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BEISBOL 007

TEXAS, LA HISTORIA LES PASÓ LA CUENTA‏

Por Andrés Pascual

       Anoche los Cardenales de San Luis terminaron la obra que iniciaron el día anterior: rematar a los Vigilantes de Texas sin compasión.
       La victoria no pertenece al modelo clásico definitorio de la razón por la que se gana en el juego: "en beisbol gana el que mejor juegue", sino a la que es el símbolo de los tiempos: "ganaron porque jugaron un poco menos mal que Texas".
       Y hay euforia y algarabía no solo en San Luis y hay también cronistas induciendo al público a magnificar el mal beisbol con lo de "histórico y grandioso", porque nadie puede negar que fue una de las peores Seres Mundiales en cuanto a clase profesional jamás jugadas.
       Anoche volvió un relevista de los perdedores a bolear a un bateador con bases llenas y eso parece que es el estigma de la pelota moderna: una base, un bolazo o un wild pitch. Así se deciden muchos juegos de la campaña regular y una vez hasta uno de playoff que perdieron los Mets de Nueva York.
       Lo del 6to juego de esta serie no tuvo nombre en cúmulo de marfiladas de todo tipo después que jugaron una pelota de altura durante los dos primeros, parece que los fantasmas del mal, que obstaculizan el normal desarrollo de casi todo en el deporte profesional americano, llamaron a la cordura a ambos clubes y los pusieron a jugar a tono con la era, que no es de grandeza ni perfección precisamente.
      A quienes exigimos un desarrollo en el terreno como Dios manda; a quienes nos preocupa que se le construya un altar al facilismo influyente en el fanático, que condone la deuda con el público porque "se ganó con una remontada", hija del juego pésimo y sin clasificación, tal vez nos critiquen como conservadores extremistas o con epítetos peores, pero la razón la tenemos todos los que nos preocupa que se pueda ser tan simplón como fanático y tan poco objetivo como cronista.
      Los Cardenales ganaron y, como que su historia ha sido gloriosa en etapas de verdadera clase del pasatiempo, pues, a pesar de todo, esta victoria debe formar parte del caudal de fantasía y leyenda que se construyó el club que "juega con más coraje que ningún otro".
      Los "pandilleros" de Musial, de Pimienta Martin, de Ducky Medwick, de Freeze, de Allan Craig y de Cris Carpenter lo hicieron otra vez, esta, sobre los despojos de la era moderna de aquel club al que se referían como "los primeros en la guerra, los primeros en la paz y los últimos en la Liga Americana…"
     Los Vigilantes, que tenían en plantilla un club superior a los Cardenales, cayeron por efecto de una fuerza especial que hace irreconocible a los clubes de pelota a veces: "Dios los castigó", nadie está autorizado a mantener ventajas cuando se juega tan cobarde ante un club que, si bien no es ni remotamente igual a los de épocas pasadas, el nombre que tienen en sus camisas es el que simboliza en Grandes Ligas, precisamente, el valor a toda prueba y ante cualquier circunstancia.



Son, a fin de cuentas, la Pandilla del Gasómetro


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