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BEISBOL 007

Mariano Rivera demuestra su grandeza al volver con Yankees

TAMPA, Florida – El positivismo, la dedicación, la creencia, el ímpetu competitivo—todo eso sigue intacto.

Del otro lado, tenemos lo siguiente: Un hombre de 43 años, con una carrera como atleta, intentando regresar de una seria lesión en la rodilla derecha.

Me cae bien Mariano Rivera en este argumento, por eso mismo del positivismo, la dedicación, la creencia y el ímpetu competitivo. La lógica indica que probablemente no deberíamos tenerle el mismo estándar que el resto de la humanidad en una situación como ésta. El panameño no sólo ha sido el mejor cerrador en la historia del béisbol, sino también una figura única.

Ya los lanzadores y los receptores de los Yankees realizaron sus primeras prácticas de la primavera en el George M. Steinbrenner Field. Una señal alentadora fueron la presencia y la participación completa de Rivera.

El istmeño realizó una sesión del bullpen, en la que su movimiento en el montículo tenía la fluidez de siempre. Corrió, participó en tres prácticas de fildeo para los pitchers y, una vez más, se vio sin ninguna limitación en sus movimientos.

Al pedírsele que calificara la condición de su rodilla derecha del 1 al 10, contestó Rivera lo siguiente: “Me siento bien. Diría que está por el 9. Lo otro será correr, para llegar al 10. Pero aparte de eso todo está magnífico.”

¿Y la parte del mismo pitcheo?

“Eso no será un 9″, dijo Rivera con una sonrisa. “Estaré en 10 creo.”

Después se le preguntó si podía ser el Rivera de antes.

“Definitivamente”, respondió. “Es lo que exijo de mí mismo.”

¿Qué puede motivar a Rivera a esta altura–después de 608 juegos salvados y cinco anillos de campeón—a someterse a los rigores de una rehabilitación a esta edad? Lo mismo que lo ha motivado desde siempre.

“El amor por el juego, la pasión”, dijo. “Vengo a ganar. Esto es una preparación para eso. Cuando vengo (a los entrenamientos), mi mente ya está en otro nivel, y eso es ganar campeonatos. Esas cosas empiezan en febrero. Así pienso y eso es lo que me motiva.”

Y es por eso que, a pesar de un proceso largo y difícil, nunca flaqueó la voluntad de Rivera de volver. Nunca le pasó por la mente la posibilidad de no regresar.

“No pienso así”, expresó el taponero. “Soy un hombre positivo, así que siempre pienso positivo. Hubo momentos no de dudas, sino dolores. Pero nunca pensé que no quería hacerlo. Fue un reto para mí; algo así no es fácil, pero hay que trabajarlo y hallar la manera de hacerlo. Y eso es lo que hago.”

Los demás integrantes de los Yankees están bien contentos de tener de regreso a Rivera.

“Es buenísimo”, dijo el zurdo Andy Pettitte. “Lo que él le trae al club—su personalidad, de qué está hecho—hay que tener eso.”

El manager de los Yankees, Joe Girardi, no expresó dudas al tocar el tema de Rivera y si el panameño volverá a su nivel acostumbrado. De hecho, el dirigente se refirió al caso del corredor de los Vikingos de Minnesota del fútbol americano, Adrian Peterson, quien retornó con éxito en el 2012 luego de una lesión similar a la de Rivera.

Rivera se lesionó la rodilla fildeando elevados durante las prácticas de bateo de los Yankees en mayo del año pasado. Pero no esperen que vaya a dejar esa costumbre ahora.

“No quiero ser alguien que no soy”, dijo Rivera. “Me cuidaré. Siempre tengo cuidado. Tengo que estar preparado. Y si eso es parte de mi rutina, lo haré. Seré yo mismo.”

Eso es lo único que se le puede pedir, aunque claro, pedirle a Rivera que sea él mismo es mucho pedir.

El istmeño ha dicho que ya sabe si se retirará o no luego de esta temporada y que anunciará su plan antes del Día Inaugural. Si ésta será su última campaña, debemos valorarla aun más—debido a quién ha sido Rivera, lo que ha logrado y, por ahora, lo que ha pasado para prolongar su brillante carrera.

Mike Bauman / MLB.com

 

 

 

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