UN INAUGURAL SIGNIFICATIVO EN JAPÓN
Por Andrés Pascual
El juego que abrió la temporada 2012 de la Liga Americana entre los Marineros de Seattle y los Atléticos de Oakland en Japón, acaparó la atención, como en Monterrey, porque, aparentemente, se está tratando de ofrecer un primer juego de esperanza ante ciertas deprimentes concurrencias que frecuentan los calendarios desde hace algunos años, incluso la Serie Mundial lucha constantemente contra porcentajes a la baja.El viaje al Lejano Oriente quizás pudiera hacerse rutinario y medidor de circunstancias, digo yo, que llevarían hasta Tokio una franquicia de liga grande, aunque sé que contra este sueño samurai conspiran la distancia y el cambio de horario, no obstante, ¿Quién sabe si un día amanecemos con el titular ahí…? Porque los Marineros son de propiedad japonesa, pero con sede en Estados Unidos.Un detalle curioso que tuvo inaugurar con el Seattle en Japón fue que por primera vez, que los industriales Hiroshi Yamauchi y Yoichi Morishita, dueños de la franquicia, vieron jugar a su club en vivo, porque nunca han viajado a este país con ese objetivo.Un detalle positivo para un juego inaugural ayer, es que en el primero de la serie que ganó Seattle 3-1 no se dieron bases por bolas, con lo que se repitió por 7ma vez durante la “era de la bola viva” lo que, de acuerdo a la clase de beisbol que se juega hoy, puede considerarse como una hazaña.Y como que los pitchers de ambos clubes enfrentaron a 81 bateadores durante los 11 innings que duró el encuentro, pues se repitió lo que desde 1908 no se hacía; es decir, que esta inauguración en la tierra de Toshiro Mifune fue de mayor cuantía.El cubano Yoenis Céspedes, en la alineación regular de los Atléticos, conectó doble en tres veces con dos ponches ayer, sin embargo, hoy dio jonrón y lleva de 6-2 con 6 bases recorridas con sus batazos y 2 impulsadas.Ichiro dio 4 en cinco veces como para recordarle al fanático que todavía está ahí, sin embargo, el cambio al tercer turno le modifica el sistema de bateo, porque ahora tendrá que empujar en vez de buscar el hit que le ha consagrado como un posible miembro de Cooperstown.
Los dueños del Seattle nunca habían viso jugar al club
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