A BAUTISTA NO LO LLEVARON; NI A NICK ETTEN TAMPOCO
Por Andrés Pascual
Los regionalismos y otros “ismos” perjudican al juego de estrellas: por la renuencia a no participar en la competencia de jonrones de los obligatorios, esta fase del evento deberían quitarla de cartelera.
En el juego de pelota existe el jugador “sin ángel”, que se cansa de dar palos y nadie lo ve. Inexplicablemente, se mueve como un fantasma en el terreno: batea .300, coloca 30 del lado de allá de las cercas, empuja 100 y cualquier fanático le puede preguntar, ¿Quién es ese?
Esos jugadores son los olvidados del que selecciona y nunca están en la intención de voto, hagan lo que hagan, porque son invisibles…
Tal vez eso le ocurrió a José Bautista el año pasado que, lamentablemente, se perdió la fiesta, que es lo único que tiene de atractivo ya, porque el juego en sí no lo es.
Le ocurrió también a Nicolas Etten, un inicialista que jugó 9 temporadas en grandes ligas, 2 con los Atleticos de Connie Mack, 3 con los Filis y 4 con los Yanquis.
La temporada de 1944 cubría la inicial para los neoyorquinos y concluyó como líder en jonrones en la Liga Americana.
Eran los años de la guerra, por lo que muchos jugadores estaban en el Servicio Militar.
Cuando el 7 de julio salió la Liga Americana a jugar el juego de estrellas # 13, Etten no estaba entre los seleccionados y la Nacional ganó 7-1 con sus pitchers limitando a 6 hits el bateo del joven circuito.
En 1945, concluyó delante de los impulsadores de carreras con 111 remolcadas. Pero el juego se suspendió por los festejos derivados de la victoria aliada.
¿Por qué no fue seleccionado Nick Etten quien, además, jugaba para los Yanquis? Sencillamente, porque no era popular y, cuando un pelotero no es popular, casi nadie cree que valga un medio.
Tal vez eso explique el problema de José Bautista. Sin embargo, en cuanto al dominicano, veremos a qué se atienen este año, que continúa matando a palos al pitcheo enemigo.
Los regionalismos y otros “ismos” perjudican al juego de estrellas: por la renuencia a no participar en la competencia de jonrones de los obligatorios, esta fase del evento deberían quitarla de cartelera.
En el juego de pelota existe el jugador “sin ángel”, que se cansa de dar palos y nadie lo ve. Inexplicablemente, se mueve como un fantasma en el terreno: batea .300, coloca 30 del lado de allá de las cercas, empuja 100 y cualquier fanático le puede preguntar, ¿Quién es ese?
Esos jugadores son los olvidados del que selecciona y nunca están en la intención de voto, hagan lo que hagan, porque son invisibles…
Tal vez eso le ocurrió a José Bautista el año pasado que, lamentablemente, se perdió la fiesta, que es lo único que tiene de atractivo ya, porque el juego en sí no lo es.
Le ocurrió también a Nicolas Etten, un inicialista que jugó 9 temporadas en grandes ligas, 2 con los Atleticos de Connie Mack, 3 con los Filis y 4 con los Yanquis.
La temporada de 1944 cubría la inicial para los neoyorquinos y concluyó como líder en jonrones en la Liga Americana.
Eran los años de la guerra, por lo que muchos jugadores estaban en el Servicio Militar.
Cuando el 7 de julio salió la Liga Americana a jugar el juego de estrellas # 13, Etten no estaba entre los seleccionados y la Nacional ganó 7-1 con sus pitchers limitando a 6 hits el bateo del joven circuito.
En 1945, concluyó delante de los impulsadores de carreras con 111 remolcadas. Pero el juego se suspendió por los festejos derivados de la victoria aliada.
¿Por qué no fue seleccionado Nick Etten quien, además, jugaba para los Yanquis? Sencillamente, porque no era popular y, cuando un pelotero no es popular, casi nadie cree que valga un medio.
Tal vez eso explique el problema de José Bautista. Sin embargo, en cuanto al dominicano, veremos a qué se atienen este año, que continúa matando a palos al pitcheo enemigo.
Nick Etten |
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