RICKEY, LOS DODGERS, ROBINSON Y LOS LATINOS EN LAS MAYORES
Por Andrés Pascual
Antes quiero decir algo que sucede tan frecuentemente entre los hispanos que escriben sobre pelota que cansa (tal vez debería decir que apena): ¿Qué regla del juego dice que un bateador que conecte un batazo con hombres en posición anotadora debe atar con una soga a los embasados, colocarse delante y tirar de ellos para que anoten después que él? Ninguna verdad, pues eso es lo que se sugiere cuando se escribe: “remolcó a…”, o “tuvo 80 remolques…”) porque remolcar significa halar, tirar de… esas carreras se impulsan, se empujan y se producen…Recuerda que escribes para un público amplio, muchas veces conocedor de la semántica.A finales de 1945, Branch Rickey sostuvo un encuentro con Jackie Robinson en un aeropuerto del Este de Estados Unidos, el objetivo del contacto fue ultimar detalles para la firma del entonces shortstop de los Monarcas de Kansas City por los Dodgers del Brooklin.Robinson formaba parte de un grupo de jugadores del circuito sepia, convocados bajo el nombre de Estrellas de Gene Benson, que se dirigía a Venezuela a jugar partidos de exhibición.Cuando el Gran Innovador se fue, Jackie tuvo que soportar un feroz interrogatorio de parte de Benson y de casi todos los otros jugadores, a los que se vio obligado a mentirles con “está tratando de hacer una tercera liga mayor…” Por supuesto, nadie ha considerado jamás esa falta de respeto por aquellos inquisidores, al exigirle detalles de lo que conversó privadamente el infielder, como “políticamente destestable por incorrecta”, porque, a no dudarlo, “lo correcto” aparenta ser “no meter las manos en esa gaveta por lo de las cucarachas”.Cuando Jackie Robinson firmó, porque el Brooklin lo decidió, no porque él se los ordenara, la Organización seleccionó a Montreal, que tenía un club en la Internacional, como la ciudad más indicada para que comenzara a jugar entre los blancos, porque, por la influencia francesa, mantenía cierto espíritu de tolerancia racial. Es famosa la expresión de Robinson sobre la aceptación del público en Canadá “figúrate, un negro asediado por una multitud blanca para pedirle un autógrafo”.A principios de los 40’s, Wendell Smith le pidió personalmente a Roosevelt que decretara muerta la segregción racial en el beisbol, pero el presidente le dijo que el país no estaba preparado para tamaña decisión. Eran los difíciles días de la Segunda Guerra Mundial, pero lo que frenó al mandatario fue el miedo por la trascendencia del acontecimiento.Como fue el valor personal de Branch Rickey lo que le condujo a observar a más de 10 jugadores negros desde 1940, hasta seleccionar el que utilizaría como proyectil contra el muro en 1945. Desde su etapa con los Cardenales manejaba esa idea.Rickey quería un buen jugador que fuera mejor persona; Robinson, que no estuvo inmerso en el beisbol entre 1940-44 a tiempo completo, cuyo juego no era estelar antes de llegar al Kansas City, sin embargo, era un individuo preparado, decente, caballeroso, de hablar parco y pausado que había realizado estudios superiores y, para colmo, patriota veterano de la guerra, el hombre ideal para desempeñar el papel para el que fue seleccionado por los “blancos que rompieron la barrera del color”.Lo demás se sabe, sin embargo, hay dos cosas que se comentan poco: los insultos y amenazas que tuvieron que soportar Branch Rickey y los dueños del Brooklin por firmar al jugador y los insultos y amenazas que sufrió Robinson por acceder a convertirse en un nuevo “Tío Tom” por sus hermanos de raza, iguales o superiores a los que le infrigieron los blancos inconformes por su presencia en los estadios de las Grandes Ligas.Por lo general se habla mucho de los jugadores del club que fueron invitados a abandonarlo por el propio Rickey por no aceptar la integración, entre los que estuvo el entonces tercer catcher de los Esquivadores, Bobby Bragan, que dirigió al Almendares en la Liga Cubana o Pete Reiser, pero poco de la solidaridad que le dispensó un miembro de otra minoría, la judía, en todo momento: Hank Geenberg ni de la forma como lo protegía abrazándolo Pee Wee Reese.Pero el primer negro en jugar en Grandes Ligas fue Mooses Walker con el Toledo de la Internacional en 1885, ese año también trabajaron para el club su hermano Weldy y el pitcher canadiense George Stovey, eje de la explosión contra los negros al negarse Cap Anson a batear contra él.A la hora de hablar de Robinson, es obligado decir que fue “el jugador oficialmente reconocido como primer negro en actuar en las Grandes Ligas modernas”, porque los cubanos Roberto Estalella (madre negra) y Tomas de la Cruz (abuelos negros), lograron llegar antes que él, pero los consideraron de raza blanca o hispana.Incluso Jimmy Claxton, un pitcher negro, estuvo un par de meses en el Oakland Oaks de la Costa del Pacífico en 1918.Chet Brewer, otro lanzador que dicen que debería estar en Cooperstown, fue firmado por un club de liga menor para el Beisbol Organizado en 1931, pero el Presidente del circuito anuló la firma.En 1908, el pitcher-infielder-outfielder cubano Luis “Mulo” Padrón, fue invitado al campo de entrenamiento de los Medias Blancas de Chicago del mismísimo Charles Comiskey, practicó durante todo el tiempo con uniforme del club, pero, una semana antes de iniciar la temporada, lo protestaron y no pudo formar parte de la plantilla oficial.A la hora de revisar influencias, importancias…nadie debe dudar que Jackie Robinson cumplió su rol para todos los jugadores negros, tanto americanos como hispanos o de origen inglés, francés o portugués del área del Caribe; sin embargo, nadie puede utilizar a libre albedrío el gentilicio hispano, porque los cubanos blancos lo son y, para el beisbol, el lugar de Jackie Robinson lo ocupó, más de 70 años antes, Estebán Bellán; incluso el colombiano Luis Castro y Armando Marsans o Rafael Almeida, cuentan para algo. Es una bofetada a la justicia histórica intentar retirar el nombre de los verdaderos pioneros hispanos para colgárselo a Robinson.Si bien a Jackie le agradecen haber jugado en el Beisbol Organizado moderno Willie Mays, Frank Robinson, Aaron, Ernie Banks, Bob Gibson o Miñoso, Clemente, Amórós o Rafael Noble, no es menos cierto que ni Luque ni Cueto ni Ricardo Torres ni Comellas ni Melo Almada ni el Patón ni Hirán Bithorn ni Regino Otero o Sal Hernández están obligados.Es exactamente igual que solicitar el retiro del # de Clemente como se hizo con el de Jackie Robinson, ¿Cuál es la razón de importancia política que tuvo Clemente para que se produzca semejante gesto? Con uno que rompiera la barrera basta, a fin de cuentas, el primer negro hispano que jugó en Grandes Ligas, oficialmente reconocido, fue Miñoso y parece que a la gente se le olvida.En realidad, por protestar contra los americanos por todo no se puede retirar un número, por lo otro, por premiar su juego de superdotado, de superestrella genuina del pasatiempo, ya está en Cooperstown y crearon hasta un premio en su honor ¿Qué más quieren?
Estebán Bellán fue el primer hispano que jugó en las Mayores
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