Correr sin esfuerzo y sin lesiones
"Chi Running: una manera revolucionaria de correr sin esfuerzo y sin lesiones" es un libro que me facilitó la amiga y corredora Constanza González y que he estado leyendo en las últimas semanas, donde su autor Danny Dreyer, entrenador y corredor de ultra maratones, aplica la filosofía de la práctica físico espiritual conocida como Tai Chi en el correr.
En los diez capítulos de esta obra, Dreyer se pasea por muchos aspectos y entre ellos hace mucho énfasis en la importancia de la técnica y en lo que llama las "chihabilidades": concentración, sentir el propio cuerpo, la respiración profunda y la relajación, que define como el sendero de la menor resistencia.
No obstante, uno de los capítulo que captó mi atención es el dedicado a la preparación que debemos darle al antes y después de correr.
"El espacio de tiempo anterior a una carrera es como una pausa entre respiraciones. Es el momento reflexivo que precede al movimiento, cuando estableces las intenciones de lo que te gustaría hacer durante la carrera. Es tu oportunidad de juzgar en qué querrías concentrarte, si en el ritmo del paso, en los puntos débiles de tu forma de correr, en recuperar tus piernas, en descubrir nuevas rutas o en domar unas zapatillas".
Dreyer explica que la preparación antes de correr implica preparar la mente y el cuerpo. Al prepara la mente hay que considerar cinco elementos: visión general de la carrera, sentir a través del cuerpo y evaluar la condición presente, hacer los ajustes convenientes, saber específicamente que se hará para sacar el mayor rendimiento de tu energía y concentración, y el compromiso de vigilarse, de examinarse a intervalos regulares.
Al preparar el cuerpo, hay una serie de pasos a seguir antes de iniciar la carrera: comer antes y con suficiente antelación para evitar problemas gastrointestinales, sobre todo si de trata de carreras de fondo; hidratarse, asegurarse de que los zapatos no aprieten y calentar para soltar el cuerpo.
En este último aparte, el autor afirma que hay que soltar las principales articulaciones (tobillos, rodillas, cadera, sacro, columna, hombro y cuello). "Una de mis estudiantes más antiguas ha conseguido un beneficio tan grande de estos ejercicios que ahora no sale a correr si antes no ha hecho sus aflojadores", escribió.
Dreyer fue enfático al afirmar que "el comienzo de tu carrera es un estudio del progreso gradual porque arrancas desde abajo y vas permitiendo que tu cuerpo se relaje cada vez más en su movimiento. Si tu carrera se desarrolla de este modo, te sentirás muy bien a medida que avances hacia el final. Entonces todo trabajará a tu favor: tu respiración será regular, sentirás que usas tus músculos, no que abusas de ellos, y te sentirás con más energías que cuando empezaste".
Ese ritual previo también debe hacerse al finalizar la carrera considerando la parte física (enfriamiento, estiramiento, refrigerio y rehidratación) y la reflexiva, en la cual se evalúa cómo fue la carrera, qué se consiguió, cómo nos sentimos, lo aprendido, qué trabajaste y qué no, y qué podemos hacer en forma diferente en una próxima ocasión.
Twitter: @42kilómetros
Facebook: 42 kilómetros
En los diez capítulos de esta obra, Dreyer se pasea por muchos aspectos y entre ellos hace mucho énfasis en la importancia de la técnica y en lo que llama las "chihabilidades": concentración, sentir el propio cuerpo, la respiración profunda y la relajación, que define como el sendero de la menor resistencia.
No obstante, uno de los capítulo que captó mi atención es el dedicado a la preparación que debemos darle al antes y después de correr.
"El espacio de tiempo anterior a una carrera es como una pausa entre respiraciones. Es el momento reflexivo que precede al movimiento, cuando estableces las intenciones de lo que te gustaría hacer durante la carrera. Es tu oportunidad de juzgar en qué querrías concentrarte, si en el ritmo del paso, en los puntos débiles de tu forma de correr, en recuperar tus piernas, en descubrir nuevas rutas o en domar unas zapatillas".
Dreyer explica que la preparación antes de correr implica preparar la mente y el cuerpo. Al prepara la mente hay que considerar cinco elementos: visión general de la carrera, sentir a través del cuerpo y evaluar la condición presente, hacer los ajustes convenientes, saber específicamente que se hará para sacar el mayor rendimiento de tu energía y concentración, y el compromiso de vigilarse, de examinarse a intervalos regulares.
Al preparar el cuerpo, hay una serie de pasos a seguir antes de iniciar la carrera: comer antes y con suficiente antelación para evitar problemas gastrointestinales, sobre todo si de trata de carreras de fondo; hidratarse, asegurarse de que los zapatos no aprieten y calentar para soltar el cuerpo.
En este último aparte, el autor afirma que hay que soltar las principales articulaciones (tobillos, rodillas, cadera, sacro, columna, hombro y cuello). "Una de mis estudiantes más antiguas ha conseguido un beneficio tan grande de estos ejercicios que ahora no sale a correr si antes no ha hecho sus aflojadores", escribió.
Dreyer fue enfático al afirmar que "el comienzo de tu carrera es un estudio del progreso gradual porque arrancas desde abajo y vas permitiendo que tu cuerpo se relaje cada vez más en su movimiento. Si tu carrera se desarrolla de este modo, te sentirás muy bien a medida que avances hacia el final. Entonces todo trabajará a tu favor: tu respiración será regular, sentirás que usas tus músculos, no que abusas de ellos, y te sentirás con más energías que cuando empezaste".
Ese ritual previo también debe hacerse al finalizar la carrera considerando la parte física (enfriamiento, estiramiento, refrigerio y rehidratación) y la reflexiva, en la cual se evalúa cómo fue la carrera, qué se consiguió, cómo nos sentimos, lo aprendido, qué trabajaste y qué no, y qué podemos hacer en forma diferente en una próxima ocasión.
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