental, en el que sus creadores utilizaban la cuarteta y la décima; ejemplo de esa ruptura es su son Buey viejo, de 1932:

Carretero no maltrates a ese pobre buey tan viejo, que ya dobla la cabeza por el peso de los tarros,
y por senda de guijarros va tirando la carreta, y nunca llega a la meta, término de su dolor. 

Piñeiro fue uno de esos casos síntesis que logró captar, desarrollar y expresar la riqueza plena del son. Las modificaciones estructurales, la cadencia, el ritmo y el empleo de melodías y letras depuradas, logradas por este creador e interpretada por el Septeto Nacional, hacen posible decir que la obra de este singular artista, si bien no marcó los deslindes del son (que correspondió al Sexteto Habanero), sí lo convirtió en un son que hoy podemos llamar clásico, que se convirtió en un modelo para su desarrollo ulterior. Cuando Ignacio Piñeiro fundó el Septeto Nacional, su propósito fue que fuera un alto exponente del son cubano y de sus diversas variantes —él mismo hizo uso de esas variantes, al componer guajira-son, canción-son, afro-son—, por lo que trabajó con los elementos que le ofrecía el son oriental, al que impartió un tratamiento más amplio, tanto en lo musical como en lo literario.

Según Miriam Villa: «Si analizamos la organización del texto literario, observamos en su obra la utilización formal de eslabones métricamente heterogéneos sometidos al ritmo, caracterizado por la presencia de elementos acentuados y no acentuados dentro del sistema de unidades que se repiten a intervalos entre ellos. A Piñeiro no debe haberle resultado preocupante el metro en el texto como patrón, ya que a través del ritmo de la composición logra las relaciones de contraste, haciendo que el cambio de metro exprese un cambio en el movimiento temático, bien a partir de intermitencias o acentuaciones o a veces de ambas que le imprimen diversos matices semánticos y alternancias de tensiones y distensiones [...].» Y en otra parte plantea Villa: «Otro aspecto que con relación al texto literario se refleja en la labor creativa de Piñeiro es el de los contenidos temáticos; éstos se muestran a partir de una diversificación con mayor alcance en relación con sus contemporáneos. Su obra puede dividirse en múltiples temas entre los se encuentran el amor, la patria, la reflexión filosófica, la política, lo bucólico, lo infantil, expresados en diversidad de formas: satírica, apologética, humorística y con mayor profundidad que en la producción sonera que le antecedió e incluso con la que compartió [...].»
Con el Septeto Nacional, Piñeiro aparece en el corto musical El frutero, y en el filme Nosotros la música, de realizador Rogelio París.

Obras

Afro-son

Abarreime eteifón, Canto lucumí, Dichosa Habana, Drumi ñaño.

Canción

Canción de cuna, Comedia de amor, Donde crece el amor.

Canción-son

A gozar mujeres, Alivia sin dolor, Como ninguna.

Conga

Adelante senador, Alegres sonidos, Aprovecha, Caramelito pa’chupá, Caramelito pa’ti, Come come, Dale el golpe, Déjala, La chonono.

Danzón

Club Cubaneleco, Hay que moverse.

Guaguancó

Cadencia que electriza, Cuando tu desengaño veas, Dónde estabas anoche, El desengaño, El edén de Los Roncos, Mañana te espero, niña, En la cáscara de coco, Guaguancó callejero, Guaguancó mamá, Guaguancó papá.

Guaguancó-son

A divertirse, señores.

Guajira-son

Alegre floresta, Alma guajira, 1928; Arriba guajiro, Canta la vueltabajera, Eco melodioso, En una lejana campiña, Eterna primavera, Mi son genuino, 1927.

Guaracha

Borincano, Como todo un macho, El cocinero oreja, La sangre vibra.

Guaracha-son

El guanajo relleno, 1933.

Pregón

La maraquera.

Rumba

Diana la rumbera, Dónde andabas anoche, 1908; Eterna novedad, Hay que bailarle suave, Más calentico, 1933.

Rumba-son

Coco mai-mai, Los rumberos de La Habana.

Son

A cogerlo, A gozar del vaivén, Acordes del bongó, A sonar las maracas y el bongó, Ahora se ríe, Al decir que sí, Allá en Jovellanos, Aquella noche, Arrocha cubano, Arrullo, Así, Asturias patria querida, Bamboleando, Bardo, 1933; Boquita chiquita, Buey viejo, 1931; Busca el alfiler, Camagüeyana, Canta trovador, Carita de virgencita, Castigador, Como voy a sufrir, Contentura, Cuatro palomas, 1927; Cubaneo, Cumbre florida, Chaquetón, Dámelo, De pura miel, Déjame reír, Desvelada, Dichosa suegra, Don lengua, Dudas, Dulce vocerío, Échale salsita, 1933; El castigador, El globero, El oso polar, El que quita las penas, El rey de los bongoseros, Entre preciosos palmares, Entre tinieblas, 1933; Esas no son cubanas,1927; Esencia y matiz, Fernanda, Ganaste tú, Garita roja, Granito de misterio, Incitadora región, Juégame limpio, La cachimba de San Juan, La Hada misteriosa, La Mañunga, La mulata cubana, Las cuatro palomas, Lejana campiña, Mentira, Salomé, 1932; Mi son genuino, No juegues con los santos, 1928; Pero qué lengua, Que bonita es, Quién será mi bien, Suavecito, 1930.

Son-montuno

A cuerda limpia, Allá en el monte, Arriba guajiro, Bururú barará, El montuno llegó, El montuno se siente, La batidora.

Villancico

Clave al niño Jesús, Clave armoniosa.

Bibliografía

  • Jesús Blanco Aguilar. Ochenta años del son y los soneros del Caribe 1909-1989. Caracas, Fondo Editorial Tropykos, 1992.
  • Emilio García Montiel. «Rafael Ortiz: la vida es una semana». El Caimán Barbudo (La Habana) (269): 4-5, abril de 1990.
  • Erena Hernández. La música en persona. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1986.
  • Ángel Rivero. «El son es lo más sublime». Revolución y Cultura (La Habana) (69): 13-19, mayo de 1978. Miriam Villa. «Ignacio Piñeiro. Encuentro con su obra». Clave (La Habana) (9): 2-5, 1988.

Fuente

  • Radamés Giro. Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2009.


Recordando la Orquesta de César Concepción



La Orquesta César Concepción llevó la plena a los salones de baile en Puerto Rico y Nueva York.

La agrupación llevó la plena a los salones de baile en Puerto Rico y Nueva York.

