| | OÍDO EN LA CHATA
Sobre su agreste colina, que es lo mismo que un altar San Juan como que se inclina para mirarse en el mar.
Así en las aguas perdido semeja San Juan un nido en espera de un amor.
ANTONIO NICOLÁS BLANCO
ROBERTO CLEMENTE: LEYENDA Y EJEMPLO
El General Marcos Pérez Jiménez, en compañía del Mayor Benjamín Maldonado, Presidente del Instituto Nacional de Deportes en 1955, inauguró el 10 de febrero de 1955 la VII Serie del Caribe en el Estadio Universitario de Caracas.
Cuenta Antero Núñez, gran recopilador de datos, eventos y documentos de la Serie del Caribe, que Pérez Jiménez hizo el lanzamiento inicial del primer partido. Fue un juego entre Almendares de Cuba y Santurce de Puerto Rico. La pelota la recibió el receptor del Almendares, Gus Triandos, un catcher que había vestido la franela de Yankees de Nueva York en la temporada que acababa de concluir en 1953.
Los diarios nacionales reseñaron una asistencia de 37 mil espectadores para este juego, una de las muchas exageraciones con que la prensa de aquellos tiempos de férrea dictadura militar le doraba la píldora a Pérez Jiménez.
Ese año con Cangrejeros de Santurce vino a Venezuela Roberto Clemente junto a un grupo de hombres que más tarde escribirían historia en las grandes ligas como fueron Willie Mays, Don Zimmer, Buster Clarkson, Bob Thurman, George Crowe o quienes como Luis Rodríguez Olmos y Rubén Gómez escribían la mejor historia de la pelota de Puerto Rico. Clemente fue un pelotero que el tiempo, su calidad y su muerte heroica, convirtieron en leyenda.
El pasado jueves 31 de diciembre se cumplieron 37 años de su partida definitiva. Un accidente aéreo ocurrió cuando el avión en el que viajaban Clemente y cuatro rescatistas reclutados por él salía desde San Juan hacia Managua, Nicaragua, Llevaba un cargamento de ayuda para las víctimas del Terremoto de Managua de 1972, y la aeronave explotó, estrellándose en el mar.
Sus restos jamás fueron encontrados.
Hace poco, en el programa “Perfiles” que transmite ESPN, en una entrevista que le hizo Ernesto Jerez a Juan Marichal, laureado lanzador comentó, palabra más, palabra menos, que le habría gustado ver jugar en un mismo equipo a Willie Mays y a Roberto Clemente.
CLEMENTE, MAYS Y THURMAN EN LOS JARDINES
Clemente vino a Caracas con un equipo que dirigió Herman Franks. En aquel torneo del Caribe de 1955. Caracas, la afición de Caracas, se dio el lujo que no pudo darse Juan Marichal porque en aquella Serie del Caribe fueron custodios de los bosques de los crustáceos de San Juan Willie Mays, Roberto Clemente y BobThurman.
El 12 de febrero hubo un partido de pelota histórico, en el parque de Los Chaguaramos, a pesar de haber sido un partido adverso para la causa venezolana.
El Magallanes, con Ramón Monzant en la lomita, dominó un trayecto de ocho dramáticos episodios a los Cangrejeros de Santurce. El zuliano, un grande de Venezuela, permitió a los Cangrejeros regar siete imparables en los ocho primeros episodios, esparcidos los batazos por los libros de anotaciones, sin haber sido capaces de reunirse para inquietar al derecho de Maracaibo quien sólo había permitido una carrera en el cierre del primer inning.
Roberto Clemente le conectó dos imparables, y con el primer hit empujó la primera rayita, carrera con la que los boricuas empataron al cierre de la primera entrada al Magallanes. Don Zimmer, “El soldadito”, conectó un doblete y Buster Clarkson, un sencillo.
El partido continuaba, y Ramón Monzant dominaba al peligroso Willie Mays que no salía del slump.
