¿De que crisis en la pelota castrista ? Parte II
Por Andrés Pascual
A un cambio de comisionado en la pelota castrista le llamaron algunos “crisis” y le colocan la coletilla “en la pelota cubana”, hay que tener la cara dura o simplemente llevar todavía alguna “banderilla rosada” en el lomo para llamar cubana a la pelota de la tiranía… Incluso, como parte de la “crisis”, mencionan hasta “un asalto” por personas del Oriente de la Isla a puestos claves en la dirección de la pelota allá…
La pelota cubana no está en crisis, en crisis está la sociedad nacional : una crisis de valores tan grandes como de moral y de identidad.
Algunos plumíferos dicen que “el pelotero cubano no tiene incentivos”; pero ¿Cuándo se los prometió Castro? La imposición de la palabra “aficionados” descartaba todo intento de vivir como profesional de la pelota y establecía que “los logros” en deportes pasaban a
considerarse como actos “épicos y patrióticos” en el sector deportivo; las medallas y trofeos ganados solo eran remunerados con “el cariño y el reconocimiento del Comandante en Jefe”…sin embargo, aunque los peloteros de Castro crean que deben vivir mejor por lo que hacen ni pretenden cambiar el sistema ni conspiran contra el gobierno que les veta la posibilidad de recibir la remuneración que ellos ni esfuerzos hacen por tener ni desertan en masa para demostrar que hay una crisis socio-política total en el país…
No, los peloteros de Castro, desde 1964, tienen otra manera de buscarse el dinerito de la forma más amoral que se conoce: se venden por dinero de apostadores en el terreno de juego, como ha ocurrido con 6 grandes grupos de jugadores informados.
El problema de la pelota de Castro es que no hay participación, precisamente, porque no hay incentivos y el problema comenzó durante los sesentas, cuando el niño cubano practicó otros deportes que daban la posibilidad de viajar con más frecuencia que la pelota al exterior, si se toma en cuenta que era la época
en que Castro no podía competir en el área, campo natural e histórico del beisbol nacional.
El alejamiento de Estados Unidos provocaría el estancamiento a largo plazo y no solo en la pelota…
Ahora bien, los problemas del beisbol en Cuba fueron creados por el tirano a conveniencia y ellos sabían que todo eso pasaría: no era posible que se mantuviera al país con la Liga Cubana y en lazos con el Beisbol Organizado, cuando lo que se pretendía era apoderarse de toda la propiedad privada; no era posible mantener en
la población lazos de fraternidad entre los pueblos cubano y estadounidense, cuando, desde la Sierra Maestra, se creaban las formas con las que se sembraría el odio por parte de la población nacional hacia este país, odio no conocido antes de 1959.
Agustín Marquetti, un inicialista zurdo prometedor que se atribuía como mérito principal haberse enfrentado, a los 14 años y 8 meses de nacido a la Brigada 2506, rumia hoy su miseria humana y económica en una película que por aquí circula; Luis Giraldo Casanova, uno de los tres peloteros más interesantes de toda la era castrista, fue entrevistado por el periódico El Guerrillero de Pinar del Río y dijo tanto, que solo duró dos horas en el sitio, lo mismo ocurrió con el pitcher zurdo Omar Ajete.
Posiblemente Baudilio Vinent, en medio de una de esas borracheras consuetudinarias con las que pretende escapar de su miserable vida, sepa que jamás representó al país cuyas cuatro letras, de forma afrentosa, utiliza el tirano antillano en los trajes de su equipo particular y eso sí es un problema neurálgico no solo en la pelota; sino de toda la sociedad nacional hoy…
Publicado en Nuevo Acción agosto 2007
FIN
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