POSADA TIENE PARA ENTRAR A COOPERSTOWN
Por Andrés Pascual
La entrada al Salón de la Fama del Beisbol está más complicada que el mito de Dédalo, el Laberinto y el Minotauro, porque están manejándose factores no injustos, sino raros por sospechosos, imagínese que hay quienes dicen que Jim Thome “tal vez” pueda ser elegido; otros, que ni cuente… y el tipo metió más de 600 jonrones ya y las impulsadas las produjo por tubería, sin embargo, el boricua Tani Pérez está ahí…
Esos mismos individuos “le fueron arriba al viejo tiempo” y cuestionan la estancia en el recinto del catcher Rick Ferrell y del “tic-tac-for”, como se le decía en Cuba a la mancuerna defensiva del cuadro de los Cubs de Chicago (short-segunda-primera) que ganaron la última Serie Mundial del club en 1908: Joe Tinker, torpedero, Johnny Evers, intermedista y Frank Chance, primera base. Hay otros intentos sacrílegos, pero creo que con estos dos basta.
Aunque se debe tener en cuenta que un miembro de Cooperstown no siempre es famoso, lo que lesiona su carácter de leyenda y el caso del catcher Ferrell, incluso el de la combinación de doble-plays que mencioné son evidencias; por ejemplo si se encuestara a 1,000 individuos entre fanáticos y gente de la crónica en español sobre todo, posiblemente 998 ni conozcan esos nombre ni los del 80 % del resto de los residentes en el templo.
Nunca he cuestionado la validez de las elecciones, aunque he considerado injusto que hayan dejado fuera a otros que lo merecen.
Pero, como ser humano, de vez en cuando me preguntó ¿Qué hacen Larry Doby y Monte Irving ahí? Para propaganda de corte político con uno basta, Jackie Robinson y, si la intención es premiar la trayectoria del ex centerfielder del Cleveland porque :inauguró el compromiso con el pelotero sepia en el Joven Circuito”; entonces Miñoso, primer negro hispano en jugar en Grandes Ligas, también debería considerarse bajo esa sombrilla de protección; o el intermedista boricua Carlos Santiago, primero firmado para el Beisbol Organizado (poco antes que Minnie), por Bill Veek en 1948, que lo invitó al campo de entrenamiento de la tribu de Ohio con solo 23 años; pero tres de Servicio Militar le “hicieron más viejo” y le mermaron las condiciones.
Jorge Posada, la ultima insignia de la receptoría del club del Bronx, anunció su retiro a los 40 años de edad, 17 de ellos con los Yanquis, 4 anillos de Serie Mundial, 5 Bates de Plata y, porque jugo durante la era de su paisano Iván Rodríguez, el mejor catcher de todos los tiempos a pesar de Bench, 5 Juegos de Estrellas.
A mi modo de verlo, el tercer gran receptor en la historia del famoso club junto a Yogi Berra y a Bill Dickey, mejor que Elston Howard y que Thurman Munson, porque este último tuvo poco tiempo de acción debido a su lamentable y prematura muerte.
El hijo de Jorge, ex preso político cubano que no pudo firmar como shortstop por el Filadelfia, precisamente por conspirar contra la tiranía y ser sancionado a 4 años en 1960 y primo segundo de Leo, el último cuarto bate de los Alacranes del Almendares, que también jugó en Grandes Ligas y dirigió para la Organización de los Dodgers durante 13 temporadas, tiene números dignos de un Inmortal, sobre todo, considerando que un receptor no necesita de guarismos estratosféricos para ser calificado así, que por algo juega de frente a la pizarra, incómodamente agachado y mandando al pitcher, es decir, el juego.
Posada dio 379 dobles, 10 triples y 275 cuadrangulares e impulsó a 1065 corredores hacia el plato, su promedio general fue de .273. Fildeó para .992 y atrapó al 28 % de los corredores que le salieron al robo, porciento que no es responsabilidad absoluta del receptor, sino compartida con el pitcher.
El bateador ambidiestro conectó 11 jonrones en postemporada con 23 dobles y 42 empujadas. Para emplear un numerito de hoy, su WAR es de 44.7
Para ser justos, este pelotero ha tenido que jugar con la presión extra que representó la enfermedad de un hijo, al que le han practicado varias intervenciones quirúrgicas cerebrales.
Sin entrar en comparaciones con Ernie Lombardi, porque fue un jugador lento, sin embargo, se supo sobreponer a esa condición negativa como hace más de 70 años el ex catcher inmortal del Cinci y los Cubs y cubrir con, más que decencia, maestría y clase, una posición tan exigente y difícil.
Para mi el boricua debería ser seleccionado cuando le corresponda, pero, por supuesto, hay “sabichosos” que venden los números de esa lotería que no ven algunas cosas ni si se las ponen delante de las narices y no por cegatos muchas veces.
Posada forma parte del trío de oro de la receptoría en la historia de los Yanquis
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