El guarismo perdido: bateadores de .400
Por Andrés Pascual
Una curiosidad, en 1930, la Liga Nacional promedió .303 de bateo;
ese año Hack Wilson empujo 191 carreras en el Viejo Circuito y Bill Terry
.401; indudablemente fue un ano para los artilleros…
Pero el promedio de
carreras limpias del líder de la liga, Dazzi Vance, del Brooklin, fue 2.61,
cayendo a 3.76 el segundo y a 3.95 el quinto…Charley Root, de los Cubs de
Chicago, propinó cuatro nueve ceros… Holloman, de los Cardenales,
ponchó a 177… Malone, de los Cubs de Chicago y Kremer, de los Piratas, ganaron
20 cada uno y Fred Fitzsimmons, de los Gigantes, con 19-7, el mejor promedio de
ganados y perdidos con .731… La liga fildeó para .970 y promedió 4.97 carreras
limpias por juego…Es decir, que no se puede batear bien y lanzar igual: cuando
hay pitcheo no hay bateo; pero, si los cañoneros se desbocan, es que la serpentina
perdió el embrujo esa campaña y hablo de años sin ayuda ajena al organismo por
las llamadas sustancias de crecimiento ni las cercas tan cerca como hoy ni de
la pelota superviva ni de los bates alterados; pero, sobre todo, de la cantidad
de lanzadores de un beisbol que ya no admite una franela más, con alrededor del
40 % de lanzadores que, el que se arriesgue a decir que son Triple-A estilo antiguo,
está loco de remate. A ver, ¿Cuántos lanzadores de los Marlins cabían en la
rotación de los Cubans Sugar Kings? Ahora, les aseguro que Orlando Peña, Mike
Cuellar y Raúl Sánchez eran “mejores y más prometedores” que sus iguales en la
franquicia del Sur de la Florida, pero los tiempos cambian, en algunas cosas
para mal y una de ellas es el beisbol, que da asco.
El promedio más alto en
la era moderna en una campaña fue de Napoleon Lajoie con .426 en 1901, primer año
de existencia de la Liga Americana y el más bajo de aquella época, de por vida,
Bill Bergen, que jugo entre 1901-1911 y, en 3028 apariciones a la caja de bateo
lo consumió la anemia con .170
El promedio más elevado para un novato en la
historia es el de Shoeless Jackson con .408 en 1911, mientras jugaba para Cleveland y, si
no ganó el campeonato de bateadores, fue porque a Ty Cobb se le ocurrió compilar
un nada despreciable .420, Shoeless Jackson y Ty Cobb fueron el modelo de bateo
de Babe Ruth: con los pies unidos, cuando el Bambino decidió convertirse en
artillero a tiempo completo.
Si 1941 fuera este, Williams hubiera
entrado al último juego que decidió su astronómico .406 en la cifra de .405 y
hubiera concluido con .411; porque enfrentaba una no auxiliadora regla del
sacrificio, de tal forma que, con corredor en tercera, si se producía una
carrera por out en elevado a los jardines, se le consideraba carrera impulsada
al bateador; pero vez al bate normal.
En la biografía de Ed Linn sobre Ted
Williams, el autor hace una referencia al desarrollo de la regla de sacrificio,
así:
—- En 1908, sacrificio, no vez al bate
—- En 1926, sacrificio si algún corredor avanza
—- En 1931, no hay regla de sacrificio
—- En 1939, sacrificio si el corredor anota
—- En 1940, carrera impulsada; pero se le carga vez al bate al bateador
—- En 1954, se reinstala la regla del sacrificio
Hasta poco tiempo atrás, varios jugadores han estado cercanos
a la cifra de .400 sin concluir con el promedio que, como animales raros de la
región ecuatoriana, está prácticamente en extinción, Comparativamente con lo que hubieran bateado esos peloteros durante lo que imperaba como regla de sacrificio cuando Williams , los números se hubieran comportado así:
En 1948 Stan Musial bateó .376, ese hubiera sido su promedio en 1941
En 1957 Ted Williams bateó .388… en 1941 hubiera sido .386
En 1947 Rod Crew produjo para .388, pero, en 1941, hubiera caído a .385
En 1980 George Brett .390…pero, en 1941 .384
En 1987 Tony Gwynn .370…y en el año citado .368
En 1993 Andrés Galarraga .370…en 1941 .366
En 1994 Tony Wynn .394…en 1941 .389
En realidad, con una regla de sacrificio como la que enfrentó Williams en su año de .400, todavía es ese el promedio más alto de cualquier bateador fuera del propio artillero del Boston.
Pie de grabado: Batear .400 no es cosa de juego, nunca
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