Corría la década los 40 y los salones de baile en Puerto Rico eran cada vez más populares. Era el tiempo de las grandes orquestas hispanas en Estados Unidos y en la Isla comenzaban a despuntar con fuerza varias agrupaciones.

En ese contexto un joven músico cayeyano optó por crear un sonido propio que revolucionaría la música popular puertorriqueña. César Concepción, trompetista, arreglista y compositor puertorriqueño fundó el 14 de junio de 1947 la Orquesta de César Concepción, la cual contó con gran acogida a nivel nacional e internacional.

Este artista fue creador y compositor de más de un centenar de boleros y logró que la plena puertorriqueña entrara con fuerza en los salones de baile.

Desde finales de los 40 hasta principios de los 70, la agrupación fue la “mejor y más popular orquesta de Puerto Rico”, como la describió en más de una ocasión el locutor y productor Mariano Artau en el programa radial La ruleta musical, donde tantas veces sonó el conjunto.

“César, además de ser un compositor tremendo de boleros, quería componer plena para los salones llamados ‘finos’ de la época, donde no se podía tocar plena. Entonces, aprovecha las corrientes del mambo de Pérez Prado y las incorpora a la plena y crea un estilo de plena aceptable para todo el mundo. Lo mismo le compuso a los equipos de béisbol, que a diferentes pueblos y ahí se consolidó”, expresó el licenciado Nicolás Nogueras, abogado y amigo del fenecido músico y quien en 1984 remontó el grupo.

La Orquesta de César Concepción tuvo su primera presentación oficial en el Club New Yorker en Condado con Juan Ramón Torres “el Boy”, como vocalista principal, y con otros destacados músicos del patio, como el pianista Ángel Rafael “Lito” Peña.

Poco tiempo después de fundada, “el Boy” sale del conjunto y entra como voz principal Joe Valle, con quien el público se identificó rápidamente y quien grabó los boleros y plenas más populares de la orquesta. César Concepción, según opinó el licenciado Nogueras, era un genio musical que estaba al tanto de las vertientes musicales y rápido las adaptada a la orquesta. Fue con esa visión de Concepción que el grupo lo mismo tocaba desde un mambo hasta un bebop.

 

“César tocó no tan sólo a nivel de Puerto Rico, sino también en Nueva York con las mejores orquestas hispanas/latinas de la época con las que aprendió plenamente el concepto de las orquestas grandes americanas y como es natural aprendió de las corrientes musicales de las épocas que se estaban viviendo. En Nueva York, por ejemplo, estaba el desarrollo del swing y él viene acá y lo adapta con un sentimiento muy de él... Pero para él, como tenía ese sentimiento puertorriqueño bien arraigado, era vital tocar danzas en todas sus presentaciones y llevar la plena a los salones de baile para enviar el mensaje de que aquí estábamos al día y que también teníamos lo nuestro”, manifestó Nogueras.

La agrupación, en tanto, se destacó por ser “la orquesta de la juventud” y llegó a vender discos en Puerto Rico y Nueva York. También desarrolló la coreografía orquestal en la que los músicos se salían de sus atriles en determinados números para moverse y provocar al bailador.

“Lo que César tocaba tenía un toque o de emoción para bailar y gritar o de esa melancolía que daba en los boleros”, señaló Nogueras.

El trompetista, además de ser un director musical de excelencia, también era como un “padre” para sus músicos, a quienes protegía y ayudaba, dijo el licenciado.

César Concepción estuvo activo con su orquesta hasta el día de su muerte el 11 de marzo de 1974.

La orquesta regresó a los escenarios con algunos de los integrantes originales el 13 de junio de 1984, bajo la dirección del licenciado y pianista Nicolás Nogueras.

“Antes de morir yo le prometí y le reiteré mi compromiso de que no iba a morir su orquesta, su creación y su estilo, por eso no le pongo la orquesta de Nicolás Nogueras, porque sigo creyendo en él”, indicó Nogueras, quien sigue activo con el repertorio de Concepción y algunos temas nuevos.

La agrupación actualmente se presenta todos los domingos en el Marriott Courtyard de Isla Verde de 3:00 de la tarde a 7:00 de la noche, poniendo a bailar al público con el mismo sabor y romanticismo del maestro César Concepción.

Panchito Riset / BIO

Francisco Hilario Riser Rincón, más conocido como Panchito Riset (La HabanaCuba21 de octubre de 1910-Nueva York8 de agosto de 1988), fue un cantante y músico cubano, intérprete de boleros y otros géneros tropicales. Con una voz aguda, propia del estilo de tradición sonera, se apegó a la forma ingenua y clásica de interpretación propia del bolero de la década de los 30.

Biografía

Nació el 21 de octubre de 1910 en el barrio de Atarés, ciudad Habana. Desde niño se interesó por el aprendizaje de la guitarra y el tres.

Debutó como cantante a mediados de los años 20 con el Septeto Esmeralda y más tarde formó parte del Sexteto Cauto, del Septeto Bolero y del legendario Sexteto Habanero. En 1928 cantó en el Sexteto Caney y en la Orquesta de Ismael Díaz.

En 1933 conoció a Don Aspiazú, quien lo integró a su orquesta, reemplazando a Machín. En ese mismo año cantó por vez primera en Nueva York, con la orquesta Antobal’s Cubans, en el “Madison Royal”. También actuó en el “Cubanacán” Night Club.

Durante su etapa en Nueva York, formó parte de la orquesta de Xavier Cugat y la de Enrique Madriguera.

En 1934, se presentó en Cuba con la orquesta de Eliseo Grenet. Luego, regresó a Nueva York donde grabó con el Cuarteto Caney, con el Grupo Victoria de Rafael Hernández y con el Cuarteto de Pedro Flores.

En 1938 fundó su propia orquesta que se llamó La Conga con la que realizó presentaciones en California y en Nueva York .

Durante la Segunda Guerra Mundial, se alistó en el ejército americano, sirviendo como artista y voluntario médico del 43 al 45. Al final de la guerra, retornó a Nueva York y se presentó en las carteleras de los principales centros nocturnos latinos como el “Versalles” o el célebre “Carnegie Hall” hasta finales de los cincuenta.

Falleció en Nueva York el 8 de agosto de 1988, a causa de arteriosclerosis múltiple.

