Mike Ilitch decidido a ganar con Prince Fielder en Detroit
DETROIT - El dueño de los Tigres, Mike Ilitch, escuchaba a sus asesores explicarle sus opciones a estas alturas de la temporada baja y las diferentes formas que podría tomar el lineup sin el designado venezolano Víctor Martínez. Ahí fue cuando Ilitch, de 82 años de edad, comenzó a imaginarse a los bateadores de Detroit rotándose en el puesto de BD en un intento en vano por llenar el hueco que dejó Martínez, quien padece un desgarre en la rodilla izquierda y se espera esté fuera por toda la temporada.
"Comencé a marearme", comentó Ilitch.
Ante semejante situación, un equipo de mercado mediano como los Tigres que no goza de un contrato lucrativo de televisión ni de una asistencia de tres millones de espectadores, hubiese llenado el hueco con cualquier jugador barato disponible. Y ésa era justo la ruta que el gerente general Dave Dombrowski tenía pensado tomar.
Pero Dombrowski también le dejó claro a Ilitch que había un solo agente libre en el mercado que podía marcar la diferencia. Por su parte, Ilitch, quien recordaba ver cómo dicho jugador conectaba jonrones hasta el nivel más alto del antiguo Tiger Stadium cuando tenía apenas 12 años de edad, no necesitaba que lo convencieran.
Quería a Prince Fielder y lo consiguió.
Con todo respeto a los Angelinos y a los Rangers, el acuerdo de Fielder - nueve años y US$214 millones, solamente por que Martínez se lesionó la rodilla - ha sido la "pesca" de más peso de esta temporada baja.
"Me ha dejado anonadado", dijo el manager Jim Leyland. "Hace tres semanas estábamos hablando acerca de la posibilidad de agregar a un relevista, pero no sabíamos si teníamos los recursos económicos para hacerlo. No sé qué pasó en tres semanas. Aparentemente a Little Caesar's le fue mi bien". Leyland se refiere a la cadena de pizzerías de Ilitch que, junto con las inversiones de su esposa Marian en casinos en Estados Unidos, le rinde bastantes divídenos. Pero es su deseo de conseguir un anillo de Serie Mundial que, como aficionado, no te deja más remedio que admirarlo. El cuarto contrato más jugoso en la historia de Grandes Ligas se elaboró durante cuatro días de negociaciones entre los Tigres y el representante de Fielder, Scott Boras. Lo que lo hizo posible fue una corazonada de Ilitch.
"Me dejé llevar por mis instintos", dijo Ilitch. "Mis instintos me dicen que esto va a dar buenos resultados. No me voy a preocupar. No estoy nervioso. Quizás en ese sentido esté un poco loco".
Puede ser que él se considere "loco," pero es preferible describirlo como "competitivo".
"Saben, Mike es un pelotero de antaño", dijo Marian. "Y sabe que cuando se presenta una oportunidad, hay que aprovecharla. Es un gran riesgo, y requiere de muchas agallas, pero él sabe que es lo indicado para tratar de ganar un título de Serie Mundial. Eso es lo que quiere de verdad para la ciudad".
El acuerdo no les garantiza nada a los Tigres en ese sentido. Seamos realistas: Algunos contratos son inversiones financieras arriesgadas basadas en un sólido conocimiento del béisbol. Otros movimientos intrépidos están basados en gangas. Ninguno de esos dos ejemplos aplica en este caso, ya que el contrato representa un riesgo tanto desde el punto de vista deportivo como bancario.
A diferencia de los contratos de $200 millones de Pujols y Alex Rodríguez, éste no cuenta con el respaldo de un acuerdo lucrativo de transmisión. Además, la llegada de Fielder obliga a los Tigres a trasladar al venezolano Miguel Cabrera a la tercera base, posición que no defiende con regularidad desde hace cuatro años cuando pesaba 30 o 40 libras menos.
Pero eso es asunto de Leyland, quien ya ha dicho o que cree plenamente en la habilidad de Cabrera para adaptarse. El manager confía en que la ofensiva del conjunto podrá contrarrestar lo que está cediendo a la defensa, ya que tiene uno de los mejores dúos de cañoneros de todos los tiempos en la parte gruesa del lineup.
Todo gracias a la inversión de Ilitch.
"Estas cosas simplemente no se dan", dijo Leyland. "Jamás he conocido a alguien que quiera hacer más por una ciudad que el Sr. Ilitch. Lo digo en serio. He hablado sobre él en otras ocasiones y la gente cree que soy cursi. Pero esto es increíble. Perdimos a Víctor y agregamos a uno de los agentes libres más codiciados del mercado. Aún me cuesta creerlo".
Hace poco, los Tigres exploraron la posibilidad de firmar a Fielder por un año. El proceso fue breve, ya que Boras rechazó la oferta. Posteriormente, Detroit se enteró de la lesión de Martínez.
Boras no tuvo que recalcarle los méritos de Fielder a Ilitch, quien recordó las veces en que el padre de Prince, Cecil, se metía en su oficina para hablarle del potencial de su hijo. Recuerden, estamos hablando de cuando Prince era un niño.
"Pensé que como cualquier otro padre estaba presumiendo de sus hijos", manifestó Ilitch.
Pero en poco tiempo, Ilitch presenció lo que Cecil describía. Cuando vio a Prince, de 12 años, batear cuadrangulares a lo más alto del Tiger Stadium, sus dudas se desvanecieron.
Los Tigres no lograron seleccionar a Prince en el draft amateur del 2002. Todo este tiempo Ilitch consideraba que tenía un asunto pendiente con él, pero no sintió la necesidad de hacer algo al respecto hasta que Martínez se lesionó.
En octubre sabremos si valió la pena o no.
Anthony Castrovince / MLB.com
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