Durante varios años infundió temor entre los lanzadores de toda la liga por el poder de su bate. También generaba el disgusto de muchos jugadores por su temperamento volátil, sus comentarios fuera de lugar y la facilidad con la que se sentía provocado en la caja de bateo.
Jorge Antonio Bell Mathey nació en San Pedro de Macorís el 21 de octubre de 1959, y fue descubierto como jugador por Epy Guerrero, quien en ese momento era escucha de los Filis de Filadelfia.
Inició su carrera en las mayores con los Azulejos de Toronto en 1981 y pasó varios años moviéndose entre la banca del equipo y el equipo de Triple A, hasta que en 1984 recibió la oportunidad de jugar como regular en la alineación de los Azulejos.
De inmediato se dio a conocer entre los lanzadores de la liga terminando la campaña con 26 jonrones, 87 remolcadas y 69 hits extrabases, estableciendo una marca en el equipo en este último renglón. En las siguientes tres temporadas sus totales en esos tres aspectos fueron incrementando de manera constante, y hasta 1988 promedió 31 cuadrangulares y 104 remolcadas por año estableciéndose como uno de los bateadores más dominantes de la Liga Americana.
En 1985 estableció una marca del equipo cuando conectó jonrones en cuatro partidos consecutivos. Dos de ellos salieron fuera del Comiskey Park, y uno fue a parar en las gradas del jardín central.
Ese mismo año también protagonizó un incidente con el lanzador de los Medias Rojas de Boston Bruce Kison, luego de ser golpeado por un pitcheo. Bell corrió hacia el montículo tras recibir el bolazo y cuando se acercaba a Kison, dio un salto y trató de pegarle una patada de karate. Esta acción provocó su expulsión del partido y el resentimiento de los fanáticos de los Medias Rojas a partir de ese momento.
Bell tuvo su mejor temporada en 1987, cuando llevó la voz cantante del equipo en una feroz lucha contra los Tigres de Detroit por el Título de División. Cerca del final de la temporada la ofensiva de Bell cayó, y los Azulejos terminaron la temporada en segundo lugar a dos partidos del primer puesto. Bell terminó con promedio de .308, 47 jonrones, 134 remolcadas y 83 hits extrabases, además de anotar 111 vueltas y lograr slugging de .605. Recibió el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana ese año.
Sin embargo, la campaña siguiente fue para olvidar. Provocado por la mala defensa y la falta de entusiasmo que exhibía Bell en los jardines, el dirigente del equipo Jimy Williams decidió iniciar la temporada colocando al jugador como bateador designado. Bell se sintió muy inconforme con la medida, pero inició ese año tan caliente como el anterior. Conectó tres jonrones en el primer partido del año, y se convirtió en el primer jugador que logra la hazaña.
Las cosas fueron en picada a partir de ese momento, y Bell no pudo mantener el ritmo con el que había iniciado. A pesar de que el conjunto despidió al dirigente a principios del año, Bell tuvo problemas con su actitud y tuvo varias discusiones con árbitros, que le significaron tres expulsiones y dos suspensiones en el curso la temporada.
En 1990 terminó con promedio de .265, 21 jonrones y 86 remolcadas, y tras concluir la temporada se convirtió en agente libre.
A pesar del éxito que tuvo en el terreno de juego, Bell tuvo una mala relación con los fanáticos de Toronto. Particularmente en los últimos años que pasó con el conjunto, su pobre defensa hizo que la fanaticada se olvidara se su bate y se concentrara en su mal juego en los jardines.
Antes de iniciar la temporada de 1991, Bell firmó un contrato de tres años y 10 millones de dólares con los Cachorros de Chicago. Tuvo promedio de .285 con 25 jonrones y 86 remolcadas, consiguiendo buenos números a pesar de haber sufrido lesiones a lo largo de la campaña.
La temporada siguiente fue enviado a los Medias Blancas a cambio de Sammy Sosa y Ken Patterson. Su cambio de equipo trajo consigo una nueva actitud, pues Bell mostró una gran disposición para batear como designado. En la primera temporada con los Medias Blancas disparó 25 jonrones y remolcó 112 vueltas, trayendo una brisa refrescante al camerino del conjunto.
Pero la temporada siguiente fue completamente decepcionante. Terminó con promedio de .217, con 13 jonrones y 64 remolcadas, tras perder una buena parte de la segunda mitad de la temporada por una lesión en la rodilla derecha.
Durante los playoffs el equipo se enfrentó a los Azulejos en la Serie de Campeonato, y Bell fue relegado al banco. Esto provocó una reacción adversa por parte del jugador, quien insultó a su dirigente públicamente diciendo que no lo respetaba como persona. Cuando terminó la serie, Bell fue dado de baja por el equipo provocando su retiro.
Logros
Obtuvo el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 1987
Fue seleccionado para participar en el Juego de Estrellas en tres ocasiones (1987, 1990 y 1991)
Recibió el premio del Bate de Plata o Silver Slugger en tres temporadas (1985-1987)
Encabezó la Liga Americana en total de bases en 1987
Encabezó la Liga Americana en vueltas remolcadas en 1987
Fue líder de la Liga Americana en hits extrabases en 1987
Encabezó la Liga Americana en elevados de sacrificio en 1989
Pertenece al club de la 1,000 remolcadas de por vida
Reportaje de IMPACTO DEPORTIVO
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