Llega la historia de la inolvidable leyenda de la salsa, Celia Cruz

El próximo domingo, 16 de octubre a las 08:00pm, llega a Latinoamérica, a través de la pantalla de Telemundo Internacional, la exitosa serie ¨Celia¨, una gran producción de narra la vida y el legado musical de una de las leyendas de la música Latina de mayor trayectoria Internacional: Celia Cruz, la inolvidable ¨Guarachera del Mundo¨, una mujer que lanzó su carrera en medio de la revolución cubana, en una era en que las cantantes femeninas no podían ocupar un lugar en los escenarios, para convertirse en una de las figuras más importantes y querida de la escena musical mundial.
Jeimy Osorio y Modesto Lacén, interpretan a Celia Cruz y Pedro Knight durante sus años de juventud, y Aymée Nuviola y Willie Denton interpretan a la pareja durante su etapa de adultos. Además cuenta con la participación antagónica de Carolina Gaitán (Lola Calvo joven), Marcela Gallego (Lola Calvo adulta), Carlos Manuel Vesga (Billy Echaverría), Luciano D'Alessandro(Alberto Blanco joven) y Aida Bossa (Noris Alfonso joven), la primera actriz Margoth Velásquez(Catalina ¨Ollita¨ Alfonso) y la reaparición en las telenovelas de Moisés Angulo (Simón Angulo). En "Celia", la cantante colombiana Patricia Padilla es quien da voz a Cruz.
En ¨Celia”, conoceremos los inicios de su pasión por el canto en Cuba en la década de los años cincuenta, y su reconocimiento como la cantante más determinante de la Sonora Matancera. Al abandonar la isla junto a su esposo Pedro Knight, su carrera artística conquistó mercados de otras lenguas y se posicionó como la cantante de salsa más reconocida del medio. Honró al género musical, a su querida y añorada patria, y dejó un legado invaluable a través de sus más de 70 discos, que la hicieron merecedora de múltiples premios Grammy y Latin Grammy, así como de los más importantes reconocimientos internacionales.
¨Celia¨ nos llevará, paso a paso, a través de las vivencias, dificultades, y sueños, que hicieron de Celia Cruz una de las más grandes cantantes latinas del mundo, incluyendo los siguientes datos curiosos:
  • En la serie ¨Celia¨ vamos a ver la evolución de la Reina de la Salsa -cuyo nombre completo es Úrsula Hilaria Celia Caridad Cruz- de una joven tímida durante la pre revolución de la Habana, en Cuba, donde los hombres dominaban el mundo de la música, a una figura internacionalmente famosa.
  • El padre de Celia se oponía a que ella cantara, pues en esa época las mujeres que lo hacían eran percibidas cómo fáciles o mujeres que andaban en malos pasos.
  • Antes de que llegara Pedro Knight a conquistar el corazón de Celia Cruz, la cantante tuvo un novio. En la serie ¨Celia¨, conoceremos quien fue este individuo y cómo conoció a Pedro Knight.
  • Celia Cruz abandonó Cuba junto a su esposo Pedro Knight y a la Sonora Matancera en 1960.
  • Aunque muchos se opusieron a que Celia Cruz cantara, la Sonora Matancera la recibió cuando ella era muy joven. Cruz reemplazo a Myrta Silva y en 1950 grabó su primer tema “Cao, Cao Maní Picao” de José Carbó Menéndez.
"Celia", una producción de Fox Telecolombia, cuenta con 80 episodios que se filmaron en Colombia y partes de Puerto Rico. Los actores trabajaron durante nueve meses para narrar la vida y el legado de Cruz, quien murió en el 2003, a los 78 años, en Nueva Jersey.
Foto: Getty.

Rene Cabel................El Tenor de las Antillas

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René Cabell. Fue un cantante cubano de la primera mitad del siglo XX, cuyo verdadero nombre era René José de Jesús Cabezas Rodríguez, considerado uno de los grandes bolerista de todos los tiempos, destacó en Cuba y Colombia principalmente..

Nació el 9 de marzo de 1914 en Alquizar, ubicado en la actual provincia de Artemisa.

De niño la familia se traslada a La Habana, donde empezó a destacarse al canto, estudiando con el tenor dramático italiano Arturo Gobbi, quien se había quedado en Cuba, después de dejar la dirección de los coros que acompañaron a Enrico Caruso en la visita de este en 1919.

Después de dos o tres intentos con la ópera se concentró en los boleros y las canciones, siendo Ernesto Lecuona unos de los descubridores, triunfando junto a él en el Teatro Nacional al quedar incorporado en el elenco por la interpretación de Yo quiero que tú sepas.

En 1933 se inicia en Radio Salas y en CMBD, siendo desde ese momento uno de los artistas más solicitados de la radio, teniendo además el acompñamiento al pìano de René Touzet, Juan Bruno Tarraza, Julio Gutiérrez y Orlando de la Rosa.

Entre las orquestas que la acompañaron se citan, los Orquesta Hermanos Castro, los Orquesta Hermanos Palau, Orquesta Casino de la Playa, la de Alberto Brito y la que dirigía Enrique González Mántici.

Hace grabaciones con La Habana Casino, La Riverside y fue el cantante principal de la orquesta de Julio Gutiérrez.

Giras

En 1937 visita México, donde grabó para discos Peerless. En ese país impresionó a Rafael Hernández, quien después vino a grabarle a Cuba 40 registros, casi todas composiciones del maestro boricua y de las cuales alcanzaron resonancia: Despecho (Odiame), Lejos de ti y Pobre gitana.

Se presentó también en Colombia, Brasil, Argentina, Chile, Venezuela y Puerto Rico, donde alternó con el gran cantante nacional Carlos Julio Ramírez.

En Colombia es invitado por la cadena Kresto, actuó en las principales ciudades del país, en Medellín convenció a Willian Gil para que contratara a Benny Moré en 1955 en vez de la Sonora Matancera, que era el plan inicial del empresario de la Voz de Antioquia.

Realizó grabaciones en la NBC, en Cuba le otorgaron un programa de televisión Cita con René Cabell, por el cual pasaron entre otros: Cantinflas, Arturo de Córdoba, María Félix, Pedro Vargas y Agustín Lara.

Fue responsable artistico del cabaret Karachi, donde se daban cita entre otros Bola de Nieve, Elena Burke e iniciaba en el piano Frank Fernández.

Radicado en Colombia a partir de 1964, cantaba ocasionalmente, fue empresario artístico y comercializador internacional de café colombiano, también regresó en ocasiones a Cuba a contratar artistas del Cabaret Tropicana, Tata Güines, Bobby Carcassés, entre otros.

También descubre a la cantante colombiana Haydeé Barros, a la que contrata y se convierte en el manager.

