CONTROL OLÍMPICO EN MLB
Por Andrés Pascual
Lance Armstrong salió del closet y contó “su verdad” en el show de Oprah Winfrey, se hizo el Harakiri (suicidio que, por cuestiones de moral, ejecutaban los samurais abriéndose el vientre con sus legendarias espadas y hasta una película homónima existe).
Lo que me llamó la atención del asunto fue que, según su confesión, se dopó para los siete Tour of France que ganó ¿Cómo fue posible que burlara tantas veces la supervisión obligatoria (control antidoping)?
Una de dos: o no servían para nada las pruebas, o no se las hacían al estadounidense (fraude) hasta que… todavía queda otra posibilidad: que no informaran el positivo, que hubo doping en cantidad industrial y aquí no cabe la especulación.
Bud Selig declaró que MLB llegó a un acuerdo con la Asociación de Jugadores para efectuarles el test de sangre a los peloteros al azar, la sustancia objetivo de esta prueba es el HGH.
Bien, un paso, según la mayoría, para controlar la ventaja competitiva que representa el uso de drogas que mejoran el rendimiento, además del peligro para la salud por el uso continuado.
Sin embargo, quedan 102 en el saco del Informe Mitchell, que nadie sabe quiénes son. Supuestamente, cuando esos nombres lleguen a las manos de la prensa en su momento, no habrá ningún impedimento para votar por ellos a Cooperstown ¿Por qué se actúa así? ¿Cómo es posible que unos cuantos, que no llegan a 10, tengan que arrastrar el estigma de momento y otros, ante el mismo pecado, tan comprobado como el de ellos, no?
En el más del centenar que esconden, con tanto celo materno ante el peligro como el de una leona por sus cachorros, han de estar los que faltan de la era sintética de hoy: los “dizque” mejores que Ruth, Mays, Williams, Mantle, Musial (en la foto), fallecido hoy a los 92 años.
Como no tengo ningún respeto por esta etapa del beisbol (Oficinas, Asociación de Jugadores, atletas y hasta la prensa), porque no son contribuyentes con la mantención saludable del pasatiempo y hasta en la forma de vestirse hay mal gusto y chabacanería, pues me arriesgo a colocar ahí lo mismo a Pujols que a Ichiro.
En el caso del dominicano, lleva 3 temporadas consecutivas con números en baja. Si no los compone para esta, hay que considerar que le robó el dinero a Arturo Cruz y que el miedo al “positivo” lo alejó del uso, provocando la caída en barrera de su “extra clase”. Al modo mío de verlo, creo que ha sido la razón de la pérdida acelerada de su rendimiento.
Y, si hablo claro con respecto a los dos que dije, es por la potestad que me atribuyo ante la negativa del Beisbol Organizado a contribuir con la verdad, lo que hace culpables a todos los jugadores del período, mucho más que inocentes. Ante casos como estos, no acepto ni el “beneficio de la duda”, porque no me dejan alternativas.
Si las Grandes Ligas fueron capaces de “premiar” el positivo de Melky Cabrera con la mantención del champion bate, nadie puede decirme que MLB y la Asociación de Jugadores buscan transparencia y honestidad en la aplicación de la medida que firmaron para aplicar en esta campaña. Los 50 juegos de suspensión que le impusieron es una farsa comparada con que le dejaran el campeonato de los bateadores de la Liga Nacional en su poder.
El año pasado se hicieron estas pruebas durante el training y la respuesta de los jugadores fue una sospechosa y elevada cantidad que dieron positivo durante el calendario regular.
Si muchos jugadores de Grandes Ligas son capaces de consumir sustancias para mejorar el rendimiento por encima de las advertencia y del supuesto temor que debe existir “si te pescan”, entonces las pruebas tienen que ser de otra índole, digamos que de su estado de salud mental, a ver cuántos son retrasados, porque, de otra forma, no es posible convalidar el suicidio personal que es el riesgo.
O reafirmar la ninguna credibilidad del Comisionado, porque esas pruebas pudieran ser efectistas para contentar a algunos, mientras, por detrás, continuarán advirtiendo a los que les interesen del día del análisis; o callando ante positivos de interés para no afectar sus ganancias, porque, como se vio este año por el zafarrancho de combate, estos bateadores de hoy NO SON NI LA CHANCLETA DE LOS INMORTALES DEL PASADO. Revise y verá el trabajo que le costó a los “estelares” batear 38 jonrones e impulsar 100 carreras. Detalle que nadie quiere mencionar.
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