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BEISBOL 007

Andrés Fleitas: Una vida hecha recuerdos

Andrés Fleitas: Una vida hecha recuerdos

Andrés Fleitas cumplio 94 años de edad, pero con los recuerdos intactos, sin los borrones del tiempo. En su mente, el legendario receptor del Almendares se ve joven, capaz de calzar los arreos y salir al terreno.

Su pasado lo impulsa para seguir vivo.

“Yo jugaba pelota por amor”, dijo Fleitas. “A veces gané mucho dinero, a veces sólo centavos. Pero siempre jugué con igual pasión. La memoria nunca muere”.

Como nunca han muerto para Fleitas las imágenes del campeonato más sensacional de la pelota profesional cubana ocurrido en 1946-47, cuando el Almendares derrotó al Habana.

Los Rojos, dirigidos por Miguel Angel González y con estrellas del nivel de Perico Formental, Cocaína García, Lou Klein, Leonard Pearson y Hank “La Ametralladora’’ Thompson, tenían ventaja de seis juegos en febrero. Pero les faltaban siete partidos, seis frente a los azules.

El mánager del Almendares era Adolfo Luque con luminarias como Roberto Ortiz, Fleitas, Santos Amaro, Héctor Rodríguez, Agapito Mayor, y Max Lanier.

Lanier y Agapito silenciaron a la artillería de los Leones y el Almendares se acercó al lugar de honor.

El 23 de febrero, el Habana superaba por juego y medio al Almendares. Y esa misma tarde se inició la serie de tres partidos entre ambos. Lanier se impuso a los Leones en el primero. El lunes 24 le tocó el honor al zurdo Mayor en un triunfo 2-1 en duelo con Fred Martin.

La carrera del triunfo llegó en el séptimo, cuando Fleitas se vistió de héroe al pegar un triple por la banda derecha con un hombre en base, obligando a un juego decisivo.

El piloto de los Rojos envió a la lomita a Lázaro Medina, el de los azules aceptó la petición de Lanier que le pidió la bola, y se la entregó con un día de descanso. ¡Y el milagro llegó para los Alacranes!. Lanier volvió a domar a los Leones y el Almendares logró la victoria 9-2 y el campeonato.

El mascara azul ganó el premio de Jugador Más Valioso.

Fleitas terminó su carrera con uno de los mejores promedios de bateo con .275, en un campeonato donde sólo 10 peloteros con más de 1,000 turnos al bate superaron la marca de los .300.

“Batear sobre .300 en Cuba no era fácil, pues era una pelota muy fuerte con sólo cuatro equipos y un pitcheo selecto”, indicó Fleitas.

Después de salir de las filas del amateurismo donde brilló con el Central Hershey y de actuar con el equipo Cuba en tres Series Mundiales donde en una de ellas ganó el título de bateo, el orgullo del Central Constancia en Las Villas, no sólo jugó con el Almendares, también firmó con Jersey City (Doble A), franquicia que pertenecía a los Gigantes de Nueva York.

En su primera temporada como jugador diario con Jersey City terminó con average de .260, al siguiente año sustituyó a Fermín Guerra como catcher del Almendares y bateó .313, siendo elegido al equipo Todos Estrellas. Ya Fleitas estaba en camino a las Mayores.

En dicha época, el multimillonario mexicano Jorge Pasquel compitió con las Grandes Ligas firmando a peloteros con salarios superiores a los que percibían. El cubano Lázaro Salazar, mánager del Monterrey, le habló a Pasquel sobre Fleitas y éste le ofreció $20,000 más $200 de gastos mensuales.

Dicho salario era el doble del que recibía Fleitas. Sin titubear, aceptó la oferta y comenzó a jugar con Monterrey donde terminó sobre .300 en tres campañas.

“Con ese dinero compré mi casa en Santa Fé’’, rememora Fleitas.

Las Grandes Ligas sancionaron a los peloteros que actuaron en México y a Fleitas no se le permitió jugar en Estados Unidos. Al cumplir la sanción, actuó con Chattanooga (Washington), Havana Cubans y Cubans Sugar Kings, pero lo hizo en las postrimerías de su carrera.

Terminó con average de .274 en las Menores y entre Cuba, México y Estados Unidos, incluyendo cuatro Series del Caribe, sólo se ponchó en 135 ocasiones.

El fue uno de los grandes héroes de los Alacranes Azules, el equipo que tenía como lema: “El que le gane al Almendares, se muere’’.

Cuando recuerda esa frase, Fleitas no puede menos que reír: “Parece que de tanto ganar con el Almendares…eso me ha dado mucha vida”.

 

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Fuente: El Nuevo Herald

Por Marino Martínez

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