Filmes

Filme Romance musical

Participó en 1941 en la película Romance musical con la dirección Ernesto Caparrós, donde además actuaban Rita Montaner y Otto Sirgo, en 1942 hace el documental Ritmos de Cuba, donde interpreta La canción del guajiro, también con dirección de Ernesto Caparrós y las actuaciones de Orlando Guerra, Estelita Rodríguez y Orquesta Casino de la Playa, la comparsa Las Sultanas y el Trío Cubano.

En el 2005 en Estados Unidos se le ralizó un documental de 50 minutos de duración, nombrado René Cabell, El tenor de las Antillas, dirigido por Oscar Emilio Alcalde Sánchez, donde testimonian entre otros, Olga Guillot, René Touzet y Roberto Ledesma.

Interpretaciones

Algunos éxitos de René Cabell

Entre las canciones que interpretó, destacan, El Reloj, Tu me olvidas, Tú me acostumbraste, Palabra de mujer, Despecho, Amigo, Irremediablemente solo, Cda vez más, Que será, sera, Que injusticia, Una mujer, Dicen que soy borracho, Mi eterna canción, Volveré, Vals de los quince.

También se citan, Siete noches, Vagabundo, Una mujer, Franqueza, Nunca, Nunca, Nunca; El Amor algo divino, Santa, Mujer, Peregrina, La Barca y Cuentame tus penas de amor.

Muerte

Fallece a la edad de 84 años en Bogotá, Colombia, producto a un prolongado proceso diabético el 3 de abril de 1998.

Palabras de mujer (de Agustín Lara)

"... que yo escuche cerca de ti,muy quedo tan quedo como nunca las quiero repetir para que tu igual que ayer las digas sollozando".
"... aunque no quieras tú ni quiera yo,lo quiere Dios hasta la eternidad te seguira mi amor como una sombra iré, perfumaré tu inspiracion y junto a ti estaré también en el dolor".
"Aunque no quieras tú ni quiera yo,lo quiere Dios y hasta la eternidad te seguira mi amor hasta en mis besos me hallaras hasta en el agua y en el sol. Aunque no quieras tú, aunque no quiera yo".

Fuente

Orquesta Riverside / Reportaje

 

 

 

Orquesta Riverside, también conocida como Havana Riverside. Es una Agrupación musical cubana fundada en La Habana en 1938, bajo el formato de jazz band por el compositor, violinista y director de orquesta Enrique González Mántici. Llegó a tener gran popularidad en la Isla durante las décadas de 1940 y 1950 en las que se presentó en los principales circuitos comerciales de la Isla y realizó varias giras internacionales.

En las décadas de 1970 y 1980 del pasado siglo, animó interrumpidamente fiestas bailables en La Habana y fuera de la capital cubana e hizo giras a ColombiaVenezuela y Finlandia. Durante esa etapa mantuvo su habitual y frecuente presencia en la radio y la televisión. Tanto así, que ha sido considerada la orquesta cubana con más largo tiempo de permanencia y difusión ininterrumpida en los programas de medios de comunicación de la Isla.

En la actualidad la Riverside la conforman jóvenes graduados las academias musicales cubanas bajo la dirección del Raúl Nacianceno.

La orquesta se fundó en el mes de agosto de 1938 cuando un grupo de jóvenes músicos cubanos se agruparon en el formato de una jazz band bajo la batuta del compositor, violinista y director Enrique González Mántici. El nombre escogido para la agrupación fue Havana Riverside.

A partir de ese año la popularidad de esta agrupación musical creció y se hizo presente en los medios de difusión y centros bailables y de entretenimiento existentes. La orquesta Riverside llegó a ser una de las más aclamadas de Cuba durante las décadas de 1940 y 1950 y realizó giras por Centro ySudamérica con gran éxito, acompañando a figuras nacionales y extranjeras del canto.

Rápidamente surgió el interés de las disqueras por grabar sus éxitos. Firmas con renombre en la época como Puchito y Panart llevaron al acetato los éxitos de la orquesta, lo que contribuyó a aumentar su popularidad.

En la parte vocal varios cantantes a lo largo de la historia tuvieron mucho éxito en la orquesta, aunque la voz más relevante de todas fue la de Tito Gómez, quien por más de 30 años lideró esta cuerda.

Decenas de buenos músicos durante años desfilaron por su nomina. En cuanto a sus directores, después del fundador Enrique González Mantici, la Riverside fue liderada por Antonio Sosa, y en 1947 pasó a estar bajo la batuta del saxofonista Pedro Vila, quien supo en su etapa llevarla a planos más estelares. Posteriormente pasó a ser dirigida sucesivamente por Argelio González, el gran pianista y compositor Adolfo Guzmán y por Nelson Arocha Enseñat, pianista que imprimió su sello de gran arreglista. De manera ocasional la orquesta fue conducida varias veces por destacados músicos cubanos o extranjeros como Agustín Lara. En diferentes momentos la orquesta estuvo integrada por:

En las décadas de 1970 y 1980 del pasado siglo, animó interrumpidamente fiestas bailables en La Habana y fuera de la capital cubana e hizo giras a Colombia,Venezuela y Finlandia. Durante esa etapa mantuvo su habitual y frecuente presencia en la radio y la televisión. Tanto así, que ha sido considerada la orquesta cubana con más largo tiempo de permanencia y difusión ininterrumpida en los programas de medios de comunicación de la Isla.

La Orquesta tuvo una presencia habitual entre las agrupaciones que animaban el cabaret Tropicana y el Parisienne del Hotel Nacional y el Caribe del Hotel Habana Libre.

Resurgimiento

En el año 1993 por la dífícil situación económica del país la posibilidad de trabajo y contrato se vio disminuida y hubo una dispersión de muchos de sus músicos. Algunos marcharon a emprender otros proyectos personales, dentro y fuera del país y la orquesta Riverside se desintegró.

Raúl Nacianceno Miyares, quien fuera uno de sus puntales saxofonistas decidió rescatar la orquesta y tras años de arduo trabajo de rescate del repertorio y organización musical, emprendió la paciente tarea de ir transcribiendo a partir de grabaciones, pieza por pieza e instrumento por instrumento, respetando la tradición. Con ese trabajo listo presentó el poyecto al Ministerio de Culturaquien apoyó inmediatamente la idea y la orquesta se reconstituyó.

En la actualidad la Riverside la conforman jóvenes graduados las academias musicales cubanas bajo la dirección del Raúl Nacianceno. Los temas y arreglos son los mismos de antes y así se busca que permanezcan. Los temas de la orquesta se caracterizan por el respeto a los diferentes sectores sociales, especialmente la mujer, en contraposición con otras tendencias musicales contemporáneas que la denigran.

