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BEISBOL 007

Walker fue el primer negro en jugar ahi

Por Andrés Pascual
       El caso Jackie Robinson es un acontecimiento verdaderamente político y ni la prensa ni el público americano se cansan de hablar ni de ver en viejos materiales fílmicos ni de escribir sobre el mismo.       Ya no hay algo más que decir sobre el hombre que utilizaron “El Gran Innovador del Beisbol”, Branch Rickey y la Organización de los Dodgers del Brooklin para imponer al jugador negro en el circuito blanco, con lo que se conoce como “el derribo de la barrera racial”.      Entonces el ex All Around de UCLA se convirtió en un ícono de la política de los tiempos modernos sin que ningún partido tradicional pueda utilizar argumentos en su contra como arma de campaña, máxime cuando el Hall Of Famer fue veterano de la Segunda Guerra Mundial y, al pricipio de la contienda en Corea, en 1950, leyó, para la audiencia juvenil nacional, una carta en la que explicaba las razones de  esa confrontación como necesaria a la supervivencia de la democracia y el Mundo Libre.        Robinson fue un buen pelotero, pero por sus números nunca hubiera podido ser elegido a Cooperstown; aunque a su favor cuenta que llegó tarde al beisbol de Grandes Ligas, sin embargo, eso ocurrió con Paige, con Miñoso, con Willard Brown, con Luke Easter, con Talúa Dandridge o con Monte Irving.       La elección de Jackie Robinson al Salón de la Fama fue el resultado de haber aceptado jugar en el Brooklin cuando el Gerente General del club y algunos dueños decidieron romper aquel ignominioso acuerdo que sacó, a principios del siglo pasado, al pelotero negro del beisbol de los blancos y que, desfachatadamente, llamaron “El Pacto de Caballeros del Beisbol”, rubricado con un apretón de manos por algunos de los mas rabiosos racistas de la época como jugadores y dueños y que, increíblemente, están en Cooperstown.      Pero el primer negro en jugar en las Mayores fue Moses Fleetwood Walker, la diferencia con Robinson es que su participación se produjo durante la era considerada pionera, cuando no existía la barrera racial, la que contribuyó a construir, precisamente, la presencia de Walker y algún otro jugador sepia como George Stovey.      No es muy promocionada; pero, algunos jugadores negros hicieron su ruta normal hacia las Grandes Ligas desde los inicios; el primero de ellos fue el catcher Moses Fleetwood Walker, que transitó desde el nivel colegial hasta el profesionalismo.       En 1884, el excelente receptor sepia recibió para los Medias Azules de Toledo, en la Asociación Americana, entonces circuito de liga grande.      Walker, el hijo de un clérigo, primero jugo cricket en el Oberlin College. Cuando se unió al club de Liga Grande, de inmediato comenzó a sentir la presión racista: el pitcher de origen irlandés, Tony Mullane, ignoraba las señas que le daba tras el plato, porque: “no acepto órdenes de ningún negro” y, el mayor racista en el beisbol de aquellos tiempos, escarnio de la decencia humana instalado en Cooperstown en violación de los acápites sobre valores morales para tener acceso al mismo, pretendió sacar a Walker de un juego al considerar un boicot con chantaje al declarar, que: “si no no sacan ese negro del terreno yo no juego…” Pero el Capitán Anson regresó cuando le amenazaron con aplicarle forfeit a su pago si no jugaba.         Hubo jugadores negros antes que Walker en el beisbol profesional no considerado de circuitos mayores: Joe Jackson(nada que ver con Shoeless), apodado Bud Fowler, con el Newcastle de Pennsylvania en 1872; o Sandy Navas, que aun no se ha determinado su nacionalidad y mantenía como respuesta que era cubano por el solo hecho de encubrir el color de su piel; o Frank Grant, un magnífico intermedista al que apodaban “el Fred Dunlap negro”…Grant y Fowler están en Cooperstown.       Moses Walker fue tan bueno que Decon McGwire, el primer catcher que recibió 1,500 juegos en Grandes Ligas, durante su estancia como suplente de Waker, apenas podía trabajar.       En 1916, el pitcher Jimmy Claxton se coló por poco tiempo con el Oakland Oaks de la Costa del Pacífico, lo que se considera el primer pelotero negro en jugar en el Beisbol Organizado; pero no en Grandes Ligas y, para todo el mundo, oficialmente, fue Robinson el primero en hacerlo.       En Richmond, en 1884, el manager del Toledo recibió una carta amenazadora que decía: “…hay 75 hombres de verdad dispuestos a moler a ese negro si sale al terreno…”, en esos días, Walker estaba ausente del club por lesiones entre sus dedos de la mano izquierda, frecuentes entre los catchers de la época.        Cuando curó sus dedos, jugó para varios clubes de ligas menores, hasta que fue contratado por el Newark de la Internacional, que tenía como sedes a clubes de New Jersey, NewYork y Canadá, más tolerantes.        En Newark fue un favorito de la mayoría de los blancos y hasta canciones y versos compusieron en su honor, como una que rezaba:
Hay un catcher nombrado Walker, El tira a las basesCon facilidad y gracia…
             Definitivamente cursi, incapaz de poder compararse con los de Walt Whitman, pero ejemplo de que en el noreste del país se reconocía humanamente el valor del catcher como tal.            Hasta la revista Sporting News salió en su defensa, luego de unas declaraciones ofensivas y soeces de un períodico local, “el que escribió eso sobre un miembro de un club visitante, sin dudas que es inferior a Walker en educación, cortesía y modales”            Poco tiempo después de estar en el Newark se incorporó un pitcher que constituyó, junto a Moses, la primera batería de jugadores negros del beisbol: el zurdo de gran velocidad George Washington Stovey, cuyas habilidades fueron descritas por un reportero de Birmingham, Nueva York, como de “fenómeno” del pitcheo de aquella liga.          Ese año en que Stovey y Walker formaron batería en la Internacional, el pitcher ganó 35 juegos, récord aún vigente en el circuito.          Todavía la gran prensa americana del sector no acaba de hacer justicia en los casos de muchos jugadores sepias pioneros que, porque se les coloque en sitiales, no van a demeritar la imagen ultra conveniente a estos tiempos de Jackie Robinson por intereses que, como los manipulan, tienen poco que ver con el pasatiempo nacional.

 

"Moses" Walker fue el primer negro en jugar ahí

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