Los venezolanos se fueron arriba en los dos primeros innings con carreras de Chico Carrasquel y de “Güigüi” Lucas, el catcher dominicano del Magallanes, un hombre que hizo historia en el estadio “Tetelo Vargas” de San Pedro de Macorís, porque fue el primer dominicano en conectarle de jonrón a Satchel Paige, Monzant y Willie Mays se enfrentaron al cierre del noveno. Mays, insistimos, con un slump de 12 turnos sin hits y Monzant con dominio sobre la constelación que reunió Puerto Rico para la Serie del Caribe. Se embasó Clemente con hit, y Willie Mays sacudió una línea por el centro del center que se internó en las gradas, antes abiertas en la zona del jardín central, para dejar en el terreno al Magallanes. Con ese jonrón Willie Mays saldría del slump, le quitó la miel de los labios a la afición venezolana y se encumbró como uno de los más valiosos de la Serie del Caribe de 1955, serie en la que Cangrejeros de Santurce fue Campeón del Caribe. Roberto Clemente, aquella aciaga noche para la pelota venezolana, pisó la goma del estadio de Caracas con la rayita del triunfo para Santurce, detrás vendría Willie Mays para abultar la diferencia a 4 carreras contra las 2 de Magallanes.
Aquellos años de 1954 y de 1955 sucedían cosas importantes en la vida de Clemente. Aunque los Dodgers lo habían reclutado en 1951, cuando Clemente apenas contaba 17 años de edad, en 1954 fue sido seleccionado por los Piratas de Pittsburgh en el draft de jugadores por Brach Ricky, quien le contrató por 4 mil dólares cuando los Dodgers de Brooklyn lo dejaron desprotegido en 1954. Clemente jugó en Ligas Menores con Montreal, Canadá, donde participó en 84 juegos, para batear un promedio de 257. El gran Clemente sólo actuó un año en Ligas Menores, y desde Caracas el de Carolina viajó a Pittsburgh para unirse a los Piratas en 1955.
DE CARACAS A PITTSBURGH
La serie del Caribe culminó en febrero y en marzo Clemente estaba en el spring training con Piratas de Pittsburgh. Ese año de 1955 se había abierto un camino de 18 años de carrera fulgurante, años en los que se convirtió en un ser muy especial en su lucha en pro del latinoamericanismo en los Estados Unidos, padeciendo el rigor absurdo y lascerante de la discriminación racial.
En esos 18 años, además del respeto de todos como hombre y ciudadano, Roberto Clemente ganó cuatro campeonatos de bateo de la Liga Nacional. Logró un promedio al bate de .317 con 240 los jonrones conectados y 3 mil los hits. Empujo un mil 305 carreras. Le fueron acreditados 12 Guantes de Oro y fue el Más Valioso en dos Series Mundiales y MVP de la Liga Nacional en 1966 y en la Serie Mundial del 1971.
Felo Ramírez hizo un documento radiofónico 30 de septiembre de 1972, documento que atesora Gustavo Trías y es cuando Clemente conectó un doble y logró su imparable número 3,000 de Grandes Ligas.
Fue el último hit en una temporada regular de Grandes ligas para Roberto Clemente.
La noche del 31 de diciembre de 1972 Clemente y cuatro compañeros abordaron un avión para repartir provisiones en Managua, que había sido azotada por un terremoto, al despegar la nave explotó y choco contra el mar. No hubo sobrevivientes.
Meses antes Roberto había estado en Managua, como manager del equipo de Puerto Rico en el VI Campeonato Mundial de béisbol amateur de 1972. Hizo muchos amigos en Managua.
Natural de San Antón, un barrio de Carolina, Puerto Rico, donde nació el 18 de agosto de 1934, Roberto Clemente ha sido considerado por periodistas e historiadores del béisbol como uno de los más completos peloteros latinoamericanos de todos los tiempos
La Asociación Americana de Cronistas de Béisbol organizó una elección especial y prescindieron del periodo de cinco años para admitir en el Salón de la Fama a Roberto Clemente. El de Carolina, Puerto Rico, ingresó con todos los honores a Cooperstown el 6 de agosto de 1973.
Se convirtió en el primer jugador latinoamericano en ser elegido a Cooperstown.
Columna publicada el 03/01/2010 |
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