El viernes 23 de noviembre de 2012 los integrantes de la agrupación y funcionarios del Instituto Cubano de la Música (ICM), denunciaron el intento ilegal por parte de algunos músicos que habían pertenecido a la agrupación de usurpar el nombre de la misma en Estados Unidos. Este hecho motivó una declaración condenatoria del ICM en la que expresó:

"(...)es un crimen, es adulterar el patrimonio histórico de la humanidad y corno tal debe ser repudiado."[1]

 

 

 

Muere Ismael Quintana, maestro salsero puertorriqueño

Cantó con La Perfecta de Eddie Palmieri y con Fania All Stars

 

El cantante Ismael Quintana en una imagen de archivo.

 

Ismael Quintana, cantante de salsa de 78 años, murió el pasado sábado en una residencia de Colorado (Estados Unidos), donde se hallaba internado tras varias operaciones provocadas por dolencias cardiacas. Había nacido el 3 de junio de 1937 en Ponce, ciudad portuaria de Puerto Rico que ha producido extraordinarios vocalistas: Héctor Lavoe, Cheo Feliciano, Pete El Conde Rodríguez…

En verdad, la familia Quintana se trasladó a Estados Unidos cuando Ismael todavía era un bebé; aun así, Ismael gustaba de identificarse como puertorriqueño y dedicó varias canciones a su tierra natal. Creció en el Bronx neoyorquino y trabajó como tornero. El cierre de la fábrica donde estaba empleado le empujó al mundo de la música, incorporándose a diferentes orquestas durante los años cincuenta, primero como percusionista y, posteriormente, como corista. Era una labor que compatibilizaba con empleos diversos: el circuito de los ritmos afrocubanos, entonces muy modesto en lo económico, no le permitía profesionalizarse.

Fue el pianista Eddie Palmieri quien advirtió que tenía potencial como cantante solista. Le llevó a su Conjunto La Perfecta, banda que partió del formato de la charanga —con metales reemplazando al violín— para crear temas extensos, fruto de la liberación de la energía instrumental y vocal de la formación. Quintana y Palmieri acumularían éxitos a lo largo de los sesenta, como Café, Justicia, El molestoso, Óyelo, que te conviene o Sujétate la lengua.

Quintana acompañaría a Palmieri en sus colaboraciones con el vibrafonista Cal Tjader,El sonido nuevo (1966) y Bamboléate (1967). Por su cuenta grabó con otros artistas de la época, incluyendo a Joe Cuba: participó en el famoso Songs Mama Never Taught Me, compilado de canciones pícaras. Su primer elepé bajo su nombre, Punto y aparte,salió en 1970 con UA Latino. Siguió cantando con el Palmieri más ambicioso, en temas del calibre de Vámonos pa’l monte o Revolt / La libertad lógico; juntos grabaron discos memorables tanto en la prisión de Sing Sing como en la Universidad de Puerto Rico.

La carrera de Quintana como solista aceleró en 1974, con su fichaje por Vaya, subsello de Fania Records. La compañía estaba en la cresta de la ola e Ismael se benefició de contar con su extraordinario equipo de instrumentistas y los arreglos de Bobby Valentin, Papo Lucca o Louie Ramírez. Entre sus éxitos, destacaron Mi debilidad,Maestro de rumberos y Tambó (Me acompaña él).

Exclamación venezolana

Según la leyenda, fue Quintana quien difundió por Nueva York el uso de la palabra “salsa”: era una exclamación de deleite que había escuchado durante unos conciertos en La Guajira venezolana. Curiosamente, sus preferencias personales iban por los boleros, género que dominaba el tocadiscos de sus padres.

Jerry Masucci, capo de Fania, apreciaba el hecho de que Ismael componía temas y, sobre todo, sus habilidades como sonero. Le incorporó a aquel acorazado llamado Fania All Stars (FAS). Se puede escuchar a Quintana en numerosos discos en directo de FAS registrados en Nueva York, Zaire, Japón, Cuba, Puerto Rico o Colombia. También participó en Tributo a Tito Rodríguez (1976) y otros discos de estudio comoCommitment (1980) y Lo que pide la gente (1984).

Entre la alborotada tropa de FAS, abundante en bandarras, Quintana pertenecía a la facción más moderada, alejada de drogas y excesos. Habituado a organizar su vida a través de la Fania, le pegó duro la caída del imperio de Masucci. A la vez, como a todos sus compañeros de generación, le afectó el ascenso de la salsa romántica, que él denominaba despectivamente salsa monga. En sus últimos años, actuaba con regularidad por Sudamérica y el Caribe, donde todavía se mantiene la demanda de la llamada salsa brava.

 

 

El mercadeo de la Sonora Matancera

 

 

 

IVÁN GONZÁLEZ ROMERO

La Sonora Matancera fue fundada en el barrio Ojo de Agua en Matanzas, el 12 de enero de 1924. Su primer nombre fue Tuna Liberal, aunque casi inmediatamente fue denominada  Septeto soprano.  Sobre este último nombre, algunos lo acreditan a la llegada de Carlos Manuel “Caíto” Díaz, cantante desde 1925. Su timbre de voz muy alto obligó a hacer cambios en la instrumentación y fue así como se hizo el cambio de denominación

De entrada, hay que recalcar que el éxito de la Sonora Matancera se fundamentó en su calidad musical. Una vez sentada esa base, hay que dejar en claro que esa agrupación llegó más lejos que ninguna gracias a eso, y a una estrategia de mercado altamente innovadora, tal vez sin que ellos mismos supieran lo que estaban haciendo.

En días recientes, la Sonora Matancera cumplió 91 años. El día no parece tan remoto porque al escuchar cualquiera de sus compases uno se imagina que esta banda había iniciado hace poco. Y pensar que cuando tocaron por vez primera ni siquiera se llamaban así.

La Sonora Matancera fue fundada en el barrio Ojo de Agua en Matanzas, el 12 de enero de 1924. Su primer nombre fue Tuna Liberal, aunque casi inmediatamente fue denominada  Septeto soprano.  Sobre este último nombre, algunos lo acreditan a la llegada de Carlos Manuel “Caíto” Díaz, cantante desde 1925. Su timbre de voz muy alto obligó a hacer cambios en la instrumentación y fue así como se hizo el cambio de denominación.

