Tras movimientos, Yankees son el equipo a vencer en el Este
NUEVA YORK -- El "Viernes 13" fue la noche en la que "El Imperio del Mal" contraatacó con un par de movidas que de un zarpazo colocan a los Yanquis de Nueva York como el equipo a vencer en su división.
Eso, por ahora. Ya sabemos que nadie gana nada durante los meses de invierno, como bien pueden atestiguar los Medias Rojas de Boston tras su derrumbe de la campaña pasada.
Pero lo que logró gestar el gerente de los Yanquis, Brian Cashman, es digno de aplausos. Muy sigilosamente, tras un par de meses de quietud, el punto más débil del conjunto pasó a ser otro elemento de fortaleza.
Salvo CC Sabathia, la rotación abridora de Nueva York no inspiraba confianza.
Con las adquisiciones de Michael Pineda e Hiroki Kuroda, la situación cambia totalmente para la próxima campaña.
Pineda desembarcará en el Bronx como parte de un canje en el que los Yanquis cedieron a su cotizado receptor Jesús Montero a los Marineros de Seattle.
Otros dos lanzadores intercambiaron divisas dentro de la transacción, con Héctor Noesí rumbo a Seattle y José Campos en dirección a Nueva York.
La simetría en cuanto a nacionalidades es llamativa. Un dominicano y un venezolano mudándose de la costa Oeste (Pineda y Campos) y otro par empacando maletas en el Este (Noesí y Montero).
Casi al mismo tiempo, los Yanquis concretaron un acuerdo para adquirir al agente libre Kuroda, un veterano brazo derecho que cumplirá 37 años el mes próximo y que tuvo marca de 13-16 con 3.07 de efectividad la pasada campaña con los Dodgers de Los Angeles.
Todo estos pactos, por supuesto, están sujetos a los respectivos reconocimientos médicos.
Sin tener que hacer inversiones costosas a largo plazo, los Yanquis parecen tener cuadradas todas sus piezas en su lugar.
Todo por el costo módico de 10 millones de dólares y una temporada por los servicios del japonés Kuroda, así como desprenderse de su mejor prospecto, Montero.
Lo primero y esencial para los Yanquis es que han incorporado a dos lanzadores abridores que robustecen su rotación para 2012 y de paso se mantienen fieles a su nueva política de controlar los excesos de gastos.
La rotación se perfila así: Sabathia, Kuroda, Pineda, Iván Nova y A.J. Burnett. Phil Hughes y Freddy García son los damnificados, ambos relegados a funciones de relevo o como pólizas de seguro en el caso de infortunios de los demás. Burnett (21-26 en las últimas dos campañas) está en la cuerda floja y un mal inicio de campaña podría forzar su salida, pese a que aún se le deben 33 millones por los próximos dos años.
Todo esto tiene sentido para los Yanquis, por más que se sacrificó el potencial del bate de Montero (cuatro jonrones en 69 turnos al ser subido en septiembre).
Pineda recién cumplirá los 23 años el próximo miércoles y el equipo lo tendrá atado durante las próximas cinco campañas antes que pueda entrar a la agencia libre.
Este gigante de 2 metros (6,7 pies) y una recta que roza las 95 millas por hora viene de una campaña con marca de 9-10, 3.74 de efectividad, 173 ponches y 55 boletos en 171 innings con los Marineros, valiéndole figurar entre los candidatos al Novato del Año de la Liga Americana y una convocatorias al Juego de Estrellas que se dio a última hora cuando otros pitchers no pudieron estar disponibles.
También es dueño de un excelente comando de su recta y slider, faltándole afinar el cambio de velocidad.
Otras estadísticas ratifican su talento. Pineda quedó segundo en ponches cada nueve innings y quinto en hits permitidos cada nueva entradas.
Pero trae sus riesgos.
Su efectividad fue de 5.12 tras el Juego de Estrellas, luego de un 3.03 previo a la pausa.
Tampoco puede pasar inadvertido el factor que le sacó el jugo al lanzar en el Safeco Field (su efectividad en casa fue de 2.92 y de 4.40 afuera), estadio que favorece a los lanzadores, y ahora deberá demostrar su capacidad en el nuevo Yankee Stadium, uno con dimensiones más reducidas.
La estrategia de los Yanquis fue dejar que pasaran las semanas, ya que después de todo el mercado de agentes libres no tenía lo que buscaban.
¿Albert Pujols? ¿Prince Fielder? No había necesidad de entusiasmarse con ambos inicialistas, al deberle 180 millones a Mark Teixeira por los próximos cinco años.
A Montero se la ha comparado con Miguel Cabrera por su talento como bateador, pero no terminaba de convencer a los Yanquis en cuanto a si su posición debía ser detrás de la receptoría, donde al menos este año iba a estar en papel de suplente de Russell Martin.
Tenerlo como bateador designado iba a estar de más, considerando que este es un equipo con mucha gente mayor de 30 años --Derek Jeter, Alex Rodríguez y Teixeira-- a los que el manager Joe Girardi tratará de rotar y darles turnos en esa tarea para mantenerles frescos.
El canje exhibe lo más importante de la nueva forma que tienen los Yanquis de operar. En vez de depender únicamente de la chequera, Cashman cuenta con un caudal de prospectos a disposición.
¿Se fue el posible catcher del futuro? No hay que preocuparse, ya que Austin Romine es otro cotizado talento que viene avanzando. ¿Se fue Noesí? Fíjense que ahora no tendrán que apurar el aprendizaje del mexicano Manny Bañuelos y el dominicano Dellin Betances, otras dos promesas del montículo. El mismo Campos era considerado como un calco de Pineda y apenas tiene 19 años.
Mucho más importante es que los Yanquis quedan en una posición flexible en el manejo de su nómina para atender necesidades a corto plazo como la negociación del futuro contrato de Robinson Canó. Además, el año que viene Cole Hamels y Matt Cain serán agentes libres.
Tampa Bay tiene una joven rotación que mete miedo (David Price, Jeremy Hellickson y Matt Moore); Boston remozó su bullpen y con Bobby Valentine como manager promete poner orden tras el caos del año pasado; Pujols y C.J. Wilson le dan otra dimensión a los Angelinos de Los Angeles; y los Rangers de Texas pueden cerrar pronto la contratación de Yu Darvish y hasta pueden obtener a Fielder. Pero los Yanquis ya hicieron su acto de presencia, siempre relevantes.
Eric Núñez / Associated Press
MICHAEL PINEDA
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