Aunque no hay certeza al respecto, se supone que Rogelio Martínez se une al grupo ese mismo año por sugerencia de Caíto, para conformar una pareja que con los años siempre se le vio reunida y que produjo mucho éxito. El crecimiento era evidente, así que hubo necesidad de mudarse de Matanzas a La Habana, en 1928.  Con el traslado se produjo la primera grabación, ese mismo año, así como las primeras apariciones en Radio Progreso. El camino a la difusión masiva se estaba allanando, así como la llegada a la fama. Fue el primer paso exitoso de la estrategia.

En 1932 llegan grandes cambios. Lo primero fue nombrar a Rogelio como codirector. El otro fue cambiar el nombre a Estudiantina Sonora Matancera, respondiendo a la orquestación que para entonces se poseía, con trompetas en lugar de cornetas, marcando el rumbo armónico. Tres años después llegaron otros dos miembros que formarían parte de la historia: Calixto Leicea, quien venía de cantar con el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro, y Humberto Cané, hijo de Valentín, Cané, uno de integrantes originales.

Pasaron los años y los cantantes importantes. También llegó el apoyo de sellos disqueros que comenzaron a distribuir sus placas. Panart, Ansonia, RCA Victor y Seeco brindaron el respaldo, sobre todo esta última compañía, que se encargó de poner por todas partes sus discos. El cine también ayudó en esta difusión, pues casi una decena de filmes les ayudó a darse a conocer.

Pero en 1948 ocurre un hecho que cambia el rumbo de la Sonora Matancera. El boricua Daniel Santos, con una carrera exitosa y una vida bohemia, llega a Cuba y logra un contrato para cantar en Radio Progreso, donde la Sonora también se presentaba. Se produce el encuentro y la alianza, y Santos se convierte en el primer cantante-- que no es cubano—que se une a la agrupación como invitado.

La yunta fue tan buena que abrió las puertas a otros intérpretes. Myrta Silva, otra boricua, llegó en 1949. En 1951 Leo Marini, un argentino con voz de barítono, se subió al barco con temas románticos. El nombre de la Sonora Matancera comenzaba a escucharse en latitudes donde la música bailable caribeña no había llegado y eso le abrió los ojos a don Rogelio Martínez, quien ya como director, se percató de las posibilidades de alcanzar otros mercados.

Por la Sonora Matancera pasaron más de 60 cantantes de nueve nacionalidades. Se supone que estuvieron cubanos, puertorriqueños, dominicanos, mexicanos, argentinos, colombianos. En la lista también está un venezolano, una haitiana y un uruguayo. No todos se presentaron con la orquesta, pues algunos apenas grabaron, pero el hecho de tener en su alineación a artistas de distintos países, ayudó a consolidar el éxito de un trabajo que aún está impregnado de calidad.


¿Recuerdan? ¡La salsa!

 

 

DIEGO A. MANRIQUE

Chocante, chocante: hay más bibliografía sobre la salsa en inglés que en español. Sospecho que se debe a la incomprensión de nuestra industria cultural ante una música montaraz y machista, tan ajena al DRAE. De ahí mi maravilla ante el libro de Leopoldo Tablante, El dólar de la salsa (Iberoamericana). Que nació como tesis de doctorado en, atención, una universidad francesa. Eso trae implícito su castigo: mucho aparato teórico, bastante jerga académica, invocaciones rituales a Barthes, Bourdieu y Baudrillard. Pero estamos ante un trabajo único. Verán, los tomos salseros en castellano suelen ser ferozmente militantes: la piedra fundacional, El libro de la salsa (1980), de César Rondón, se parecía mucho a un arrebato apasionado, lo que explica que haya acumulado tantas objeciones.

En El dólar de la salsa no hallarán valoraciones de discos o artistas. Subtitulado Del barrio latino a la industria global de fonogramas, 1971-1999, Tablante describe el contexto social y el desarrollo comercial de la salsa. Hace bien en evitar los juicios musicales: quizás haya una relación inversamente proporcional entre creatividad y expansión, en el trayecto de Spanish Harlem a Miami Beach.

Aparte, Tablante puede así esquivar el Problema Cubano. En esos años, por las aberraciones de la Guerra Fría, la potente cantera afrocubana desapareció del mercado mundial. Los cubanos, eso sí, se cocían en su indignación: aseguraban que lo que circulaba internacionalmente como salsa era música cubana, otra jugada yanqui.

No conviene menospreciar la irradiación cultural de Cuba sobre el resto del Caribe

Una exageración: los ingredientes de aquel ecléctico caldo incluían elementos nada cubanos. En todo caso, lo prodigioso es que los puertorriqueños, tan chovinistas a la hora de elegir opciones vitales, se definieran mediante una música esencialmente ajena. Tablante especula sin paracaídas: que el son cubano contenía "evocaciones nómadas” equivalentes a los traumas migratorios de los boricuas. Mejor recordar la capacidad de irradiación cultural de la Isla Grande, con o sin embargo. El sociólogo Quintero Rivera se quejaba en 1998 del “cubanocentismo que padecemos en el Caribe”, respondiendo a unas afirmaciones particularmente miopes de Cabrera Infante.

Acertó Jerry Masucci, capo de Fania Records, al optar por una palabra flexible como “salsa” para universalizar la música de losnuyoricans, cuya experiencia urbana era similar a la de tantos barrios humildes en el continente. Y sí, Masucci se reveló como un sinvergüenza a la hora de pagar a los músicos (despojó incluso a su socio, el indispensable Johnny Pacheco). Pero tampoco resultaron modélicos sus sucesores como reyes de la colina: Ralph Mercado yEmilio Estefan.

Tablante reconoce la picardía de Masucci. Convenció a publicaciones como Billboard. Financió películas que proporcionaron visibilidad a sus artistas: Our latin thing y Salsa (olvídemos The last fight, protagonizada por Rubén Blades como ¡boxeador!). Subvencionó la revista Latin New York. Pagaba para que sus discos sonaran en la radio latina –refractaria a la crudeza callejera de algunos vocalistas- o para que Tito Puente reapareciera en la televisión nacional.

Masucci tuvo grandes intuiciones. Como haría Chris Blackwell con elreggae, subió los precios de los LPs: sabía que, si se vendían baratos, consumidores y minoristas considerarían la salsa un producto de segunda categoría. También patinó: con CBS, pactó elaborar discos de Fania All-Stars con potencial de crossover. Mejunjes que desconcertaban a aficionados y novatos: en sus peores momentos, tendían a ser disco music levemente sazonada o smooth jazzconvencional.

Como Mercado o Estefan, Masucci soñaba con crear una Motown latina. Demasiada distancia: Berry Gordy Jr. diluía el soul para su consumo interracial, con unos músicos inicialmente mansos. Masucci trabajaba para un público tan pobre como heterogéneo. Además, le tocó manejar la salsa brava, abundante en intérpretes ariscos –Willie Colón iba de gansta en muchas portadas- o conceptualmente ambiciosos, como Blades. La fantasía de Masucci desembocaría en la salsa romántica. Que apenas conservaba sabor de barrio ni se diferenciaba mucho de lo que ofrecían Julio, El Puma, Roberto Carlos y demás baladistas. Para semejante viaje, no necesitábamos alforjas.

MURIÓ EL ÚLTIMO CHOCOLATE

Por Andrés Pascual
A Alfredo Armenteros no lo apodaron Chocolate porque lo confundieran con el famoso Eligio Sardiñas. En el 2003, mientras se tomaba un trago en la barra del Bongo's Cuban Café de South Beach, me confesó: “fue un tío mío, me lo decía desde niño y ni sé por qué...”.
Nadie podía confundir a Alfredo con Eligio en nada, aquella noche tuve que explicarles, a un grupo de jóvenes que laboraban en el lugar, quién era aquel negro que hablaba y hablaba de música cubana como ajeno, sin apropiarse un ápice de la grandeza de nuestros ritmos, a los que tanto contribuyó y podía, nunca refiriéndose a sí mismo; recuerdo haberles dicho, “este hombre es un mito de tan alto que ha elevado su leyenda...”, entonces CHÓCOLO ME ABRAZÓ, NOS CONOCÍAMOS DESDE EL 1993.
Murió Alfredo Armenteros, que no necesitó de su relación familiar, del nombre de Beny Moré para ser inmortal, pero, como está sucediendo todo hoy, gente que no reconoce la grandeza absoluta del trompetista, aunque traten de disimular, creen que se pueden quedar cortos si no mencionan al ídolo de Santa Isabel; por favor, para hablar del hombre de 88 años años que falleció el pasado día 6 de enero de cáncer, engavete el nombre de Beny y le hará un favor a la historia musical más rica y pródiga de América, por lo menos una vez sea valiente y justo, a fin de cuentas, no pierde nada, Chocolate no lo necesitó.
Por Chocolate conocí a dos leyendas cubanas, porque Sirito Matamoros y yo lo llevamos a visitar a José Curbelo a Kendall y ¡OIGA ESO! A Mr CHICO O'FARRILL, que estaba en Broadward en casa de un familiar y arreglaba algo para una orquesta que tocó, mal recuerdo, en el Miami Dade o en la Universidad de Miami; en el itinerario nos acompañó otro legendario de verdad, con quien compartí muchísimo cada vez que visitaba a Sirito: ROGELIO MARTÍNEZ, director de la Sonora, que, muy al estilo castrista, todavía los “medios grandes” de Miami no saben que falleció, ni que murieron Lino, Caíto...desde hace rato hay que ser castrista para estar en la guía de teléfonos y ni así, porque el tiranísimo, todavía, no escribe la primera línea respecto al Premier Marrero, señal de que “no lo han querido matar con tan nefasta noticia”, por lo que se ve...
Uno de los 4 grandes Chocolates de Cuba: Félix “Chocolate” Alfonso, bongosero de Arsenio que inició con Carabina de Ases de Oxamendi y se quedó con algunos músicos del tresero cuando este se asentó definitivamente en Nueva York, entonces nombró a su conjunto Las Estrellas de Chocolate; mientras, Félix Chappotin hizo lo mismo y le resultó mejor, porque se llevó a Lilí y a Miguelito. El 4to fue aquel simpático y pintoresco personaje de “la cuadra de Paco Prío”, que lo mismo estaba “trajeado con gorra en combinación” en el Cerro, que en el Club Gallístico con un gallo de Panchín en las manos, que recibiendo, todos estupefactos, a Winston Churchill en La Habana. El primero de todos el peleador de Pincho Gutiérrez.
Chocolate Armenteros llegó recomendado a Arsenio, sin dinero suficiente para comprar los dos trajes que el inmortal creador del son-guaguancó exigía, entonces el Ciego le regaló un número para que cobrara utilidades por derecho de autor y “se compusiera”, era la forma como Arsenio ayudaba a los novatos; a Alfredo le dio “Me pasé de guaño”.
Con Arsenio Rodríguez Alfredo se internó en los secretos del son guaguancó, del “guaguacó de tiempo España” y de la santería, incluso se hizo un tremendo bailador de columbia. Y se influyó completamente del estilo de Chappotín para tocar el estilo Arsenio, por lo que, bajo ningún concepto, puede considerarse a Chocolate Armenteros como el creador de la forma como interpretaba los ritmos cubanos, que le perteneció a Félix Chappotín, con agudos espaciados; pero, cuando llegó, a su salida de Cuba a mediados de los 50's a Tito Puentes, bajó un poco el tono y “melodió” para interpretar el sonido New York, la combinación de Machito y Arsenio que le dicen “salsa”.
Dos de las mejores producciones disqueras de Chocolate Armenteros no las ha mencionado nadie y son maravillas del villareño trompeta de oro, me refiero a los larga duración con el músico neoyorrican Justi Barreto, dos tremendos homenajes a la música cubana: el primero CONGAS CUBANAS y el otro GUAGUANCÓ CUBANO, en ambos tocó Chocolate la trompeta, en el homenaje a la conga incluso trompeta china.
Amigo íntimo de Tito Rodríguez, de madre cubana, padre dominicano y nacido en Puerto Rico, Chocolate decía, “se sentía más cubano que yo...”.
Alfredo fue un admirador fiel y decidido de Paquito y de Arturo, según nos dijo una noche a Siro y a mi, “están en el nivel de cualquiera aquí y por arriba en los demas lugares...”.
No tenía intención de regresar a Cuba “ni si se cae aquello”. Hoy, como acostumbro cada vez que la nacionalidad se muere “un poco más” con la pérdida de sus glorias, no le doy el pésdame a nadie, me lo doy a mi mismo, se lo doy a quienes se consideren y vivan como cubanos de verdad, que somos quienes perdemos un pedazo de historia, del alma nacional cubana, cada vez que nos sorprende una noticia nefasta como la del 6 de enero pasado.

Agustín Lara / BIOGRAFIA

 

 

(Agustín Lara Aguirre y Pino; Tlacotalpán, México, 1897-Ciudad de México, 1970) Compositor de canción melódica mexicano. Por su formación autodidacta, su prolífica producción y su incontestable éxito, Agustín Lara ha sido considerado en numerosas ocasiones como el Irving Berlin de la canción mexicana. Conocido como el Flaco de Oro, son incontables las canciones compuestas por este músico que han conquistado una fama imperecedera: Granada (inmortalizada por el tenor Mario Lanza), el chotis MadridNoche criollaLa CumbanchaNoche de rondaSolamente una vezPalmera o María bonita (escrita para su esposa, la actriz María Félix) son sólo algunas de las más célebres. Adaptadas a numerosos idiomas y cantadas en los más diferentes estilos, su éxito en el Viejo y el Nuevo Mundo procuró a su autor los mayores honores y el reconocimiento general. Junto con la canción melódica, Lara también sobresalió en la composición de música para cine; suya es, por ejemplo, la partitura de Santa, una de las primeras películas sonoras realizadas en México.

 

Aunque había estudiado piano y demostrado sus excepcionales dotes para la música, Agustín Lara ingresó a los quince años en el Colegio Militar; pronto se daría cuenta de que su vocación no era castrense. Durante la década de 1920 trabajó como pianista en bares y cafés y en salas de cine mudo; a finales de la década acompañaba ya al piano a intérpretes como Juan Arvizu y Maruja Pérez, que daban sus recitales en cines de la capital. En 1931 se puso al frente del programa La hora azul, de la emisora XEW. Comenzó a dirigir la orquesta El Son Marabú mientras voces como las de Ana María Fernández y Toña la Negra popularizaban sus canciones.

Empezó entonces una frenética carrera hacia la fama. En 1932 realizó su primera gira por el extranjero; actuó en París, donde su canción El farolito se convirtió en tema de moda, y también en Chile y Perú. Obtuvo también un éxito sin parangón durante la gira que efectuó en México en 1935, junto a Pedro Vargas y el ChinoIbarra. Entre los principales espectáculos que Agustín Lara presentó al público se recuerdan especialmente Pecadora, Revancha, Coqueta, Mujeres en mi vida, PerdidaLa mujer que yo amé.

Contratado para trabajar en Hollywood como musicalizador de películas, no le resultó sin embargo fácil acostumbrarse a aquel mundo frívolo y deshumanizado, con sus tensiones y su abundancia de divas y directores caprichosos. Aunque no quiso centrar su carrera profesional en el cine, su prestigio acabó por consolidarse en la industria del celuloide, gracias a las bandas sonoras que compuso para filmes como Santa, México Lindo, Carne de Cabaret, Virgen de medianoche, Pervertida, Noche de ronda, Humo en los ojos, Señora tentación, Cortesana y Aventurera.

Facilitó sin duda su entrada triunfal en el cine su matrimonio con la bellísima y siempre controvertida actriz mexicana María Félix, que tuvo lugar en 1945. Célebre por sus devaneos amorosos (se le solían atribuir romances con personajes populares del cine y la política), la actriz trabajó junto a los más destacados galanes del cine mexicano (Jorge NegretePedro Infante o Pedro Armendáriz). Durante su matrimonio con María Félix, Agustín Lara convirtió su casa de Las Lomas en un acogedor centro de reunión de escritores y artistas. Foco de atención del gran público, la popularidad de ambos no cesaba de crecer.

 

A lo largo de su dilatada carrera como compositor (y también como autor de la mayoría de sus letras), creó hermosas y románticas canciones que alcanzarían una popularidad universal. La obra de Lara comprende unas setecientas piezas entre boleros, pasodobles, baladas, tangos, pasacalles y melodías, que podrían enmarcarse dentro del género tropical; fue también el autor de la extraordinaria opereta El pájaro de oro (1946). Entre sus temas más conocidos sobresalen, junto a los ya citados, Lamento jarochoMujerVeracruzAzulRival y Arráncame la vida; títulos todos ellos entrañables que han resistido el paso del tiempo hasta convertirse en canciones de siempre.

Con temáticas abiertamente eróticas, una asimilación de todas las corrientes musicales en boga y desconcertantes imágenes modernistas, Agustín Lara dotó a la canción romántica de una sensibilidad acorde con el medio urbano de los años treinta y cuarenta. Las letras de algunas canciones surgidas de su inspiración (Señora tentaciónTe quieroCada noche un amor o Humo en los ojos) escandalizaron a la opinión pública, hasta el punto de que llegaron a prohibirse sus piezas en las escuelas. Cuestionado y considerado por sus detractores "el sepulturero de la canción mexicana", Lara fue pionero en el óptimo aprovechamiento de todos los medios de difusión: teatro de revista, discos y radio.

 


Fallece Raphy Leavitt por complicaciones tras cirugía

El músico puertorriqueño, de 67 años, fue operado de su cadera izquierda, en la zona de la prótesis que llevaba a causa de un accidente que había sufrido en 1972.

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San Juan.- El veterano músico puertorriqueño Raphy Leavitt, fundador de la orquesta de salsa La Selecta, falleció hoy a los 67 años en un hospital de la ciudad estadounidense de Miami debido a complicaciones tras una cirugía en su cadera izquierda, confirmó a Efe su representante, Ángel Ilarraza.
Dijo que Leavitt murió en el centro hospitalario de la ciudad de Miami a consecuencia de una operación que se le realizó el pasado lunes en la zona de la prótesis que llevaba en su cadera izquierda a causa de un accidente de automóvil que sufrió en 1972 en EEUU.
En entrevista con Efe en febrero pasado, Leavitt recordó aquel suceso, donde murió Luisito Maisonet, extrompetista de La Selecta, y a causa de cuyo accidente compuso el tema "La cuna blanca", una de las canciones más emblemáticas de La Selecta.
Leavitt rememoró que en aquel accidente iba justo al lado de Maisonet en el auto que conducía el chófer privado Jesús Ruiz cuando éste perdió el control en la salida 4 de una carretera que conduce de Connecticut a Nueva York tras una presentación en Boston.
Leavitt permaneció 6 meses hospitalizado con una fractura en su cadera en el Greenwich Hospital Association en Connecticut.
Tan emblemática es "La cuna blanca" que se ha convertido en todo un himno funerario, con el que mucha gente despide a sus seres queridos y de la que seguramente se tocará estos próximos días durante su velorio y entierro.
Aún se desconoce cuándo arribarán los restos de Leavitt a Puerto Rico ni la fecha de los servicios fúnebres.
Una de las últimas presentaciones que hicieron Leavitt y La Selecta en la isla caribeña fue durante el pasado Día Nacional de la Salsa, donde además se unió en el escenario el cantante Tony Vega para cantar junto a ellos "Cosquillita" y "Sheila Taina".